✅Sustentados por Dios

Devocional diario noviembre 13

Sustentados por Dios

«Así que yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta.

Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.

»¿Quién de ustedes que sea padre, si su hijo le pide[a] un pescado, le dará en cambio una serpiente?

¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!» Lucas 11:9-13

Busquemos a nuestro Dios con un afán similar pero hasta con uno mayor que con el que buscamos el sustento diario; debemos poner nuestra confianza sólo en Él y no en otras fuentes de nuestro sustento, pues de Su mano viene todo. Dios anhela darnos de su Santo Espíritu, si se lo pides, Él sin ninguna duda te llenará de ÉL

Dios en su misericordia siempre ha provisto maná a sus hijos así como ocurrió con los israelitas en el desierto que nunca faltó, cada día contaban con la provisión necesaria.

¿Aquel que siempre nos ha sustentado, será que nos deja en la bancarrota?

Dios tiene provisión para cada persona que existe en el planeta tierra a pesar de los muchos pobres que viven en la India, Bangladesh u otros países más cercanos a nosotros como Haití.

Al ser probados creemos que estamos de últimos en la lista de Dios, pero recuerda que su plan es distinto al nuestro y que para Él los últimos serán los primeros.

No es una maldición comer maná y beber agua de la roca, pero para el pueblo de Israel, luego de salir de Egipto, lo que empezó como una prueba, terminó como un castigo, así que tu eres quien decide, si pasas cuarenta días en el desierto o cuarenta años, tu actitud es definitiva al momento de pasar por una prueba.

Nehemías 9:21 “Cuarenta años los sustentaste en el desierto. ¡Nada les faltó! No se desgastaron sus vestidos ni se les hincharon los pies.”

Deuteronomio 8:1-3

«Cumple fielmente todos los mandamientos que hoy te mando, para que vivas, te multipliques y tomes posesión de la tierra que el Señor juró a tus antepasados.
Recuerda que durante cuarenta años el Señor tu Dios te llevó por todo el camino del desierto, y te humilló y te puso a prueba para conocer lo que había en tu corazón y ver si cumplirías o no sus mandamientos.
Te humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con maná, comida que ni tú ni tus antepasados habían conocido, con lo que te enseñó que no sólo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor.”

Tu y yo vivimos de toda palabra que sale de la boca de Dios, entonces ¿qué es lo que necesitamos para vivir? –> La palabra de Dios.

Cuando tengas el poder y la habilidad de hacer riquezas, cuídate de no olvidarte de quién te dió ese poder.

Deuteronomio 6:12-18

“Cuídate de no olvidarte del Señor, que te sacó de Egipto, la tierra donde viviste en esclavitud.
»Teme al Señor tu Dios, sírvele solamente a él, y jura sólo en su nombre.
No sigas a esos dioses de los pueblos que te rodean, pues el Señor tu Dios está contigo y es un Dios celoso; no vaya a ser que su ira se encienda contra ti y te borre de la faz de la tierra.
»No pongas a prueba al Señor tu Dios, como lo hiciste en Masá. Cumple cuidadosamente los mandamientos del Señor tu Dios, y los mandatos y preceptos que te ha dado.
Haz lo que es recto y bueno a los ojos del Señor, para que te vaya bien y tomes posesión de la buena tierra que el Señor les juró a tus antepasados.
El Señor arrojará a todos los enemigos que encuentres en tu camino, tal como te lo prometió.”

¡Dios corre un riesgo al bendecirte, pero Él es el que lo corre, no tú!
Dios se encarga de levantarte y de bendecirte, porque Él es un Dios que cumple su pacto, pese a que es posible que cuando te bendiga, un día te olvides de Él.

Por tu lado corres el riesgo de que te llenes de orgullo y por el lado de Dios de que te olvides de Él.

Tenemos entonces qué creer que nuestro sustento viene de Dios, mantener nuestro corazón con humildad y nuestros pies sobre la tierra, no creer que somos mucho, sino siempre depender de Dios.

El agradecimiento es la clave que nos ayuda a recordar de dónde nos sacó Dios; no olvidarnos de los tiempos cuando estábamos atrapados en el lodo cenagoso y cómo enderezó nuestros pasos… y cuando nadie creía en tí, Él sí creyó.

Cuando nadie apostaría ni llamaría a una mujer como tú, Él te llamó, cuando nadie daba un peso por tí y por mí, Él nos llamó y nos rescató y nos puso en un lugar de honor.

El me dijo, recuérdales que yo fui el que los sané y el que los limpié con mi sangre … yo igual los voy a bendecir.

Oramos:

Creo que eres ese Dios de provisión, un Dios a quien le encanta bendecir a sus hijos, gracias Dios por correr el riesgo conmigo.

Te honraré por mi trabajo y por todas las bendiciones que me das y mientras me queden fuerzas estaré firme y veré de cuidarme de nunca olvidar de donde me sacaste.

Pagar el mal con bien, trataré a los demás como superiores a mí mismo, por favor no permitas que el orgullo me tome como una presa pues de ti proviene mi paz y mi provisión, tú eres mi sustento y es tu Palabra la que bastará para sanarme.

Si el mensaje ha hablado a tu vida, deja un comentario a continuación, esto nos ayudará a seguir creciendo. Y comparte el mensaje con esas personas que Dios a puesto en tu mente mientras encuchas el devocional.