Devocional 011 julio

Es Tiempo de Conectar, julio 011

Cuando Dios guarda silencio

«¿Hasta cuándo, Señor? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?» Salmo 13:1

«Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos…con todo, yo me alegraré en Jehová, me gozaré en el Dios de mi salvación.» Habacuc 3:17–18
Estos versículos son una expresión de fe que no depende de las circunstancias, una declaración poderosa en medio de la pérdida, la escasez y la incertidumbre. Habacuc no se alegra por lo que tiene, sino por quién tiene: el Dios de su salvación.

Cuando todo lo externo falla, cuando no hay cosecha, no hay ganado, no hay señales de provisión, el profeta decide adorar. No porque todo esté bien, sino porque ha entendido que la verdadera seguridad está en Dios, no en lo que Él da.
Nunca olvidaré el momento cuando mis buenos amigos Cesar y Olguita Villanueva perdieron a su bebé recién nacido y en el funeral cantaron este coro como un verdadero sacrificio de alabanza y reconocimiento de que Dios no pierde el control de nuestras circunstancias.

Este tipo de gozo solo lo puede experimentar quien ha aprendido a confiar más en la fidelidad de Dios que en la estabilidad de las circunstancias.
Hay momentos en la vida en los que oramos y el cielo parece guardar silencio. Clamamos por respuestas, dirección, milagros, pero lo único que escuchamos es el eco de nuestras propias súplicas.

El silencio de Dios no significa Su ausencia. A veces, el cielo calla porque Dios está obrando en lo profundo, preparando algo que nuestros ojos aún no pueden ver. Otras veces, guarda silencio porque quiere formar algo en nosotros: paciencia, carácter y fe.

Corrie ten Boom fue una mujer holandesa que, junto a su familia, escondió judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Fue arrestada y enviada a un campo de concentración.

Perdió su libertad, su hogar, y a su hermana Betsie, quien murió en el campo. En vez de amargarse, predicó el perdón y la esperanza en Cristo.

Dos de sus frases famosas: “Si miras al mundo, te vas a angustiar. Si miras a tu interior, te vas a deprimir. Si miras a Dios, vas a estar tranquilo(a).”

“Lo maravilloso de orar es que sales de un mundo en el que no puedes hacer nada y entras en el reino de Dios, donde todo es posible. Él se especializa en lo imposible. Nada es demasiado grande para Su poder omnipotente. Nada es demasiado pequeño para Su amor.”

La fe no se mide cuando todo va bien, sino cuando seguimos creyendo y confiando en un Dios que nos ama intensamente y que no pierde el control.

Oración
Señor, aun cuando falte todo lo que me da seguridad, enséñame a alegrarme en Ti. Que mi gozo no dependa de lo que tengo, sino de que eres mi salvación y mi fuerza eterna. Amén.

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Creado y narrado por Juan Bravo. producido por Conectar Global

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