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Es Tiempo de Conectar, enero 12

Seguidores o Discípulos

Hechos 26: 17-18

“Sí, te envío a los gentiles para que les abras los ojos, a fin de que pasen de la oscuridad a la luz, y del poder de Satanás a Dios. Entonces recibirán el perdón de sus pecados y se les dará un lugar entre el pueblo de Dios, el cual es apartado por la fe en mí.”

“Para que les abras los ojos… para que reciban.”

La diferencia entre un discípulo y un seguidor.

Yo soy fan o hincha de uno de los equipos de fútbol profesional de mi ciudad, nunca voy al estadio, no estoy enterado de qué jugadores tienen ni sigo el calendario. Mientras que mi hermano Rafael, es un hincha que llamamos furibundo, no se pierde partido sea en el estadio o por tv, y sabe muy bien qué está pasando, y oh, cuando pierde su equipo mejor déjalo tranquilo unas horas.

Muchas personas son seguidores de muchas cosas además de equipos de fútbol, cantantes, artistas, películas, etc.

Hoy en día es muy fácil seguir a alguien; por medio de redes sociales como Instagram, Facebook, YouTube, TikTok y otras plataformas que te permitirán seguir la vida en detalle de todas estas personas o tendencias que te gustan; pero te has detenido a pensar ¿qué significa seguir a Jesús?

No es como que lo encontrarás en Instagram o en Facebook ni vas a entrar en contacto con Él vía WhatsApp; seguir a Jesús es algo que nos debe llevar más allá de ser solo seguidores o fans, si quieres seguir a Jesús debes entrar en una nueva faceta, la de un discípulo.

Ser discípulo es tener una posición de obediencia, de sumisión pero también de privilegios y de ventajas.

Mientras que siendo seguidor, no se requiere cercanía alguna y puedes quedarte a la distancia, te gustan las cosas de Dios pero no disfrutas de Su herencia y Su poder.

La oportunidad que nos da Jesús es la misma que le dio a Saulo cuando, siendo un perseguidor de la Iglesia, se apareció a él con un mensaje muy específico:

Te envío a los gentiles, para que abras sus ojos, para que pasen de la oscuridad a la luz.
Se suelten del control de Satanás, reciban el perdón de sus pecados y encuentren un lugar entre su pueblo.

¿Cómo se llega a ser discípulo?

Dejarlo todo.

Parece radical pero no es como suena.

En la Biblia tenemos muchos ejemplos de cómo aprender a dejarlo todo. Tenemos a Pablo que dejó todo, su religión de fariseo, sus planes de acabar con los cristianos, de aceptar que estaba equivocado.

Dejarlo todo significa renunciar a las cosas que nos atan a este mundo para poder recibir las cosas que Jesús ofrece.

No quiere decir que abandones a tu familia, tu empleo o que renuncies a tus metas y tus sueños, más bien quiere decir que el centro de tu vida ya no eres tú sino Jesús.

Entregarlo todo.

Entregarlo todo es que te rindas a Jesús, rindas tus privilegios, tus adicciones, tus pasiones desordenadas para llegar a ser un discípulo de Jesús.

Cuando rindes todo, das todas tus fuerzas, todas tus pasiones y todo tu amor, y eso es lo que precisamente Dios desea de nosotros, que todo lo que hagamos sea para Él.

El discípulo es aquel que sigue a su maestro a donde quiera que vaya, pero también es capaz de entregar todo por él, lo mejor de sus talentos, lo mejor de sus dones, lo mejor de su corazón; eso es lo que hace un discípulo real.

Seguirlo hasta el final

El último paso para ser un discípulo de Jesús es seguirlo hasta el final.

Los discípulos de Jesús lo siguieron hasta su muerte, y muchos de ellos fueron martirizados décadas más tarde de que Jesús partiera al cielo. Ellos sabían que como discípulos tenían el privilegio de proclamarlo a las naciones.

Mateo 16:24–26,

“Luego Jesús dijo a sus discípulos: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz y seguirme. Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás, pero si entregas tu vida por mi causa, la salvarás.
¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma? ¿Hay algo que valga más que tu alma?”

Ocurre una transformación profunda y espiritual cuando decides ser discípulo y se te van a venir todas las fuerzas del infierno para impedir que esto ocurra pues has sido posesión de Satanás y se va a oponer a que cambies de dueño.

Seguir a Jesús va a requerir que hagas cambios en tu propia vida; tendrás que dejar tu pecado, tu doble vida, tendrás que dejar tus cargas, tendrás que dejar tus dolores y aflicciones, tendrás que dejar todas esas cosas que te matan y te hacen mal, pero si lo piensas bien, ¿que podría ser mejor que seguir a Jesús?,

Sólo Jesús nos da confianza y seguridad, así que no tengas temor de volverte un discípulo de Jesús.

En Conectar Global nos sentimos honrado al saber que este devocional anima y edifica a
muchos y esa es una de las razones por las cuales lo seguimos haciendo; así que sigue con nosotros y sigue compartiendo en tu red de contactos, pero no quedamos allí sino que nuestra oración es que te relaciones de una manera personal con Jesús, le escuches, crezcas y le sirvas.

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