23 de marzo (domingo): Marcos 4:26-34 La semilla y el árbol

«Jesús continuó: «El reino de Dios se parece a quien esparce semilla en la tierra. Sin que este sepa cómo, y ya sea que duerma o esté despierto, día y noche brota y crece la semilla.  La tierra da fruto por sí sola; primero el tallo, luego la espiga y después el grano lleno en la espiga. Tan pronto como el grano está maduro, se mete la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha».También dijo: «¿Con qué vamos a comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola podemos usar para describirlo? Es como una semilla de mostaza: cuando se siembra en la tierra, es la semilla más pequeña que hay,  pero una vez sembrada crece hasta convertirse en la más grande de las hortalizas, y echa ramas tan grandes que las aves pueden anidar bajo su sombra». 

Y con muchas parábolas semejantes les enseñaba Jesús la palabra hasta donde podían entender. No decía nada sin emplear parábolas. Pero cuando estaba a solas con sus discípulos, les explicaba todo«.— Marcos 4:26-34

La semilla, pequeña y aparentemente insignificante, encierra la promesa de algo mucho mayor. Pero para que esa promesa se haga realidad, la semilla debe morir primero en la tierra. Jesús nos enseña que el Reino de Dios a menudo comienza de manera pequeña y modesta, pero crece hasta convertirse en algo expansivo, que brinda refugio y alimento a todos los que lo buscan.

A lo largo de la Biblia, los árboles están llenos de significados metafóricos:

  • El árbol de la vida en Génesis 2:9 representa la vida eterna y la provisión de Dios.
  • Los cedros del Líbano en el Salmo 92:12 simbolizan fuerza y rectitud.
  • El Olivo en Romanos 11:17-24 habla del pueblo del pacto de Dios y del injerto en los gentiles.

 

Las aves también tienen un profundo significado. La paloma, símbolo del Espíritu Santo (Mateo 3:16), nos recuerda la presencia y la paz de Dios. Donde está el Espíritu del Señor, hay vida, esperanza y transformación. Así como la semilla se convierte en un árbol que sustenta la vida, así también nosotros estamos llamados a crecer en nuestro aprendizaje, arraigados en la Palabra de Dios y dando fruto que bendiga a los demás.

Cuaresla día 19

Puntos claves

  1. El Reino comienza desde lo pequeño
    Incluso los actos más pequeños de fe o bondad pueden convertirse en algo de largo alcance y transformador en las manos de Dios.
  2. Morir a uno mismo trae vida
    Como la semilla, debemos entregarnos y morir a nosotros mismos para vivir plenamente en la abundancia del Reino de Dios (Juan 12:24).
  3. El Espíritu trae crecimiento y sombra
    El Espíritu del Señor, como los pájaros en el árbol, habita donde hay vida y proporciona descanso y paz a todos los que vienen allí.

Reflexión
¿Alguna vez te has sentido pequeño o insignificante, como la semilla de mostaza? Jesús nos asegura que lo que parece pequeño tiene un potencial inmenso cuando se entrega a Dios. El Reino crece no por nuestro esfuerzo, sino por el designio y el poder de Dios. Confía en Él con las semillas que plantas, ya sean actos de bondad, palabras de aliento o pasos de fe. Deja que echen raíces, sabiendo que el Espíritu guiará su crecimiento.

Oración
Padre, gracias por la promesa de crecimiento y vida en Tu Reino. Ayúdame a confiar en las cosas pequeñas, sabiendo que Tú eres fiel para traer el crecimiento. Enséñame a morir a mí mismo para que pueda vivir plenamente en Ti. Que pueda estar arraigado en Tu Palabra, creciendo para ser alguien que brinde sombra y bendición a los demás. Deja que Tu Espíritu guíe mis pasos y mi crecimiento. Amén.

 

abril 2025

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