Es Tiempo de Conectar, junio 001

«Él no está aquí; ¡Ha resucitado!» (Lucas 24:6)
» Y si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es ilusoria y todavía están en sus pecados.». (1 Corintios 15:17)
«Abram creyó en Jehová, y Él se lo contó por justicia.» (Génesis 15:6.)

¿Por qué la resurrección de Jesús es crucial en la vida cristiana?
La Resurrección no es solo un evento histórico, es el cumplimiento de antiguas promesas, la garantía de nuestro futuro y la señal de que el pacto de Dios sigue en pie. Sin el sepulcro vacío, no hay Evangelio, no hay Buenas Nuevas. ¡Con Él, lo tenemos todo!

¿Por qué sigue siendo importante la tumba vacía? ¿Por qué todo en la vida cristiana sube o baja dependiendo de si Jesús realmente resucitó?
La resurrección de Jesús no es solo una historia de esperanza, es la línea divisoria entre la verdad y el engaño, entre vivir el pacto y las promesas rotas.

Si la tumba no está vacía, entonces:
La muerte tiene la última palabra y sigue reinando
El pecado nos sigue venciendo
Y todo acto de obediencia es inútil (1 Corintios 15:14)
Pero debido a que la tumba permanece vacía, podemos confiar plenamente en Dios en y Su palabra . Él ha cumplido Su promesa, y todas las demás promesas que Él ha hecho se mantienen firmes.

Pacto, no contrato
Recuerde que mucho antes de que Jesús saliera de la tumba, Dios hizo un pacto con Abraham. Escuchen bien, no hizo un contrato, pues los contratos son mutuos y condicionales. Es un pacto, iniciado por Dios, sellado en sangre, sostenido por la gracia. Y la resurrección corporal de Jesucristo es la máxima confirmación de este pacto. 

Dios no sólo perdonó los pecados, Él resucitó a su Hijo de entre los muertos, confirmando de una vez por todas aquel versículo que dice:

«Mi Palabra no volverá vacía. Soy un Dios que cumple promesas.»
¿Por qué la resurrección sigue siendo importante hoy en día?
La resurrección no se limita a usar el espejo retrovisor que mira al pasado sino que también es la garantía de lo que está por venir, es el parabrisas por el cual vemos hacia adelante.

Es la razón por la que enterramos a nuestros muertos con esperanza.
Es la razón por la cual soportamos el sufrimiento con tranquilidad, perseverancia y con una paz inquebrantable.

Es la razón por la que predicamos, oramos y seguimos adelante, porque Dios ha dicho la última palabra y ha cambiado el final.

Pablo dice: «Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales. » (1 Corintios 15:19.)
Pero no sólo tenemos esperanza para esta vida, tenemos una esperanza aún mayor que trasciende la tumba.

Pacto y santidad diaria
Vivir una vida de santidad es más que pureza moral. La santidad se basa en el arrepentimiento, el amor y la fidelidad al pacto. Piensa en esto como si se tratara del matrimonio. Son precisamente estas características las que hacen que el matrimonio sea diferente de todas las demás relaciones. El arrepentimiento y la santidad nos alinean con Jesús.

Al nosotros decir: «Porque Tú vives, yo viviré, como si todas Tus promesas fueran verdaderas.» La tumba vacía no es sólo un concepto teológico, mucho menos metafórico o filosófico. Es un tema profundamente personal. Significa que se debe confiar en Dios porque Él es fiel e hizo lo que dijo que haría, y ahora estamos invitados a convertirnos en socios del pacto, llamados a vivir como si la resurrección fuera real.

Preguntas claves:
¿Vivo como si la tumba todavía estuviera vacía, o como si aún tuviera que esperar más pruebas?
¿He dado por sentada la Resurrección como algo que quedó en el pasado, en lugar de algo que vive dentro de mí?
¿Cómo moldea el pacto que Dios hizo—y que cumplió—la manera en que hoy hablo, trabajo y camino con Él?

Oración de Restauración:
Dios, tú que eres fiel a Tu pacto, no olvidas Tu promesa. Resucitaste a Tu Hijo. Rompiste la maldición de la muerte y demostraste que Tu Palabra jamás falla. Permíteme vivir hoy con un corazón arrepentido y con una convicción firme en la Resurrección. Que la tumba vacía resuene en mi manera de amar, de hablar, de esperar y de caminar en pacto contigo. Amén.

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Escrito por Jen Wilson, narrado por Juan Bravo, producido por Conectar Global