
Es Tiempo de Conectar, septiembre 030
El manual del fabricante
“Las enseñanzas del Señor son perfectas; reavivan el alma. Los decretos del Señor son confiables; hacen sabio al sencillo.” Salmos 19:7
La vida humana no es un accidente, no es como si nos hubieran tirado aquí a la tierra y nos dijeran, defiéndase como pueda, el más fuerte es el que gana.
¿Te ha pasado que compraste un mueble, crees que eres capaz de armarlo sin primero consultar con el manual del fabricante, pero algo has hecho mal y no eres capaz de terminar de armarlo bien hasta que decides consultar el manual y te das cuenta donde pusiste un pieza de manera equivocada?
Nuestra vida tiene un diseño muy especial y es parecido a un artículo al cual le queremos sacar el máximo provecho, sea un carro eléctrico, un computador, un teléfono celular de última generación, un robot o un dron, lo primero que hacemos para sacarle el máximo provecho es leer el manual del fabricante
¿Qué haces cuando tienes un problema o no estás seguro de cómo usarlo correctamente? ¡Consultas el manual del fabricante!
Este manual contiene instrucciones, advertencias y recomendaciones necesarias para que el producto funcione de la manera prevista.
De manera similar, la Biblia es nuestro «manual del fabricante» para la vida. Dios, nuestro Creador, nos ha dado las Escrituras para revelarnos su carácter, sus propósitos y su voluntad para nosotros.
«Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.» Salmos 119:105,
Una lámpara que guía los pies, que guía cada paso que damos, nuestras decisiones inmediatas y alumbra el camino, ayuda con la dirección necesaria para el largo plazo y el propósito.
Esta es la función esencial de cualquier manual: proveer dirección para evitar errores en el presente y asegurar una buena funcionalidad y durabilidad.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto.” 2 Timoteo 3:16. NTV
Este pasaje es excelente porque detalla la funcionalidad específica de la Escritura.
Primero y más importante es que es inspirada por Dios, o sea que proviene del fabricante.
Es útil para enseñar, provee instrucciones.
Sirve para reprender y corregir: Avisa cuando estamos equivocados y da la solución a nuestros problemas.
Nos anima, nos consuela, nos da luces.
En la Biblia encontramos instrucciones para vivir, allí hay principios éticos, mandamientos y ejemplos de cómo amar a Dios y a nuestro prójimo.
Las consecuencias de no consultar con Dios, a quien se puede ver como el «Fabricante» de nuestras vidas, y de no estudiar la Biblia como Su «manual», pueden manifestarse en varias áreas de la vida.
Seis consecuencias de la desconexión y la falta de guía
1. Falta de Propósito y Dirección: Ausencia de Brújula: Sin la perspectiva divina, es fácil sentirse perdido o sin rumbo.
2. Confusión de Identidad: La Biblia ofrece una verdad fundamental sobre el valor y la identidad de cada persona. Al ignorarla, uno puede buscar su valor en el éxito, la aprobación ajena o las posesiones, lo que conduce a una autoestima inestable y a una constante comparación.
3. Decisiones Erróneas, Sabiduría Limitada: Al depender sólo de la propia inteligencia o experiencia humana, las decisiones importantes, en finanzas, relaciones, carrera, carecen del principio de la sabiduría trascendental que, según la fe, proviene de Dios.
4. Ciclos de Error: Sin entender los patrones y principios de vida que la Biblia establece (como la honestidad, el perdón o el dominio propio), las personas pueden caer repetidamente en los mismos errores autodestructivos o relaciones tóxicas.
5. Deterioro de las Relaciones: Manejo Inadecuado de Conflictos: La Biblia proporciona un marco para el perdón, la humildad y el amor incondicional.
6. Vulnerabilidad en Tiempos de Crisis
En esencia, no consultar el «manual» se traduce en vivir una vida que es ineficiente para el propósito para el que fue diseñada, lo que resulta en un mayor dolor, confusión y una profunda desconexión espiritual y existencial.
“Tres días después, por fin lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros religiosos, escuchándolos y haciéndoles preguntas.” Lucas 2:46
Si Jesús mismo consultó el manual del fabricante, esto nos anima a hacerlo.
“¡Qué dulces son a mi paladar tus palabras! Son más dulces que la miel.” Salmos 119:103
Oración.
Señor, como Jesús que a los doce años consultaba y hacía preguntas en el templo, te pido que me des amor por leer y meditar cada día en Tu Palabra. Que Tu Palabra sea mi dirección y mi guía todos los días de mi vida. Amén.
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Creado y narrado por Juan Bravo. producido por Conectar Global