Es Tiempo de Conectar, enero 14
Oraciones desesperadas
“Con paciencia esperé que el Señor me ayudara, y Él se fijó en mí y oyó mi clamor. Me sacó del foso de desesperación, del lodo y del fango. Puso mis pies sobre suelo firme y a medida que yo caminaba, me estabilizó. Me dio un canto nuevo para entonar, un himno de alabanza a nuestro Dios.
Muchos verán lo que Él hizo y quedarán asombrados; pondrán su confianza en el Señor. Ah, qué alegría para los que confían en el Señor, los que no confían en los orgullosos ni en aquellos que rinden culto a ídolos.” Salmo 40:1-4
Esta es la oración de una persona en gran necesidad pero también es una oración de esperanza en el Dios que escucha nuestro clamor.
José soñó que su vida iba a terminar en un palacio y sus hermanos inclinados ante él, pero muy poco tiempo después de haber tenido estos sueños, terminó en una cisterna y venido por sus hermanos. Muchas veces tenemos grandes sueños y planes con nuestras vidas pero terminamos más hundidos de lo que pensamos.
¿Cuántas veces te has sentido súper desesperado y no había quién te ayude?
“Después lo agarraron y lo tiraron en la cisterna. Resulta que la cisterna estaba vacía; no tenía nada de agua adentro.” Génesis 37:24.
La cisterna estaba vacía y sin agua y se nos dice que José estaba solo y sediento.
¿Qué haces cuando las cosas salen mal, incluso mientras estás haciendo las cosas bien?
¿Qué haces cuando te sientes solo? ¿Buscas a Dios? ¿O tratas en tus fuerzas de salir de la cisterna?
Porque cuando nos sentimos solos es cuando nos damos cuenta que verdaderamente no estamos solos. ¡Dios estuvo con José todo el tiempo!
“Dichosos ustedes si los vituperen por causa del nombre de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes.” 1 Pedro 4:14.
La palabra vituperar significa «ser atacado inmerecidamente.” Cuando eso te suceda, el Espíritu de Dios va a reposar sobre ti. Cuando las cosas no tengan sentido, el Espíritu de Dios estará sobre ti y te ayudará a sobrevivir en todo tiempo. La única razón por la que no enloquecemos, ni tiramos la toalla, ni desistimos es porque aunque no nos damos cuenta, Dios está con nosotros.
Cuando nos sentimos hundidos en una profunda desesperación es que conoceremos a Dios de una manera diferente. José soportó cisternas para descubrir que la única y verdadera fuente es Dios.
Así que, cuando te echen en una cisterna no esperes a que llegue corriendo gente a ayudarte, Dios mismo estará contigo y te dará descanso. ¡La cisterna no es tu destino final sino el palacio!
Uno de los nombres de Dios en el Antiguo Testamento es Jehová y una de sus definiciones es “el Dios que existe” o “El Dios que está allí,” y cuando lo llamas Jehová Jireh, estás diciendo, “El Dios que está allí para proveer.”
Dios conoce que la prueba, el calor y la adversidad de la cisterna sacarán a la luz mucho de lo que está escondido dentro de ti, pero cuando vayas a Él en oración, Dios no se esconderá sino que se revelará a ti.
La cisterna no es un lugar de muerte sino de descubrimiento, Dios usará la cisterna para mostrarte quién eres realmente y de lo que estás hecho. El dolor, la persecución y las dificultades harán que ores a tu Dios con todo el corazón.
Fue en la cisterna donde José experimentó uno de los dolores más grandes de su vida, pero de la cisterna salió y entró a un mundo de mejores posibilidades que a pesar de todo el sufrimiento, le esperaba un futuro promisorio.
Es en la cisterna de la desesperación cuando tomamos conciencia que solos no podremos salir de allí sino que necesitamos ayuda. Por eso, el salmista inicia diciendo “con paciencia esperé,” y esa es la clave. la clave es clamar a Dios con todas nuestras fuerzas porque Él nos oirá, y esperar pacientemente su respuesta porque Él no te va a fallar.
“Luego se sentaron a comer. En eso, al levantar la vista, divisaron una caravana de ismaelitas que venía de Galaad. Sus camellos estaban cargados de perfumes, bálsamo y mirra, que llevaban a Egipto. Entonces Judá les propuso a sus hermanos: ¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano y ocultar su muerte?” Génesis 37:25-26.
Judá significa “alabanza” y no es de asombrarse que fuera Judá el que lo sacara de la cisterna.
La alabanza es la vía que te ayudará a estar firme frente a la adversidad y la depresión. La alabanza a Dios junto con la oración te van a abrir puertas, van a cambiar decretos hechos en tu contra, van a revertir diagnósticos médicos, y van a mejorar tu estado de ánimo.
“Cuando Daniel se enteró de la publicación del decreto, se fue a su casa y subió a su dormitorio, cuyas ventanas se abrían en dirección a Jerusalén. Allí se arrodilló y se puso a orar y alabar a Dios, pues tenía por costumbre orar tres veces al día.” Daniel 6:10.
“¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore. ¿Está alguno de buen ánimo? Que cante alabanzas.” Santiago 5:13.
Recuerda que los otros hermanos de José querían matarlo, pero Judá (la alabanza) lo mantuvo con vida. Alaba a Dios en tus momentos de desesperación y recuerda que Él nunca falla.
Cuando afrontes tiempos difíciles, recuérdate a ti mismo, “Estoy preparado para esto, sé como será el final y no voy a perder mi gozo por nada ni por nadie, me mantendré lleno de alabanzas.
Sé que Dios está en control de todo, y creo que Él puede tomar todo lo que era para mal y transformarlo y usarlo para mi ventaja.
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