Es Tiempo de Conectar, marzo 007

Tiempo de Prueba y de Victoria

“Enseguida, el Espíritu lo impulsó a ir al desierto y allí fue tentado por Satanás durante cuarenta días. Estaba entre las fieras y los ángeles le servían.” Marcos 1:12-13

Para los trabajadores y artesanos de la Galilea del primer siglo, la vida estaba llena de pruebas. El mercado era competitivo y la tentación de tomar atajos o comprometer la integridad a cambio de ganancias era real.

Los médicos curanderos y los comerciantes enfrentaban desafíos similares: cómo equilibrar la compasión con la necesidad financiera o cómo permanecer honestos en un mundo donde la deshonestidad podría producir una recompensa más rápida. Ya fueran trabajadores calificados o comerciantes de clase media, todos enfrentaban presiones que ponían a prueba su carácter.

En Marcos 1:12-13, Jesús, inmediatamente después de su bautismo, es impulsado a su propio desierto para ser probado. El Espíritu lo conduce a un ambiente árido y hostil, donde se enfrenta no solo a los animales salvajes sino también a las tentaciones de Satanás.

Este período de prueba no fue un castigo sino una preparación. Jesús, que iba a caminar entre miles de artesanos, trabajadores y gente común, conocería de primera mano lo que significaba ser probado en el crisol de la vida.

Para los discípulos de nuestros tiempos, la experiencia de Jesús en el desierto ofrece mucho ánimo. Así como Jesús enfrentó pruebas, nosotros también las enfrentamos, pero su victoria nos muestra cómo permanecer firmes en nuestras propias pruebas.

Consideremos las siguientes lecciones de la prueba de Jesús:

El desierto es un lugar de preparación
El desierto parece estéril, sin embargo es donde Dios nos moldea. Así como los artesanos perfeccionan sus habilidades en el taller, Dios usa nuestras pruebas para fortalecer nuestro carácter y profundizar nuestra confianza en Él.

La tentación es una oportunidad para elegir a Dios y demostrar que realmente lo necesitamos.

Al igual que los trabajadores galileos que eligieron la honestidad en lugar de la avaricia o la compasión en lugar del egoísmo, nosotros enfrentamos tentaciones diarias que nos llevan a desviarnos del camino de Dios. 

Jesús resistió las artimañas de Satanás y nos mostró que la tentación no es el final de las cosas, sino una oportunidad para declarar nuestra lealtad a Dios.

No estamos solos en nuestras pruebas
Mientras Jesús estaba rodeado de animales salvajes, los ángeles lo asistían. Para nosotros, el Espíritu de Dios y Su pueblo brindan apoyo y aliento cuando nos sentimos probados más allá de nuestros límites.

Los artesanos y trabajadores en el tiempo de Jesús entendían que las pruebas eran parte de la vida, pero las pruebas de Jesús en el desierto nos enseñan que Dios puede usarlas para bien. Cualquiera que sea la prueba que enfrentes hoy, ya sea en tu trabajo, en tus relaciones o en tu fe, debes saber que Dios está contigo. 

Él usa el desierto para refinarte y prepararte para la vida que Él te ha llamado a vivir.

Oración
Señor, al enfrentar pruebas y tentaciones, recuérdame que estás conmigo. Fortalece mi corazón y guíame para elegir lo que te honra, incluso cuando sea difícil.

Ayúdame a ver mis pruebas como una preparación que me moldea para ser la persona que Tú me has creado para ser. Amén.

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