28 de marzo: Marcos 6:7-13 Los aprendices se convierten en practicantes del oficio
“Reunió a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus malignos. Les ordenó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni bolsa, ni dinero en el cinturón, sino solo un bastón. «Lleven sandalias —dijo—, pero no dos mudas de ropa». Y añadió: «Cuando entren en una casa, quédense allí hasta que salgan del pueblo. Si en algún lugar no los reciben bien o no los escuchan, salgan de allí y sacúdanse el polvo de los pies, como un testimonio contra ellos».Los doce salieron y exhortaban a la gente a que se arrepintiera. También expulsaban a muchos demonios y sanaban a muchos enfermos, ungiéndolos con aceite.”—Marcos 6:7-13
Las instrucciones de Jesús a los Doce revelan el corazón de su misión: dependencia de Dios, sencillez de propósito y disposición para actuar. Esta no era todavía una misión para toda la vida, sino una oportunidad para que los discípulos practicaran su fe y su ministerio. Era una misión preparatoria, donde los aprendices comenzaron a aplicar todo lo que habían aprendido al observar a su Maestro.
Las instrucciones que dio Jesús fueron específicas: debían llevar sólo lo esencial. Ni pan, ni alforja, ni dinero; sólo un bastón, sandalias y una túnica. ¿Por qué? Porque debían confiar en Dios y en la hospitalidad de los demás, no en sus propias provisiones. Esta misión a corto plazo se trataba de fe en acción.
El período de tiempo para esta misión fue breve y el objetivo era claro: proclamar el arrepentimiento, expulsar demonios y sanar a los enfermos. Jesús les dio autoridad sobre los espíritus impuros, confiándoles el poder de actuar en su nombre. La sencillez de su tarea se correspondía con la enormidad de su importancia: estaban pasando de aprendices a practicantes del Reino, preparándose para una misión aún mayor que estaba por venir.
Los logros de los apóstoles en este viaje fueron notables. Predicaron el arrepentimiento, que era el fundamento del mensaje de Jesús. Expulsaron demonios, confrontando la oscuridad espiritual que ataba a la gente. Y sanaron a los enfermos, ofreciendo evidencia tangible de la llegada del Reino. Sin embargo, esta misión no se trataba de su poder o experiencia, sino de Dios obrando a través de ellos mientras practicaban la obediencia y la confianza.
Devocional día 24
Puntos claves
- La preparación precede a la permanencia
Esta misión fue un campo de entrenamiento. No fue una misión para toda la vida, sino una tarea temporal para ayudar a los discípulos a crecer en la fe y la confianza. Antes de ser enviados a un ministerio de mayor impacto, Dios a menudo nos da pequeñas oportunidades para practicar y crecer. - Sencillez en la misión
Las instrucciones de Jesús nos recuerdan que no necesitamos planes elaborados ni recursos para servirle. Cuando confiamos en Dios, Él provee lo que necesitamos para la tarea en cuestión.
- El poder de la obediencia
El éxito de los discípulos no dependía de sus habilidades, sino de su obediencia al mandato de Jesús. Cuando damos un paso de fe y seguimos su dirección, Dios puede lograr cosas extraordinarias a través de nosotros.
Reflexión
Como aprendices de Cristo, llega un momento en el que debemos pasar de la observación a la acción. Al igual que los Doce, podemos sentirnos poco preparados o inseguros, pero el proceso de “ir y hacer” nos ayuda a crecer en la fe y la dependencia de Dios. Este pasaje nos desafía a reflexionar sobre dónde Dios podría estar llamándonos a dar un paso adelante, incluso en pequeñas formas, para practicar nuestra fe. Tal vez sea compartiendo nuestro testimonio, sirviendo en nuestra comunidad o simplemente ofreciendo una oración a alguien necesitado. La práctica no se trata de la perfección,se trata de permitir que Dios trabaje a través de nosotros a medida que aprendemos a confiar en Él.
Oración
Señor Jesús, gracias por llamarnos a ser parte de tu misión. Ayúdanos a dar un paso de fe, incluso cuando nos sentimos desprevenidos o inseguros. Enséñanos a confiar en Ti para recibir provisión y guía, y recuérdanos que el poder para la obra viene de Ti, no de nosotros mismos. Que podamos aprovechar las oportunidades para practicar y crecer como Tus discípulos, confiando siempre en que Tú estás con nosotros. Amén.
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