Es Tiempo de Conectar, julio 14

1 Juan 1:5 dice: “Éste es el mensaje que hemos oído de él y que les anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad.”

Dios es luz, en Él no hay tinieblas, no hay sombras de oscuridad, no hay lugares opacos, no podremos esconder nada de su vista. Cuando estamos en un momento de oscuridad, la solución es pedir que Dios sea nuestra luz diciendo, Señor dame luz para este negocio, ayúdame cuando estoy en caminos oscuros … .ilumíname.

La luz nos guía y nos muestra el camino, sin luz corremos peligros en el camino.

Ahora entiendo cuando leo en Isaías 60:1 “»¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti!”

La Su luz llega a nuestras vidas podremos ver gloria, resplandor y brillo

La luz simboliza la santidad de Dios y su pureza.

1 Timoteo 1:6 dice: “al único inmortal, que vive en luz inaccesible, a quien nadie ha visto ni puede ver, a él sea el honor y el poder eternamente. Amén.”

Así también la luz expone las impurezas de nuestra vida, las tinieblas representan nuestra vida sin Dios. De acuerdo con nuestra manera de vivir nos podemos dar cuenta si vivimos en la luz o en las tinieblas.

Desechemos las tinieblas y vistámonos de luz.

Muchas veces Dios nos da luz verde para continuar con nuestro camino, otras veces la luz es roja para hacer un pare y evaluar nuestra vida.

Cuando David experimentaba momentos muy difíciles, escribió lo siguiente en el Salmo 27:1: “El Señor es mi luz y mi salvación ¿a quién temeré?….”

No tengas temor porque no estás solo, Dios LUZ está contigo.

Deuteronomio 20:1 dice:

“Cuando salgas a pelear contra tus enemigos y veas un ejército superior al tuyo, con muchos caballos y carros de guerra, no les temas, porque el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, estará contigo.”

Muchos de nosotros vivimos atemorizados porque sentimos que estamos peleando solos contra gigantes del mundo, contra enemigos más grandes y más poderosos que nosotros pero debemos entender que Dios está con nosotros como la luz que ilumina, y si Dios es por nosotros ¿quién podrá estar contra nosotros?

Cuando enfrentas la vida conociendo esta verdad, tus temores van a desaparecer y nunca más te vas a sentir solo porque sabes que el Dios todopoderoso LUZ, creador de los cielos y la tierra está de tu lado y no te va dejar ni te va a desamparar.

No tengas temor porque: Dios pelea por ti.

Deuteronomio 1: 29-30 dice:

Entonces les respondí: “No se asusten ni les tengan miedo. El Señor su Dios marcha al frente y peleará por ustedes, como vieron que lo hizo en Egipto.”

Lo segundo que debemos entender, si queremos vencer el temor es que Dios no sólo está de nuestro lado, sino que pelea por nosotros. El pueblo de Israel estaba lleno de temor y le tenían miedo a los egipcios que se les venían encima.

Pero es ahí cuando Dios les recuerda, ¨no sólo estoy con ustedes, sino que también peleo por ustedes.¨

Veo con tristeza a muchos cristianos que le agachan la cabeza con temor a la pobreza, a la enfermedad, a las deudas. La vida está llena de batallas pero el éxito está cuando dejamos que Dios pelee por nosotros y eso sucede cuando nos atrevemos a creer en Él.

Dónde está la luz no hay temor, cuando caminamos en su luz podremos vivir libre de todo aquello que nos ata.

Los cristianos somos “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciemos las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.” 1 Pedro 2:9.

Dios nos llamó de la oscuridad en la que vivíamos y nos trasladó a vivir bajo su luz.

Oremos la oración que San Francisco de Asís nos enseñó:

Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz,
Donde haya odio, lleve yo el amor.
Donde haya ofensa, lleve el perdón.
Donde haya discordia, lleve unión.
Donde haya duda, lleve fe.
Donde haya error, lleve la verdad.
Donde haya desesperación, lleve alegría y
Donde haya tinieblas, lleve la luz.

“Señor, mi Dios, tú mantienes mi lámpara encendida; ¡tú eres la luz de mis tinieblas! Con tu ayuda, mi Dios,puedo vencer ejércitos y derribar murallas!” 2 Samuel 22:29

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