
Es Tiempo de Conectar, junio 002
La Obra Silenciosa del Espíritu
» El viento sopla por donde quiere y oyes su sonido… Lo mismo pasa con todo el que nace del Espíritu.» —Juan 3:8
«El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad… Él intercede por el pueblo de Dios de acuerdo con la voluntad de Dios.» Romanos 8:26–27
«Cristo en ti, esperanza de gloria.» Colosenses 1:27
Presencia en Territorio Enemigo
Antes de caer el fuego, el Espíritu se forma. Antes de que conociéramos a Dios, Él estaba ya viniendo hacia nosotros. Incluso ahora, mientras aún hay silencio, el Reino crece, sin habernos percatado de las raíces que crecen debajo de la superficie. El Espíritu mora dentro de nosotros mientras vivimos en un mundo que se resiste a Él, pero lo que es claro es Su Reino no se detiene.
El Espíritu de Dios casi nunca irrumpe con estruendo sino que trabaja en silencio,
como el viento a través de las hojas, como el aliento en los pulmones, como el volcán que arde justo debajo de la superficie, esperando el momento adecuado para irrumpir. Esta es la obra silenciosa del Espíritu. Y nunca es vano.
Dios tiene un ‘antes.’
Antes de la creación, existía el Reino eterno. Antes de que Adán caminara, antes de que Eva fallara, antes del pecado en el jardín, Dios ya era Rey. El mismo Reino eterno, establecido antes del tiempo es lo que somos ahora, y es de lo cual podemos ser parte.
A menudo pensamos que la gracia comienza con el arrepentimiento, pero la gracia preveniente, la gracia de Dios que precede y prepara al ser humano para responder a Su llamado; ya se estaba moviendo, antes de que supiéramos pedir, antes de que tuviéramos un nombre para definir nuestro dolor, antes de que pudiéramos entender la voz que nos llamaba a casa o el amor santo que nos esperaba pacientemente.
Esta gracia que precede no es sólo consuelo sino estrategia. Dios comienza antes que nosotros, siempre va un paso adelante, incluso en territorio enemigo.
La vida espiritual de las personas en un mundo hostil
El Espíritu consuela y equipa. Primero lo hace en silencio, en los lugares ocultos del corazón, en los momentos tranquilos de la oración, en las disciplinas del arrepentimiento y la obediencia cuando nadie está mirando.
Su presencia mora en nosotros y entre nosotros mientras vivimos en un mundo que se resiste al gobierno de Cristo. Pero no se equivoquen y no se dejen engañar: el adversario y las circunstancias adversas nos superan en número. No estamos sin apoyo. No estamos desarmados.
El mismo Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos ahora mora en nosotros, no solo para asegurarnos, sino para prepararnos y equiparnos para el servicio del Reino. Está formando guerreros y diplomáticos que un día hablarán con fuego santo, pero por ahora deben aprender a escuchar y esperar..
Lo que el Espíritu forma, el Reino lo sostiene
Romanos 8 dice que el Espíritu intercede por nosotros incluso cuando no sabemos cómo orar. Eso significa que tu silencio no es hueco sino que se llena en la espera. Eso significa que tu debilidad no se desperdicia, adquiere forma. Eso significa que la batalla no está perdida, está siendo combatida dentro de ti por Aquel que conoce perfectamente la voluntad de Dios.
El Espíritu está formando a Cristo en ti, y Cristo en ti es la esperanza de gloria.
Conclusiones claves:
¿Has subestimado la obra silenciosa de Dios en tu vida?
¿Dónde has confundido silencio con ausencia?
¿Estás dispuesto a ser formado en los lugares ocultos, sabiendo que el Espíritu nunca está ocioso?
Oración de Restauración:
Espíritu Santo, doy la bienvenida a Tu obra silenciosa. Te doy gracias por la gracia que vino antes de que me volviera a Ti. Enséñame a valorar lo que no se ve. Forma en mí la imagen de Cristo, aún mientras espero. Y permite que Tu presencia me prepare para mantenerme firme en un mundo que aún no te ve. Amén.
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Escrito por Jen Wilson, narrado por Juan Bravo, producido por Conectar Global