Leemos en Mateo 18, versículo 11: “Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido”.
Queridos, la claridad de Jesús acerca de su identidad y propósito es única en la historia.Habló con tal claridad de su procedencia, que les dijo a los gobernantes religiosos, que ellos eran de aquí abajo, es decir del mundo;mientras que Él provenía del cielo (Jn. 8:23)
Jesús sabía claramente quién era y quién no era. A pesar de que algunos lo veían como un dirigente político o perfilaban como un militar revolucionario, Jesús rechazó esas expectativas.Del mismo modo, aunque otros lo vieron como un salvador económico, Él también se negó.Y aunque muchos intentaron utilizarlo para su propio beneficio, Jesús terminó evadiéndolos.
Los evangelios, que son los escritos del Nuevo Testamento, que nos revelan el Misterio de Dios a través de la persona de Jesús, nos ayudan a descubrir la vida, las enseñanzas, los milagros, la muerte y la resurrección en gloria de Jesucristo.Pero, sobre todo, a entender lo que Jesús dijo acerca de sí mismo.En ellos hay por lo menos 80 registros en donde, de forma directa o indirecta, Jesús se refirió a sí mismo como el “Hijo del Hombre”. Y al parecer, este era uno de Sus nombres favoritos.Lo que indica que es un nombre que valdría la pena considerar en esta reflexión.
El profeta Daniel, quien vivió cuatrocientos años antes de que Jesús naciera, tuvo una visión de Dios y en esta dijo lo siguiente, por favor acompañenme a Daniel Cap.7, versículos del 13 al 14 las escrituras dicen: “Seguid mirando en las visiones nocturnas, y he aquí, con las nubes del cielo venía uno como un Hijo de Hombre, que se dirigió al anciano de días y fue presentado ante Él.Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran.Su dominio es un dominio eterno que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido”
Queridos, esto indica que cuando Jesús dijo «Yo Soy el Hijo del Hombre», en otras palabras. Estaba diciendo, Yo Soy aquel de quien habló Daniel.Tengo dominio, gloria y realeza.Todas las naciones me rendirán culto.Personas de toda la lengua me servirán.Mi dominio es eterno y divino, el dominio del mundo puede ser quitado, pero mi dominio no es de este mundo y nadie puede quitármelo.Mi realeza es divina, los reyes de este mundo pueden ser asesinados y depuestos, su realeza y sus reinos pueden ser destruidos, pero mi realeza es inseparable de quien Yo Soy.Yo soy aquel que ustedes han estado esperando por miles de años.
Al escuchar esto, el pueblo judío y los religiosos de la época de Jesús se alteraron y lo acusaron de blasfemia, y trataron de matarlo. ¿Por qué? Tal vez te preguntaras.Bueno, porque cuando Jesús dijo, Yo soy el hijo de Dios, les estaba hablando en su idioma.Ellos sabían exactamente lo que les estaba diciendo, estaba asegurando que Él era El Mesías, que era el legítimo heredero del trono de David y de paso del trono divino.Y esto es precisamente lo que Jesús tenía para decir acerca de sí mismo.En otras palabras, Jesús estaba diciendo que era Dios.
Lo interesante, es descubrir que una y otra vez a través de los Evangelios, Jesús demostró su divinidad con palabras y acciones.
Él demostró que tenía control sobre la naturaleza, sobre la muerte y que aún que podía perdonar pecados, también aseguró que era el Mesías y que tenía poder para dar vida eterna.
Hay relatos de testigos directos en los evangelios que vieron cuando Jesús resucitó entre los muertos a Lázaro, calmó la tempestad, dio vista al ciego, reprendió espíritus inmundos y convirtió el agua en vino.
Pero, lo más maravilloso a mi parecer, sin menospreciar todo lo anterior que sin duda es significativo. Es saber que fue el mismo Jesús quien aseguró que existía antes del comienzo del mundo, y que Él y el Padre son Uno solo(Mateo 8:26-27, 9:1-2, Jn.10:27-28, Mc. 14:61-62, Juan 10:30,14-9)
Queridos, cuando vemos todo esto en conjunto, es fácil deducir porqué los primeros cristianos llegaron a la conclusión que Jesús era divino.Él dio suficientes evidencias para respaldar su naturaleza, su propósito y ministerio.
La siguiente generación de cristianos creyó, por el testimonio directo de aquellos que habían sido sus discípulos.Luego este testimonio fue pasado de generación a generación. Al principio de forma oral;después en manuscritos. Y hoy día, gracias a los Evangelios que se encuentran en la Biblia.Pero el testimonio más impactante de todos. Es que, once de los doce discípulos directos de Jesús, murieron antes de negar lo que sabían que era cierto sobre su vida, sobre su muerte, sobre su resurrección y sobre su ascensión a los cielos.
Y hay testimonio adicional, y por los demás fiel y verdadero. Yo llamo el testigo directo.El mismo Espíritu Santo quien estuvo presente en la vida y obra de Jesús, nos asegura, nos da razones a nuestro corazón para creer que todo acerca de Jesús es cierto, en Juan Cap.15, versículo 26. Las escrituras lo aseguran de la siguiente manera: “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí”.
¡Medita en esto!