Devocional diario enero 19
Oraciones que cambian los NO de Dios
Mateo 15:21-28
La fe de una mujer cananea
“Partiendo de allí, Jesús se retiró a la región de Tiro y Sidón. Una mujer cananea de las inmediaciones salió a
su encuentro, gritando:—¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija sufre terriblemente por estar
endemoniada. Jesús no le respondió palabra. Así que sus discípulos se acercaron a él y le rogaron:
—Despídela, porque viene detrás de nosotros gritando. —No fui enviado sino a las ovejas perdidas del
pueblo de Israel —contestó Jesús. La mujer se acercó y, arrodillándose delante de él, le suplicó:—¡Señor,
ayúdame! Él le respondió: —No está bien quitarles el pan a los hijos y echárselo a los perros. —Sí, Señor;
pero hasta los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos. —¡Mujer, qué grande es tu fe!
—contestó Jesús—. Que se cumpla lo que quieres. Y desde ese mismo momento quedó sana su hija”
La mujer cananea es mi ejemplo de oración: Lo primero que hace es salir al encuentro de Dios, y su forma
de hablar con Él es comunicarle lo sucedido. ¡Jesús ten compasión de mi hija!
Muchas veces nosotros oramos siete veces por lo mismo y no nos damos cuenta que seis de nuestras
oraciones encierran incredulidad… pero hay una oración que Dios sí está dispuesto a responder y es una
oración perseverante.
La Biblia nos dice que la primera respuesta de Jesús fue NO y luego no le respondió palabra alguna más,
incluso los discípulos tampoco le brindaron ayuda sino que querían que la vote. Pero esta mujer tenía una
FE a prueba de todo porque se acercó nuevamente y arrodillándose delante de Él le suplico. ¡Señor,
ayúdame!
¿Tu necesitas ayuda sobrenatural de Dios? Pídele de esa misma manera con la fe de la mujer cananea, de
rodillas para que su ayuda esté sobre tu vida. A Dios le gusta la gente que pelea su bendición. No te rindas
al primer NO, toca el corazón de Dios con tu clamor y con tu oración perseverante.
Es allí que Jesús decide RESPONDER pero con otra negativa y con una palabra muy fuerte.
Jesús nos enseña sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar.
Orar puede que no cambie inmediatamente lo que sucede a tu alrededor, pero seguramente cambiará lo
que ocurre en tu interior.
¡Esta mujer sabía que en Dios estaba el poder para bendecirla y no pensaba retirarse sin su respuesta
anhelada!
Jesús dijo: ¡Mujer grande es tu FE! Y yo te pregunto: ¿Qué tan grande es tu fe? ¿Qué locura de FE estarías
dispuesto a hacer para que Dios cumpla lo que te ha prometido?
Y Jesús le dijo: ¡Que se cumpla lo que quieres!
Hebreos 10:36
“Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios,
reciban lo que Él ha prometido”