Es Tiempo de Conectar, marzo 003

En Juan 11 leemos la historia de la resurrección de Lázaro, una persona que junto con sus dos hermanas, Marta y María eran muy cercanas a Jesús.

Jesús aparece en la escena en un momento donde ya no había nada qué hacer pues Lázaro llevaba cuatro días de haber sido enterrado.

En la Palestina de los tiempos de Jesús, los cadáveres eran enterrados al poco tiempo de morir, y el funeral se celebraba antes de ocho horas. Lo primero que se hacía era lavar el cadáver con perfumes como mirra y áloe y vestirlo con sus ropas más lujosas.

¿Hay algo valioso que es parte de tu existencia que ha muerto, que ya le has enterrado? ¿Un sueño, algo que anhelas, una relación? ¡Hoy puede ser el día de la resurrección para ti!

¿Qué se necesitaba para resucitar a Lázaro? ¿Qué se necesita para resucitar lo que consideras perdido?

Cuando Jesús oyó la noticia, dijo: «La enfermedad de Lázaro no acabará en muerte. Al contrario, sucedió para la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios reciba gloria como resultado».”

Jesús fue claro en decir que la situación de Lázaro sería para glorificar a Dios.

Creo que es lo mismo que hoy Dios nos dice; No creas que aquello ha muerto porque lo que Dios quiere hacer a través de tus circunstancias es que su gloria sea manifestada.

Cuando pienses que no hay salida, que todo terminó, ten una visión de fe pues la fe será el motor que te va a ayudar a seguir viviendo.

Sin Fe es imposible agradar a Dios, sin Fe no recibes el galardón.

Es como un ejército sin armamento, en la batalla no sirve para mucho, no es efectivo.

En la guerra de Ucrania contra Rusia, sin buen armamento uno de los dos bando pierde.

La mejor artillería es la que gana la guerra, pero hay qué usar esta artillería, no es suficiente con tenerla.

“Usamos las armas poderosas de Dios, no las del mundo, para derribar las fortalezas del razonamiento humano y para destruir argumentos falsos. Destruimos todo obstáculo de arrogancia que impide que la gente conozca a Dios. Capturamos los pensamientos rebeldes y enseñamos a las personas a obedecer a Cristo.” 2 Corintios 10:4-5.

Debemos añadir fe a nuestras palabras, creer en un milagro, debemos confesar con nuestra boca el milagro.

Juan 11:5-6,“’Aunque Jesús amaba a Marta, a María y a Lázaro, se quedó donde estaba dos días más.”

Las hermanas de Lázaro sabían de la gravedad de la salud de su hermano y estaban urgidas de que Jesús llegara, pero Dios hace todo en sus tiempos y no en los nuestros.

Para Marta y María, Jesús se demoró, así nosotros pensamos que Jesús se está demorando, pero Dios está esperando el tiempo perfecto.

Dios nunca llega tarde, Él siempre llega a tiempo. Espera en Dios, en el tiempo de Él.

Cambia tu forma de orar, aprende a clamar.

Hoy el Señor declara lo mismo para ti, que salgas fuera y que las vendas que atan tus sueños que tienen paralizado(a) tu fe sean quitadas y alcances los propósitos de Dios.

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