Es Tiempo de Conectar, abril 11
El Espíritu Santo nos enviste de poder
Tú y yo vamos a ser investidos del poder de Dios hoy.
Hechos 1:4, “Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.”
Hechos 1:8, “… pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
¿Te imaginas tener un encuentro con el PODER DE DIOS?
La palabra “poder” proviene de la palabra “dunamis o dynamo”, la misma raíz de “dinamita.”
Dios nos quiere llenar de ese poder, para que tú y yo seamos la dinamita de Dios en nuestras familias, nuestros trabajos, en nuestras iglesias.
¿Cómo encendemos la mecha?
Estaban unánimes y juntos esperando el Pentecostés = Había unidad.
Estaban expectantes porque algo iba a suceder = Había expectativa.
Oraban con intensidad = Tenían gran pasión.
Con esa dinamita, con ese poder de Dios, vas a poder vencer el pecado, podrás edificar tu carácter, echarás fuera demonios y serás invencible porque el TODOPODEROSO te ha conferido ese poder de lo alto.
El Espíritu Santo nos unge para que seamos personas humildes, amorosas, auténticas, con autoridad, denuedo y poder.
Hechos 10:38, “… Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.”
El poder de Dios te capacita para Su obra, te ayuda a hacerle frente a cualquier gigante como le tocó a David y vencer tus propios límites como le pasó a Gedeón.
Poder es tu nueva vestimenta, ya no estarás vestido de luto ni de debilidad y mucho menos de tristeza.
Jesús dijo a sus discípulos que no podían seguir viviendo como personas comunes y corrientes. Les dijo: “Yo me voy, pero ustedes se quedan aquí para continuar mi obra.”
La gente estaba informada de los milagros de Jesús, incluso en el infierno era conocido Jesús como alguien poderoso.
1 Corintios 4:20 dice, «Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.»
Cuando Jesús estaba en la tierra era una persona que primero estaba llena del Espíritu Santo, pero cuando vino el Espíritu Santo sobre los 120 discípulos en el Aposento Alto, el diablo tuvo 120 problemas.
Cuando Pedro le predicó a una multitud y todos recibieron al Espíritu Santo, el diablo tuvo 3,120 problemas.
Al día siguiente, en su segunda prédica, ganó 5,000 más y el diablo tuvo 8,120 problemas.
Dios no llama a los hábiles, sino que habilita a los llamados porque cuando somos débiles, Él es fuerte y porque cuando no podemos, Él sí puede.
Tú y el Espíritu Santo son mayoría. Tú y el Espíritu Santo son imparables. Tú y el Espíritu Santo son invencibles.
Y así sucede cuando el Espíritu Santo viene sobre nosotros y nos TRANSFORMA, somos otras personas.
Dios tiene el poder para cambiar diagnósticos de muerte, de cáncer, de Covid, de tuberculosis o de problemas en la columna… El poder de Dios hoy hace que tu hijo vuelva al camino correcto.
Dios tiene el poder suficiente para arrancarte del pecado que te tiene atado, así que entrégate a Él.
El poder de Dios hace que ese esposo que se fue de casa decida regresar y que tu relación sea restaurada. El poder de Dios hará que quedes embarazada nuevamente, aun cuando te dijeron que NO.
Si los cristianos entendiéramos la importancia de darle al Espíritu Santo el lugar que le corresponde, viviríamos todos los días llenos del Poder de Dios y con la certeza que en corto tiempo todo el mundo podría ser evangelizado.
La iglesia del primer siglo sin radio, televisión, teléfono, imprenta, internet o satélites fue tan efectiva en evangelizar porque no tomaba ninguna decisión sin tener la aprobación del Espíritu Santo.
Hechos 15:28, “Porque ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros…”
Para ser los verdaderos amigos del Espíritu, debemos tomarlo en cuenta y dejarnos guiar por Su PODER… Necesitamos Su fuego.
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1 Corintios 2:4-5 “… y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.»
Hoy le pido al Espíritu Santo que te haga una demostración de su poder para que tu fe sea elevada a un nuevo nivel.
Hechos 9:31 “Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.”
Muchas veces tenemos fe para lo material, pero para lo espiritual parece que escondiéramos nuestra fe.
Que el mismo poder que levantó a Jesús de los muertos esté en tí a través de tu amistad con el Espíritu Santo.
Yo creo que hay poder que se derrama sobre mí, puedes orar en libertad y todo lo que digas será hecho.
Así que, alabaremos a Dios con fuerza creyendo que algo poderoso va a suceder.
El Espíritu me viste de Su poder, yo quito mi vestidura de tristeza y de derrota y creo que tú, Señor, cambias vestiduras de muerte en vida.
Completos estamos en ti, mi Dios. Por ello, testificaré con alegría que tu poder me sanó y me restauró.
Si el mensaje ha hablado a tu vida, deja un comentario a continuación.