11 de abril: Marcos 10:1-16 Reflexiona sobre tus relaciones

“Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos llegarán a ser uno solo.” “Así que ya no son dos, sino uno solo.” Marcos 10:7-8

La enseñanza de Jesús sobre el divorcio tiene sus raíces en la relación bíblica entre Dios y su pueblo. En las Escrituras hebreas, el matrimonio se entendía como un vínculo sagrado que reflejaba la inquebrantable fidelidad de Dios a Israel, incluso cuando ellos rompían su parte del pacto. A través de profetas como Oseas, Dios utilizó el matrimonio como una imagen para ilustrar su amor perdurable, incluso frente a la infidelidad humana.

Cuando los fariseos interrogan a Jesús sobre el divorcio, se refieren a la disposición de Deuteronomio 24:1-4, que permitía a un hombre dar a su esposa un certificado de divorcio y “despedirla”. Esta acción legal tenía como objetivo brindar cierta protección a la mujer divorciada, pero también reflejaba la dureza de los corazones humanos. Sin embargo, Jesús redirige su atención al diseño original de Dios para el matrimonio.

Citando Génesis 1:27 y 2:24, Jesús enfatiza que el matrimonio es una unión en la que dos se convierten en una sola carne, un vínculo íntimo que refleja el amor fiel y duradero de Dios.

En tiempos de Jesús, el divorcio era un acontecimiento público y a menudo devastador. Cuando un hombre se divorciaba de su esposa, la frase “despídela” tenía profundas implicaciones. Dejaba a las mujeres vulnerables, sin apoyo y, a menudo, condenadas al ostracismo. El certificado de divorcio puede haber proporcionado un reconocimiento legal, pero hizo poco por reparar las heridas emocionales, espirituales y relacionales causadas por un pacto roto.

Las enseñanzas de Jesús subrayan la santidad del matrimonio y destacan el profundo impacto que tiene el divorcio, no sólo en la pareja sino también en sus familias y comunidades. El divorcio es una realidad dolorosa que a menudo deja a los hijos profundamente afectados, una verdad que es tan relevante hoy como lo fue en tiempos de Jesús.

Compasión y cuidado por los más vulnerables
Inmediatamente después de abordar el matrimonio y el divorcio, la interacción de Jesús con los niños revela su compasión y cuidado por los más vulnerables. En una cultura donde los niños a menudo eran ignorados o subestimados, Jesús no solo les da la bienvenida, sino que también los bendice, declarando que el reino de Dios pertenece a quienes son como ellos.

Este momento pone de relieve la interconexión que existe entre el matrimonio, la familia y la fe. Los niños se ven profundamente afectados por las relaciones y las decisiones de los adultos que los rodean. El abrazo que Jesús da a los niños es un poderoso recordatorio de que ellos no son una ocurrencia posterior en el reino de Dios, sino que son fundamentales para él.

Cuaresma día 38

Puntos claves

  1. El matrimonio refleja el Pacto de Dios

El matrimonio es más que un contrato legal; es un pacto sagrado diseñado para reflejar el amor fiel de Dios. Este pacto afecta no sólo a la pareja sino también a sus familias y comunidades.

  1. El divorcio es doloroso, pero se afronta con gracia
    Jesús reconoce la realidad del divorcio y la ruptura que conduce a él, pero nos llama a esforzarnos por la intención original del matrimonio y a creer en ella: una unión fiel para toda la vida.
  2. Los niños son fundamentales en el Reino de Dios

La acogida que Jesús da a los niños subraya su valor y nos recuerda nuestra responsabilidad de cuidarlos y protegerlos con amor y fidelidad.

Reflexión
Este pasaje nos desafía a reflexionar sobre nuestras relaciones y su impacto en quienes nos rodean, especialmente en los niños. Ya sea que estemos casados, divorciados o solteros, todos estamos llamados a honrar la santidad de las relaciones de alianza y a nutrir a la próxima generación. El ejemplo de Jesús de acoger a los niños demuestra su profundo cuidado por todas las personas, especialmente los vulnerables, y nos recuerda que debemos acercarnos a Él con humildad y confianza.

Oración
Señor, Tú eres fiel y firme en tu pacto con nosotros. Enséñanos a honrar las relaciones sagradas que nos has confiado. Ayúdanos a acercarnos a Ti con fe como la de un niño y a cuidar de los niños y las familias en nuestras vidas. Sana las heridas causadas por el quebrantamiento y guíanos para vivir en fidelidad y amor. Amén.

mayo 2025

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