Es Tiempo de Conectar, mayo 06
Mi esperanza está en el Señor
“Así que, ¡sean fuertes y valientes, ustedes los que ponen su esperanza en el Señor!” Salmos 31:24.
Cuando tienes esperanza vas a enfrentar la vida con valor. La esperanza nos infunde valor porque aunque nuestro presente sea difícil tenemos la seguridad de un futuro mejor.
El gran general Napoleón Bonaparte una vez dijo que el valor es como el amor, necesita de la esperanza para florecer.
Aquellos que han perdido la esperanza son los que enfrentan la vida con temores y dudas, pero nosotros debemos hacer de la esperanza nuestra fuerza.
Recuerda que podemos vivir la vida con fuerza y valentía porque a pesar de los problemas y desafíos sabemos en quién hemos puesto nuestra esperanza.
Salmo 37:34, “Pon tu esperanza en el Señor y marcha con paso firme por su camino. Él te honrará al darte la tierra y verás destruidos a los perversos.”
Las personas que han perdido la esperanza tienden a ser inseguras, pero cuando tienes esperanza la gente lo nota en tu forma de hablar, pensar, actuar y vivir, caminas firme, caminas seguro, se puede notar que caminas con Dios de tu lado.
Hebreos 10:23, “Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa.”
Puedes mantenerte firme porque a pesar de las adversidades tienes la esperanza segura, que las aflicciones son pasajeras y que las promesas de Dios se van a cumplir en tu vida.
Salmos 33:20, “Nosotros ponemos nuestra esperanza en el Señor; él es nuestra ayuda y nuestro escudo.”
La esperanza te protege y te ayuda en tiempos difíciles.
La esperanza te ayuda a mantener una actitud positiva frente a una circunstancia negativa.
La esperanza es escudo contra cualquier pensamiento de incredulidad, derrota o fracaso.
Salmos 146:5, “Pero felices son los que tienen como ayudador al Dios de Israel, los que han puesto su esperanza en el Señor su Dios.”
La esperanza es el mejor antídoto contra la tristeza porque mientras hay esperanza, no hay motivos para estar tristes.
Romanos 12:12, “Alégrense por la esperanza segura que tenemos. Tengan paciencia en las dificultades y sigan orando.”
Primero dice tengan una esperanza segura porque sin esperanza no hay paciencia y sin esperanza no hay razones para orar. La esperanza nos da razones para estar alegres, tener paciencia y perseverar en la oración.
1 Timoteo 4:10, “Es por eso que trabajamos con esmero y seguimos luchando, porque nuestra esperanza está puesta en el Dios viviente quien es el Salvador de toda la humanidad y en especial, de todos los creyentes.”
El multimillonario Dale Carnegie dijo: “Los logros más grandes del mundo han sido alcanzados por personas que perseveraron cuando parecía que no había esperanza.”
Cuando tienes esperanza tienes ánimo de trabajar duro y seguir adelante a pesar de las circunstancias y a pesar del negativismo de la gente que te rodea. Cuando las circunstancias te gritan a que tires la toalla, la esperanza siempre te va a susurrar a que vuelvas a intentar.
La esperanza es nuestro mejor motivador para seguir adelante; no porque algo no está sucediendo ahora mismo no significa que nunca va a suceder.
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