
Es Tiempo de Conectar, mayo 003
Poder con Propósito
“Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra.” Hechos de los Apóstoles 1:8
“Pues derramaré agua para calmar tu sed y para regar tus campos resecos; derramaré mi Espíritu sobre tus descendientes, y mi bendición sobre tus hijos.” Isaías 44:3
Los discípulos hicieron una pregunta que había estado en el corazón de todo fiel israelita: “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6)
No estaban confundidos sino que anhelaban dejar de vivir bajo el dominio de Roma; vivir en su propia tierra bajo el yugo romano era para ellos como vivir en una especie de exilio: bajo ocupación, restringidos y en espera.
Preguntaban lo que a menudo nos preguntamos: «¿Cuándo es que vas a arreglar esto? ¿Cuándo se impondrá la justicia? ¿Cuándo es que vamos a ser libres?».
Jesús no les ofrece una estrategia política ni una campaña militar pero les da algo mucho más grande: les ofrece el Espíritu Santo y una gran misión que se extiende desde Jerusalén hasta los confines de la tierra.
El Espíritu es Poder, no una Plataforma
El Espíritu Santo no se nos da para hacernos sentir espirituales, sofisticados ni para creer que somos más que otros. La presencia de Dios no es una insignia de estatus que nos hace creer que somos parte de la élite.
El Espíritu se derrama para capacitarnos para dar testimonio. El Espíritu se derrama para restaurar la tierra seca, como dice Isaías, y para impactar a la próxima generación: “Algunos dirán con orgullo: ‘Yo le pertenezco al Señor…” Isaías 44:5
Este no es un avivamiento de corto alcance, sino algo más importante, restauración de la identidad comenzando con el poder que fluye a través del servicio.
Autoridad del Reino para el bien de los demás
Jesús no ignora sino que redefine el deseo de restauración de los discípulos.
La restauración de Israel vendrá, pero no mediante espadas ni tronos. Vendrá a través de testigos llenos del Espíritu, tanto judíos como gentiles que llevan el mensaje de un Rey Resucitado, no para dominar, sino para testificar y transformar. El poder en el Reino siempre es para el servicio de los demás.
Acojo al Espíritu no solamente para mi consuelo, sino para que se encienda la misión. Que Su poder en mí se convierta en Su santo propósito para cumplirse a través de mí.
Hoy día 14 te invito a que te preguntes: “¿Para qué estoy siendo empoderado?”
Contar el Ómer es una disciplina de preparación. Prepara el alma para el llamado del Espíritu, no con el propósito de tener prestigio ni ser prepotente, sino para disfrutar del agua viva que se derrama en nuestras vidas.
Puntos clave:
1. ¿Dónde he estado buscando poder con fines egoístas como tener consuelo, control o claridad?
2. ¿Qué significa recibir al Espíritu con las manos abiertas, listo para servir, testificar e ir adonde Él me guíe?
La respuesta de Jesús a sus discípulos de entonces sigue siendo la misma para nosotros hoy: «Recibirán poder, no para ejercer control, sino para dar testimonio.» Esta es la clave para entender su misión, no sólo creer, sino ser testigos vivos de la resurrección de Jesús.
Oración de Restauración:
Espíritu Santo, desciende fresco sobre la tierra seca de mi alma. Enséñame que el poder no es para controlar, sino para dar testimonio. Que mi vida se derrame como agua viva para el bien de los demás. Envíame, no a construir mi propio reino, sino a dar testimonio del tuyo con valentía, verdad y amor. Amén.
Si esta reflexión ha hablado a tu vida, déjanos tu comentario, comparte con otros y suscríbete al canal.
https://www.youtube.com/channel/UCjAQ1K6ZSVAl0pheA3NVdIw
Te animo a que hagas uno de nuestros cursos en www.conectarglobal.org que son sin costo alguno.
Escrito por Jen Wilson, narrado por Juan Bravo, producido por Conectar Global