Devocional diario mayo 29
El propósito de Dios
Dios es un Dios de propósitos, No hay nada en este universo que esté de más. Aun las cucarachas tienen un propósito. Por ejemplo, qué de la luna, sin ella sería imposible vivir en este planeta. Ella limpia los océanos y las costas de todos los continentes. Sin las mareas que crea la luna, todas nuestras playas y nuestros puertos serían un pozo hediondo de basura, y sería imposible vivir cerca de ellos. A causa de las mareas que la luna controla, continuas olas rompen en las costas con lo que se airean los océanos del planeta y proveen así oxígeno para el plancton el cual es el fundamento mismo de la cadena alimenticia de nuestro mundo. Sin el plancton no habría oxígeno y el hombre no podría vivir en la tierra. ¿No es cierto que la luna, con todo y deshabitada, tiene propósito? Pero ¿sabes?, aun el polvo realiza una increíble función, a pesar de que a diario tenemos que echarlo fuera de nuestras casas. Si no fuera por el polvo, nunca veríamos el cielo azul. A 27 km. por encima de este planeta, no hay polvo de la tierra, y el cielo, a partir de allí, es siempre negro. Es más, si no fuera por el polvo, nunca llovería. Una gota de lluvia se compone de ocho minúsculas gotitas de agua, y cada una de esas gotitas envuelve una ínfima partícula de polvo. Sin éstas, el mundo se resecaría y la vida dejaría de existir. Como ves, hasta el polvo tiene su razón de ser. ¿No la tendrás acaso tú? Hoy Dios quiere que sepas que no estás de sobra en esta tierra, que tienes que descubrir el propósito que Él tiene para tu vida.
Cada vez que Dios manifestó su presencia a alguien, fue para decirle el propósito que tenía para su vida: LA PRESENCIA Y EL PROPÓSITO DE DIOS VAN JUNTOS.
Cuando Dios crea a Adán y a Eva, ¿qué les dice? Génesis 1:28 dice que les revela su propósito: «Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo.”
Cuando Dios se le aparece a Noé igualmente le da un propósito. Lo manda a construir un arca y le dice que con su familia repoblará la tierra. Cuando Dios se le aparece a Abraham le muestra su propósito en Génesis 12:2-3 «Y haré de ti (Abraham) una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren, maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.»
Con Moisés ocurrió igual, apenas conoció a Dios supo que libraría a su pueblo de Egipto. Al principio trató de hacerlo en su tiempo y en sus fuerzas y mató a un egipcio, por lo que tuvo que huir al desierto. Pero de allí Dios lo sacó para que esta vez ambos llevaran a cabo la tarea juntos. Y así Moisés pudo cumplir su propósito y librar a Israel de la esclavitud de Egipto y llevarlo hasta la Tierra Prometida.
Con Josué en el capítulo 1:6 «Esfuérzate y sé valiente porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que les daría a ellos.»
Dios tiene tantos propósitos con nosotros como personas hay en la tierra. No digas: «Ah, pero eso era para Abraham, eso era para David. Yo no soy ninguno de ellos.» ¿Sabes que nuestro Dios no hace acepción de personas? Él tiene un propósito para todo ser humano. Y yo creo que no debemos de compararnos con los demás, ni pensar que un propósito es más grande que otro. Lo único grande es que lo cumplamos fielmente.
Además, Dios no nos quiere a todos sirviendo dentro de la iglesia de tiempo completo. Dios no quiere que todos seamos maestros, ni que todos seamos pastores o profetas o apóstoles, etc. Hay maravillosos propósitos en lo que llamamos el trabajo secular. Puede que el propósito de Dios para tu vida sea el que seas mamá. Es realmente un honor que se nos confíe el cuidar y formar a la última generación.
El papel de la mamá de Moisés fue decisivo en la historia de Israel. Ella pudo haber dejado que mataran a su hijo; ella pudo abandonarlo en el río y haberle perdido el rastro. Sin embargo, a pesar de haberlo entregado a la hija del Faraón, se ingenió para ser su nodriza y así le enseñó sobre el Dios de Israel. Si Dios te ha llamado a ser mamá, especialízate y sé la mejor mamá del mundo.
La reina Ester también es un ejemplo de alguien que desde el mundo secular cumplió el propósito de Dios para su vida. La reina Vasti se había rebelado y su esposo el rey Asuero la desechó y se propuso hacer un concurso de belleza para reemplazarla.
Mardoqueo, tutor y tío de Ester, guiado por Dios, la presentó al concurso y Ester ganó. Lo malo es que una vez dentro de la fastuosidad de la corte, Ester perdió de vista su propósito y cuando el tío le pide que interceda por su pueblo que va a ser destruido, ella se acobarda. Es allí donde Mardoqueo, de manera magistral, le recuerda quién era y para qué estaba allí. Ester 4:13-14 «No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna parte para los judíos; más tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?» Ester obedece e intercede y salva así a todo el pueblo de Dios. No era pastora, no era maestra, no era profeta. Era la persona precisa en el momento preciso, en el lugar preciso. Dios puede usarte también para bendecir a tu nación con algún cargo político.
En el llamado Dios está señalando el propósito. Adán tuvo llamado, Noé tuvo llamado, Abraham tuvo llamado, Nehemías tuvo llamado, Esdras, José, Jeremías, Isaías, Ezequiel, Timoteo, Pablo, etc. El llamado es muy necesario para cumplir el propósito de Dios, pues es lo que nos sostiene cuando vienen las pruebas. El problema es que cuando no sabemos el propósito de Dios para nuestra vida, solemos inventarnos uno nosotros mismos. Descubre tu propósito a través de los dones que Dios te ha dado.
Romanos 12:6-8
“De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.”
Efesios 4:11-13
“Y Él mismo constituyó a unos apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.” Esos son los 5 dones ministeriales y cada uno también opera con determinados dones del Espíritu Santo. En 1 Corintios12:1-11 se nos dice cuáles son: palabra de sabiduría, palabra de ciencia, fe, dones de sanidades, el hacer milagros, profecía, discernimiento de espíritus, diversos géneros de lenguas, interpretación de lenguas. Esos dones también tienen que ver con nuestro llamado.
Los profetas, por ejemplo, fluyen en Palabra de conocimiento, en palabra de sabiduría, etc. Los pastores y maestros tienen el don de enseñanza y de exhortación. Los evangelistas fluyen en los dones de poder como fe, el hacer milagros, sanidades.
La persona que descubre su propósito y lo cumple trae gloria a Dios.
AVERIGUA TU PROPÓSITO, DESCUBRE TU TALENTO Y DESARRÓLLALO AL MÁXIMO PARA GLORIA DE DIOS:
A todos Dios nos ha dado propósito. Es cuestión de orar, buscar a Dios y estar atento a lo que nos muestre. Puede que lo haga a través de nuestros pastores o líderes. Todos somos buenos para algo. Lo que debemos hacer es no mirar el ministerio de otro como si fuera tierra más deseable. No debemos codiciar ni lo material, ni lo espiritual. Dios es quien nos ha repartido en el cuerpo como Él ha querido. Además, no hay propósitos más espirituales que otros. Uno puede predicar en la carne y otro en cambio barrer la casa en el espíritu. El propósito más bello e importante es el que nos ha tocado a cada uno; y por él, y no otro, es que Dios nos va a pedir cuentas.
Dorcas descubrió su propósito. Ella era una dadora alegre y tenía el talento de coser y hacía túnicas a los siervos de Dios. No predicaba en las plazas, no enseñaba en las aulas; pero sus obras hablaron una vez muerta, y no solo alcanzó la gracia de Dios y fue resucitada por la oración de Pedro, sino que sin hablar y tan sólo con el testimonio de su vida, muchos creyeron en el Señor. (Hch.9:36-42)
Salmos 33:11
“Pero los planes del Señor se mantienen firmes para siempre; sus propósitos nunca serán frustrados.”