Es Tiempo de Conectar, agosto 007
Llamados a ser buenos mayordomos
«Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.» 1 Corintios 4:2
La palabra mayordomía no es muy común en el contexto no evangélico a lo largo del mundo hispano hablante. Cuando en Colombia me hablan de un mayordomo, entiendo como alguien que maneja, que administra una propiedad en una área rural.
Por ejemplo, tengo muchos amigos que tienen una finca y el administrador principal se conoce como el mayordomo, es alguien que administra una propiedad que no le pertenece pero la disfruta mucho más que el propio dueño en la mayoría de los casos.
En la Biblia la mayordomía describe una verdad fundamental: todo lo que tenemos, nuestro tiempo, nuestros talentos, nuestros recursos, nuestra familia y nuestra influencia, no son nuestros sino que le pertenecen a Dios, y nosotros somos administradores, no dueños.
“El Señor Dios puso al hombre en el jardín de Edén para que se ocupara de él y lo custodiara.” Génesis 2:15.
¿Qué hizo Adán para adquirir el jardín del Edén? ¡Nada! Lo recibió y se le dió la instrucción de labrar y de cuidar. Así mismo Dios nos confía lo que es suyo para que lo cuidemos y lo usemos bien.
¿Qué es la mayordomía?
En la Biblia, un mayordomo es alguien encargado de administrar los bienes y asuntos de un amo. No es propietario, pero tiene autoridad para usar los recursos conforme a la voluntad de su señor. Así también, nosotros no somos dueños de lo que tenemos:
El dinero que manejamos es de Dios.
El tiempo que tenemos es de Dios.
Los dones y talentos que poseemos son de Dios.
La familia es de Dios
Nuestro cuerpo y nuestra vida son de Dios.
“¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos, porque Dios los compró a un alto precio…” 1 Corintios 6:19-20
La pregunta que nos debemos hacer es: ¿Estamos usando bien y como Él quiere, lo que Dios nos confió?
Áreas clave de la mayordomía bíblica
Mayordomía del tiempo: Efesios 5:15-16 nos llama a “aprovechar bien el tiempo”. El tiempo es un recurso no renovable: lo que hoy no usamos para bien, lo perdemos. Ser buen mayordomo significa planear, priorizar y usar el tiempo con integridad. No servir al ojo, o sea usar bien nuestro tiempo aún mientras no nos ven.
Mayordomía de los talentos: Jesús contó la parábola de los talentos en Mateo 25:14-30 para enseñarnos que Dios espera que multipliquemos lo que Él nos dio y no enterrar nuestros dones desperdiciando la oportunidad de crecer y multiplicar.
Mayordomía de los recursos materiales: En 1 Crónicas 29:14, David reconoció: “Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos”. La generosidad no es dar “de lo mío”, sino devolver a Dios lo que ya es suyo.
El libro de Malaquías en la Biblia nos enseña que si queremos blindar nuestra economía, debemos dar generosamente el diezmo, el 10% de nuestros ingresos.
También gastar según un presupuesto. La Universidad de Paz Financiera de Dave Ramsey enseña que ahorres y tengas un fondo de emergencia tres veces tus ingresos y comprar lo que menos puedas a crédito, etc.
Mayordomía de la vida espiritual: Pablo dijo a Timoteo: “Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.” 2 Timoteo 1:14.
Nuestra relación con Dios, la Palabra que hemos recibido y la fe que profesamos, son tesoros que debemos cuidar y nutrir.
Principios para una buena mayordomía son:
Entender quién es el verdadero dueño de todo lo que Dios te ha confiado.
Buscar la dirección de Dios antes de tomar decisiones importantes
Ser fiel en lo poco porque Jesús dijo en Lucas 16:10: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo mucho es fiel.”
Rendir cuentas, pues un día se nos pedirá cuentas de cómo administramos lo que nos fue dado. Romanos 14:12 dice: “Es cierto, cada uno de nosotros tendrá que responder por sí mismo ante Dios.”
Invierte en lo eterno pues Jesús nos llama en Mateo 6:19-20 a hacer tesoros en el cielo. Lo que sembramos en el Reino produce fruto eterno.
Te pregunto:
¿Cómo estás administrando tu tiempo?
¿Estás desarrollando y usando tus dones para beneficiar a otros?
¿Tus decisiones financieras reflejan el concepto de mayordomía y los valores del Reino?
¿Estás cuidando tu vida espiritual como un tesoro?
La mayordomía no es solo un principio bíblico, es una manera de vivir. Es el reconocimiento diario de que somos siervos fieles cuidando lo que pertenece a Dios.
Oración
Señor, gracias por confiarme lo que es tuyo: mi vida, mi familia, mi tiempo, mis talentos y mis recursos. Perdóname si he actuado como dueño y no como administrador. Ayúdame a vivir cada día con la conciencia de que todo lo que tengo te pertenece.
Enséñame a ser fiel, a invertir en lo eterno y a rendir cuentas con gozo cuando me llames a tu presencia. Amén.
Te animamos a que dones en el siguiente enlace https://conectarglobal.org/donaciones/ . Así nos apoyarás a seguir con este hermoso servicio de llegar a muchas más personas.
Y que hagas uno de nuestros cursos en www.conectarglobal.org que son sin costo alguno.
Creado y narrado por Juan Bravo. producido por Conectar Global