«El Señor es mi pastor; tengo todo lo que necesito.» Salmo 23:1
Estas breves palabras, el Señor es mi pastor, han dado consuelo y fortaleza a generaciones enteras en todo el mundo. David, un rey que también fue pastor en su juventud, expresa una gran verdad, íntima y profunda y que Dios no solo es el Pastor sino que es mi Pastor.

David no nos está hablando de un Dios lejano, ni de una teoría espiritual, ni de un motor que produce energía en el cielo, habla desde la experiencia, desde la certeza de saber que un Dios bueno y personal cuida de él constantemente, incluso cuando él mismo no sabe a dónde ir.

David vivió momentos de persecución, momentos muy difíciles, estuvo al borde de la muerte y venció al gigante apoyado en esta verdad. Confesó esta verdad no sólo como mecanismo de defensa sino como herramienta de ataque.

Dios quiere que hagamos lo mismo cuando enfrentamos a nuestros propios enemigos.

¿Qué significa entonces que Dios sea nuestro Pastor?
Significa que no estamos solos.

Que un pastor nunca abandona a sus ovejas. Está con ellas de día y de noche, de la misma manera Dios camina contigo, en la alegría y en la tormenta.

La parábola de las huellas en la arena es una historia sobre un hombre que sueña que camina con Dios en la playa y ve dos pares de huellas: las suyas y las de Dios. En los momentos difíciles, solo ve un par de huellas y, al preguntarle a Dios por qué, este le revela que en esos momentos él lo estaba cargando en sus brazos. Esta parábola transmite un mensaje de fe, esperanza y la presencia constante de Dios, incluso en los momentos más difíciles.

Significa que Él guía, no solo acompaña.
El pastor no sigue a las ovejas sino que las dirige. Si dejas que Él guíe tu vida, te llevará por caminos correctos, aunque a veces no los entiendas. Buscar la dirección de Dios para nuestras vidas es una de las necesidades más profundas del corazón humano, especialmente cuando enfrentamos decisiones cruciales, tiempos de transición o momentos de incertidumbre.

Que Él cuida de nuestras necesidades.
Cuando David dice “nada me faltará, o tengo todo lo que necesito”, no está hablando de lujos o ambiciones egoístas, sino de provisión fiel. Dios sabe lo que necesitas, cuándo lo necesitas y sabe de antemano cómo lo va suplir.

Significa que su presencia da seguridad.
Aun cuando andamos en “valle de sombra y de muerte”, no tememos, porque Él está ahí.

Todos en algún momento experimentamos la noche oscura del alma, tiempos de crisis, enfermedades, pérdidas, traiciones, ataques espirituales o decisiones difíciles. Todos pasamos por etapas de oscuridad emocional o espiritual, cuando no está claro el panorama, ni afuera, ni adentro.

Aplicación
Si estás cansado: Él te hace descansar en pastos verdes.
Si estás confundido(a) y no sabes qué camino coger: Él te guía por sendas de justicia.

Si estás en peligro: Su vara y su cayado te infunden aliento.
Si te sientes olvidado: Él prepara una mesa delante de ti y te unge con aceite.
Si le tienes miedo al futuro: El bien y la misericordia te seguirán todos los días.

Oración
Señor, gracias porque no soy una oveja perdida, sino una oveja amada que has encontrado. Hoy reconozco que muchas veces quiero ser guiado por mis instintos y mis pasiones, pero siempre termino confundido y perdido. 

Te pido que te permita pastorearme, que me enseñes a escuchar tu voz, y que me recuerdes cada día que contigo no me falta nada. Aunque no entienda todo, confío en Ti. Amén.

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Creado y narrado por Juan Bravo. producido por Conectar Global