Es Tiempo de Conectar, agosto 023
Dios cumple nuestros anhelos más profundos
“Efectivamente, la mujer pronto quedó embarazada y al año siguiente, por esa fecha, tuvo un hijo, tal como Eliseo le había dicho.” 2 Reyes 4:17.
Es la historia de la mujer Sunamita que como resultado de su generosidad y cuidado por Eliseo, hombre de Dios, es sorprendida con un milagro que era imposible que se cumpliera, tener un hijo a pesar de ser estéril.
La sunamita no pidió un milagro, ni exigió una bendición, simplemente sirvió al hombre de Dios y por medio de este hombre sirvió a los propósitos de Dios con Su pueblo Israel.
No le dio dinero ni lo acompañó en su ministerio, lo único que hizo fue abrir las puertas de su casa al profeta Eliseo y mostrar hospitalidad con un corazón sincero. Sin esperarlo, Dios le regaló lo más anhelado y algo imposible para ella, tener un hijo.
Eliseo fue sucesor del poderoso profeta Elías y se caracterizó por mostrar el rostro compasivo de Dios a través de milagros y señales que transformaron vidas y ayudaron a gente endeudada, a viudas y a muchos otros.
Mientras el ministerio de Elías fue confrontacional, mostrando a un Dios poderoso, celoso y santo, que no va con la idolatría. Eliseo mostró a un Dios compasivo, proveedor y cercano, que se involucra en las necesidades diarias de su pueblo.
Eliseo fue un profeta relacional, rodeado de los “hijos de los profetas,” interesado por las necesidades prácticas de su grupo de profetas y de la gente.
Ambos eran necesarios en su tiempo: primero la confrontación del pecado por medio de Elías y luego la restauración y el cuidado por medio de Eliseo.
“Pues Dios no es injusto. No olvidará con cuánto esfuerzo han trabajado para él y cómo han demostrado su amor por él sirviendo a otros creyentes como todavía lo hacen.” Hebreos 6:10
Quizás llevas tiempo esperando que tu familia sea restaurada, pagar deudas, que Dios abra las puertas del cielo y derrame bendición abundante sobre tu vida, que Dios te use en un ministerio con hombres, con mujeres, que seas prosperada(o).
No te rindas. Lo que Dios te ha dicho, lo cumplirá en su tiempo. Tu parte es ser fiel, sembrar en obediencia y confiar en que Su palabra nunca vuelve vacía.
Dios no se limita por tus circunstancias, Él mira el corazón y prepara gente común para un destino extraordinario.
Pero vengo a decirte que ha llegado el tiempo de la canción para tu vida, que no importa lo que estés pasando, Dios quiere cambiar tu lamento en baile.
Lecciones prácticas:
Dios sorprende al corazón generoso. La sunamita sembró servicio y hospitalidad, y Dios le devolvió con abundancia.
El cumplimiento no depende de nuestra fuerza. La promesa vino de la boca de Dios a través de Eliseo, no de la capacidad de la mujer.
Hay fechas en el calendario de Dios. Dice el pasaje: “al año siguiente, por esa fecha…”. Dios tiene marcado el día en que responderá a tu oración.
Oración:
Señor, gracias porque tus promesas son seguras. Ayúdame a mantener la fe mientras espero, a seguir sirviendo con obediencia y a confiar en que Tú nunca llegas tarde. Amén.
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Creado y narrado por Juan Bravo. producido por Conectar Global