Devocional diario enero 25
Un esplendor mayor
Hageo 2:9 NBD
“El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera —dice el Señor
Todopoderoso—. Y en este lugar concederé la paz, afirma el Señor Todopoderoso”
Dios, siempre de una manera u otra, está viendo la forma de traer incremento a nuestras vidas. Esta
versión dice que nuestro esplendor será mayor, otras versiones dicen que la gloria será mayor pero de lo
que estoy segura, es que lo Dios quiere para nosotros sobrepasa nuestras expectativas y nuestra
imaginación.
¿Qué necesitamos para ver ese esplendor mayor en nuestras vidas?
Hageo 1:8
“Vayan ustedes a los montes; traigan madera y reconstruyan mi casa. Yo veré su reconstrucción
con gusto, y manifestaré mi gloria —dice el Señor».
1. Ir al monte es estar en la presencia de Dios
¿Quién puede estar en su presencia? Sino el limpio de manos y puro de corazón: Santidad, pureza de
corazón, nos acercan a Dios. Nadie que sube al monte de Su presencia sale igual. Moisés entró como un
hombre temeroso, tartamudo y salió como el gran libertador del pueblo de Israel.
Cosas grandes ocurren en nuestras vidas cuando vamos al monte. Dios nos habla, nos transforma,
recibimos nuevas fuerzas, sanidad, milagros, promesas y muchas bendiciones. El mejor consejo que te
puedo dar es: «Que Dios te encuentre en Su monte». ¡Búscalo! Despierta allí, vive allí, duerme allí, come
con Él, disfruta estar cerca de Dios.A la presencia de Dios tenemos que ir, la invitación es dar nosotros el
primer paso y Dios nos esperará con los brazos abiertos.
2. Traer madera: la madera de la CRUZ
Una vida que quiere experimentar esplendidez necesita tener un encuentro diario con la cruz de Cristo . La
cruz no es para llevarla colgada en el cuello sino tatuarla en el corazón.
La vida ya no la debes vivir tú, sino que debes dejar que Jesús la viva a través tuyo.
Pablo decía “He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí ” Gálatas 2:20
Tiene que vivir Jesús en ti, si quieres ver esplendidez en todas las áreas de tu vida: Que quien te mire, «Lo
vea a Él».
La cruz de Cristo nos sirve de puente para acercarnos a Dios.
3. Reconstruyan mi casa
La presencia de Dios que tuviste antes no será suficiente para reconstruir tu vida ahora. Tú y yo somos
templo del Espíritu Santo así que, a diario debemos buscar ser reconstruidos con Su palabra y en Su
presencia. No tratemos de reconstruirnos nosotros mismos, ni de moldearnos a nuestro estilo.
Mi oración es: «Quiero se sea Dios quien me reconstruya y me enseñe a través de mi vida y testimonio a
reconstruir las vidas de otros».
Cuando vamos a su presencia, vivimos en la cruz y dejamos que Dios nos reconstruya: Habrá esplendidez.
Antes pudimos haber tenido un brillo que se vio opacado por circunstancias adversas pero hoy
brillaremos con la luz de Dios, iremos en aumento y se nos concederá PAZ.