Te invitamos mañana, a escuchar el Día 5 de los 40 Días de Oración durante la Cuaresma.

8 de marzo: Marcos 1:14-20 Escogido para hacer la diferencia

“Después de que encarcelaron a Juan, Jesús se fue a Galilea a anunciar las buenas noticias de Dios.  «Se ha cumplido el tiempo —decía—. El reino de Dios está cerca. ¡Arrepiéntanse y crean las buenas noticias!».Pasando junto al lago de Galilea, Jesús vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban la red al lago, pues eran pescadores. «Vengan, síganme —dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres».  Al instante dejaron las redes y lo siguieron.¨
— Marcos 1:14-18

En la Galilea del primer siglo, convertirse en aprendiz requería una selección cuidadosa. Los artesanos y maestros buscaban aprendices

que demostraran algo más que habilidad: buscaban individuos con dedicación, voluntad de aprender y un carácter que pudiera crecer bajo su guía. Un aprendiz no era simplemente alguien que imitaba el trabajo del maestro; vivía junto a él, adoptando sus valores, técnicas y estilo de vida para convertirse en un juicioso seguidor.

Jesús llamó a sus primeros discípulos en este contexto. Caminó entre pescadores, trabajadores comunes que trabajaban con sus manos y vivían cerca de los ritmos de la tierra. Hablando en arameo, la lengua cotidiana de Galilea, Jesús extendió una invitación que ellos entendieron: “ Vengan, síganme”. En arameo, la palabra para “seguir” ( laqba, que significa caminar detrás o al lado) conllevaba el sentido de unir la vida de uno con la de otro. Jesús no estaba simplemente  ofreciendo una tarea; los estaba invitando a un aprendizaje de por vida con Él como su Maestro para multiplicar el impacto del Reino.

La inmediata respuesta de los discípulos revela los criterios que Jesús valoraba en sus aprendices:

Cuaresma Día 4

  1. Un corazón dispuesto
    Simón y Andrés dejaron sus redes ¨de inmediato”. No esperaron a que las condiciones fueran perfectas ni que hubiera garantías de éxito. Jesús busca aprendices que estén dispuestos a confiar plenamente en Él y a responder sin vacilaciones.
  2. Un espíritu abierto
    Los pescadores no eran teólogos ni eruditos; eran hombres comunes y corrientes que estaban abiertos al aprendizaje. En la cultura aramea, el respeto por un maestro (rabino) era fundamental. Estos hombres estaban dispuestos a escuchar las enseñanzas de Jesús y permitirle moldear sus vidas.
  3. Un compromiso a establecer una relación
    El aprendizaje en Galilea no consistía solo en aprender una habilidad, sino en caminar de cerca con el maestro. Jesús llamó a sus discípulos a algo más que trabajar; los llamó a una relación, donde conocerían su corazón, su misión y su forma de vida.

Para nosotros hoy, el llamado de Jesús sigue siendo el mismo. Nos invita a seguirlo, a dejar atrás lo que conocemos y confiar en que Él nos enseñará una nueva forma de vida. Su invitación habla en un lenguaje que entendemos, y nos llama a aprender de Él como Maestro. ¿Estás listo para seguirlo?

Oración
Señor, gracias por llamarme a seguirte. Ayúdame a tener un corazón dispuesto, un espíritu abierto y el compromiso de caminar de cerca contigo como mi Maestro. Enséñame a vivir como Tu aprendiz, aprendiendo de Ti y compartiendo Tu misión en el mundo. Amén.

abril 2025

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