
14 de marzo: Marcos 2:18-22 Nueva vida, llena de frescura y dinamismo

“Al ver que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, algunos se acercaron a Jesús y le preguntaron: —¿Cómo es que los discípulos de Juan y de los fariseos ayunan, pero los tuyos no? Jesús contestó:—¿Acaso pueden ayunar los invitados del novio mientras él está con ellos? No pueden hacerlo mientras lo tienen con ellos. Pero llegará el día en que se les quitará el novio y ese día sí ayunarán. Nadie remienda un vestido viejo con un retazo de tela nueva. De hacerlo así, el remiendo fruncirá el vestido y la rotura se hará peor. Ni echa nadie vino nuevo en recipientes de cuero viejo. De hacerlo así, el vino hará reventar el cuero y se arruinarán tanto el vino como los recipientes. Más bien, el vino nuevo se echa en recipientes de cuero nuevo”.— Marcos 2:18-22
En Marcos 2:18-22, se le pregunta a Jesús por qué sus discípulos no ayunan como los demás, y Él responde enseñando una lección profunda sobre la novedad de su venida. Compara la llegada de su reino con la idea del vino y los odres nuevos. Esta imagen, familiar para los trabajadores galileos del primer siglo, tiene un profundo significado para los artesanos, obreros y trabajadores de esa época.
En la analogía de Jesús, los “odres” representan las viejas costumbres, las creencias y prácticas establecidas que se han seguido durante generaciones. El “vino nuevo” es la enseñanza y la presencia fresca y dinámica de Jesús. La novedad de su enseñanza, su presencia y su forma de vida produjeron algo completamente nuevo: nuevos corazones, nuevos sistemas y nuevas formas de vivir en comunidad.
Para los trabajadores, ya fueran panaderos, trabajadores de viñedos o artesanos expertos, esta imagen habría sido bastante identificable. Muchos artesanos reparaban herramientas, ollas u otros artículos como parte de su trabajo diario. Sin embargo, había límites a lo que se podía reparar un artículo viejo antes de que dejara de funcionar. No se podía simplemente remendar una herramienta desgastada y esperar a que funcionara como nueva. Si el horno de un panadero tenía grietas, solo se podía remendar hasta cierto punto antes de que fuera necesario reconstruir toda la estructura. De manera similar, los trabajadores de los viñedos sabían que los odres viejos solo se podían reutilizar un número limitado de veces antes de que estallaran. Reparar un odre viejo o remendar una prenda vieja era tratar los síntomas en lugar de la raíz del problema.
Jesús enseña que el trabajo que Él está haciendo en el mundo no puede ser “remendado” en los viejos sistemas. Su mensaje es un cambio radical, un nuevo paradigma para la vida en comunidad. Para los artesanos y trabajadores de Galilea, esto habría significado que su trabajo, sus relaciones y sus estructuras comunitarias necesitaban ser repensadas a la luz del nuevo camino de Jesús. En el pasado, muchos trabajadores podrían haber seguido prácticas religiosas como parte de su vida diaria. Ahora Jesús añade una nueva comprensión acerca de los lazos entre la comunidad, la relación y la gracia.
En el contexto de la vida artesanal del primer siglo, Jesús invita a los trabajadores y artesanos de todos los días a una nueva forma de hacer su trabajo y vivir sus vidas juntos. Llama a las personas a una comunidad vibrante y viva, construida sobre las relaciones, la gracia y el apoyo mutuo, donde los trabajadores y artesanos pueden unirse para dar gloria a Dios a través de su trabajo calificado y su comunidad amorosa.
Curesma Día 10
Tres lecciones claves
- Las viejas creencias y prácticas no pueden darle cabida a la nueva vida
Así como un odre viejo no puede contener el vino nuevo, las antiguas creencias y prácticas no podían contener la plenitud de lo que Jesús ofrecía. Nosotros también debemos estar abiertos a la nueva obra de Dios en nuestras vidas, reconociendo que Él nos está llamando a crecer, cambiar y adoptar nuevas formas de vida. - Reparar vs. reconstruir
Jesús nos llama a hacer algo más que remendar viejas formas de pensar o de vivir. A veces, no basta con reparar lo que está roto. En cambio, necesitamos abrazar la novedad del reino de Dios, que exige transformación y renovación en cada área de la vida, incluido nuestro trabajo y nuestras relaciones. - Un nuevo paradigma de comunidad
Jesús nos invita a una comunidad en la que estemos unidos por nuestro amor a Dios y a los demás. Como trabajadores y artesanos, estamos llamados a construir y elaborar una comunidad que refleje el vino nuevo de la enseñanza de Jesús: una comunidad en la que cada persona sea valorada, restaurada y capacitada para vivir el propósito de Dios.
Al reflexionar sobre este pasaje, considera los “odres” de su vida. ¿Hay formas antiguas de pensar o de hacer las cosas que necesitas abandonar para abrazar la nueva vida que Jesús te ofrece? ¿Cómo puede contribuir y nutrir nuevas comunidades de gracia y apoyo en tu lugar de trabajo, tu hogar y en la iglesia?
Oración
Señor Jesús, gracias por traer nueva vida a este mundo. Ayúdame a abrazar el vino nuevo de tu reino y a dejar atrás los viejos sistemas que ya no sirven a tus propósitos. Enséñame a reparar lo que necesita reparación, pero también a reconstruir donde sea necesario, abrazando la transformación que Tú ofreces. Que mi trabajo y mis relaciones reflejen la nueva comunidad que nos estás llamando a construir: una comunidad de gracia, amor y apoyo mutuo. Amén.
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