“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey…” Daniel 1:8

En un mundo donde la influencia se mide por números, aplausos o visibilidad, Daniel nos recuerda que si queremos ejercer una verdadera influencia, esta nace en lo privado, nace en el corazón que decide ser fiel a Dios, incluso cuando nadie más lo hace.

Daniel fue llevado cautivo a Babilonia siendo joven. Le ofrecieron educación de élite, una posición en el palacio y privilegios reales. En otras palabras, la oportunidad de ascender en el sistema a cambio de comprometer sus convicciones.

Es una tentación vivir de una manera en público y ser otra persona en privado pero Daniel dijo no y decidió ser fiel a sus convicciones y no contaminarse; recordemos que era un joven judío que guardaba ciertas prácticas en su alimentación, no porque la comida fuera todo, sino porque sabía que su influencia y el ser un líder auténtico comenzaba con su obediencia.

La verdadera influencia comienza con decisiones privadas
Antes de hablar ante reyes, Daniel dijo “no” en privado. Antes de impactar naciones, fue fiel en su corazón.

Los jóvenes líderes de hoy enfrentan grandes desafíos en su integridad.
Reciben propuestas que suenan bien pero alejan de Dios.
Una filosofía disfrazada de tolerancia.

Compromisos que prometen una promoción pero que requieren ceder tus principios.

Admiro profundamente a mi amigo Otoniel, pastor y líder en una comunidad indígena del sur de Colombia. A pesar de los numerosos obstáculos que enfrenta a diario como la presencia de cultivos ilícitos, la ilegalidad y la violencia constante en la región, él permanece firme en sus convicciones.

Sin necesidad de muchas palabras, su vida misma ejerce una influencia poderosa entre los suyos. Su ejemplo habla más fuerte que cualquier discurso, y su fidelidad en medio de la adversidad es un testimonio vivo del carácter de Cristo.

La Biblia condena la corrupción en sus varias formas, incluyendo el soborno, la opresión y la falta de integridad. Es una tragedia ver cómo la corrupción corroe a individuos y naciones, llevando a la destrucción.
Proverbios 28:2: «Cuando hay corrupción moral en una nación, su gobierno se desmorona fácilmente».

Una oportunidad que requiere que ceda a mis principios es una trampa.
Daniel entendió esto y eligió lo correcto, aunque podría costarle todo.
Existe un alto precio que se paga cuando se llega a una posición de poder pero sin tener un compromiso con los principios.

En muchos contextos políticos, empresariales, sociales e incluso religiosos, vemos una realidad repetida: personas que llegan al poder usando trampas, manipulaciones, alianzas dudosas o promesas engañosas.
Y cuando finalmente alcanzan la posición que deseaban, no los dejan gobernar sin el compromiso de pagar favores que deben devolver.

Esto se convierte en un ciclo vicioso:
Para llegar al poder, violentan sus principios.
Para mantenerse en él, deben pagar los favores recibidos..
Y para sostener su imagen, comprometen su conciencia.
El liderazgo comprado siempre viene con cadenas
Los que llegan a la cima haciendo trampa, tarde o temprano se dan cuenta que por haber torcido el camino no son libres porque el que sube negociando su integridad, nunca gobierna con autoridad.

Terminan siendo marionetas de los que los ayudaron, cuidando intereses de otros, tapando corrupciones, tomando decisiones para complacer y no para edificar.

En términos bíblicos, esto es exactamente lo opuesto al liderazgo que Dios honra. Proverbios 28:16: «Un gobernante sin entendimiento multiplicará las extorsiones, pero el que odia la codicia tendrá larga vida.»

Reflexión para líderes cristianos (o futuros líderes)
¿Estoy construyendo mi camino hacia el liderazgo con integridad, o estoy cediendo a atajos para ganar influencia?
¿Estoy rodeado de personas que me animan a permanecer fiel, o de voces que me empujan a negociar valores por conveniencia?
¿Quiero llegar rápido o quiero llegar bien?
No todo ascenso viene de Dios. Algunos “éxitos” humanos esconden esclavitudes silenciosas.

Pero cuando Dios abre puertas, no necesitas manipular, comprar, ni deberle tu conciencia a nadie.

Dios honra a quienes se mantienen firmes
Daniel y sus amigos comieron legumbres mientras los demás disfrutaban del banquete. Al cabo de 10 días, no solo estaban más saludables, sino que Dios les dio sabiduría, entendimiento y gracia delante del rey.

Cuando decides influir desde la integridad, Dios te posiciona en lugares que no podrías alcanzar por ti mismo. Tu oportunidad viene de Él, no del sistema.

Oración
Señor, gracias por el ejemplo de Daniel. Ayúdame a ser fiel en lo pequeño, en lo privado, en lo que nadie ve. Dame discernimiento para reconocer las oportunidades que vienen de Ti, y firmeza para rechazar las que quieren robar mi identidad. 

Que mi influencia no sea para mi gloria, sino para que otros te conozcan a través de mí. Amén.

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Creado y narrado por Juan Bravo. producido por Conectar Global