Es Tiempo de Conectar, mayo 005

La espera del Reino de Dios

La Cuenta del Omer, el período de las siete semanas después de la Pascua, nos enseña sobre la importancia de esperar con paciencia, sin prisa y con buena disposición. Esperar no indica debilidad; esperar es tener sabiduría. Dios no es lento sino que busca moldearnos a través de cada retraso.
Reflexión:

“Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes.

Pon tu esperanza en el Señor; cobra ánimo y ármate de valor,¡pon tu esperanza en el Señor!” Salmo 27: 13-14
“ Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá.” Habacuc 2:3

A nadie le gusta esperar. Tendemos a apresurarnos, en lugar de esperar hasta estar listos. Pero en el Reino, la espera no es en vano: es un tiempo de formación.
Durante los cuarenta días que Jesús caminó entre ellos, los discípulos no se quedaron de brazos cruzados.

Escuchaban con asombro, sorprendidos con el misterio, ajustando sus expectativas a diario. Jesús estaba vivo y todo era diferente.

Y justo cuando creían entender, Él decía o hacía algo que derrumbaba sus esquemas. Así es la espera en el Reino de Dios: no es ociosa ni tampoco ciega, sino presente, abierta y se reconstruye poco a poco.

El costo de creer
A veces creer no es fácil y tiene un gran costo personal.
Creer que Jesús es el Rey resucitado significa someter:
Nuestra propia expectativa del tiempo
Nuestras suposiciones profundamente arraigadas
Nuestro orgullo
Nuestros sueños
Incluso nuestras expectativas religiosas

Creer no es solo aceptar. Es renunciar diariamente a uno mismo para ser formado a su imagen. Mientras más pronto comencemos esta entrega, más profundamente podrá el Espíritu formarnos.

Elijo esperar con sabiduría. Confío en que lo que estás construyendo vale cada momento de preparación. No apresuraré la obra del Espíritu.

Espera profética: sin prisa, pero encontrándonos siempre listos
“ Aunque tarda, espéralo”.
No es que Dios está demorando el proceso. Dios está creando algo eterno en un pueblo dispuesto a esperar.

Las palabras de Habacuc resuenan a través del tiempo:

• Escribe la visión.
• Espera su cumplimiento.
• No tardará.

Puede que no llegue cuando lo esperas, pero cuando llegue, estarás listo—si no te has adelantado. La espera está integrada en la cuenta de los días que conducen a algo verdaderamente revolucionario. Cada día no es solo una anotación en el calendario—es una preparación para ser testigos de lo que viene.

El tiempo de Dios siempre es exacto, pero nuestra preparación suele tomar tiempo.
No confundas lentitud con silencio. No confundas espera con debilidad.

Esperar es sabiduría. Esperar es adoración.
Conclusiones claves
1. ¿Qué parte de tu jornada estás intentando apresurar?
2. ¿En qué casos tu decepción se debe más a las expectativas no cumplidas que al tiempo real de Dios?
3. ¿Cómo sería entregarle esa preocupación a Dios y dejar que Él reconstruya tu manera de pensar?

Esperar no es una acción pasiva, es confianza activa . Y en esta época, el Señor te está moldeando para lo que vas a llevar a cuesta.

Oración de restauración:
Jesús, ayúdame a esperar con sabiduría, no con resentimiento. Fórmame en los lugares tranquilos donde quiero apresurarme. 

Enséñame a ver la demora como un designio y la decepción como una invitación a una confianza más profunda. Prepárame para lo que estás construyendo en mí y a través de mí. Esperaré y adoraré. Amén

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Escrito por Jen Wilson, narrado por Juan Bravo, producido por Conectar Global

 

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