Es Tiempo de Conectar, febrero 014

Lo que Dios comienza lo termina

“Ustedes no me eligieron a mí, yo los elegí a ustedes. Les encargué que vayan y produzcan frutos duraderos, así el Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre.” Juan 15:16

Por momentos creemos que nosotros fuimos tan inteligentes, tan buenos, tan piadosos que fuimos nosotros los que escogimos a Dios pero no es así, Él fue el que tomó la iniciativa.

«Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva.»
Filipenses 1:6.

Dios no te va a soltar hasta cambiar por completo tu vida, la buena noticia es que Él ya comenzó.

Dios te está formando en Su taller y te pule y te perfecciona para que lleves fruto y seas un persona de valor y útil.

A veces creemos que ya, que no hay nada más qué hacer pero no es así y deberíamos tener colgado un aviso que diga, ojo, “en remodelación.”

“Esta es la Palabra del Señor, que vino a Jeremías: «Baja ahora mismo a la casa del alfarero, y allí te comunicaré mi mensaje». Entonces bajé a la casa del alfarero, y lo encontré trabajando en el torno.

Pero la vasija que estaba modelando se le deshizo en las manos; así que volvió a hacer otra vasija, hasta que le pareció que le había quedado bien.

En ese momento la palabra del Señor vino a mí, y me dijo: Pueblo de Israel, ¿acaso no puedo hacer con ustedes lo mismo que hace este alfarero con el barro?

—afirma el Señor—. Ustedes, pueblo de Israel, son en mis manos como el barro en las manos del alfarero.” Jeremías 18:1-6 NBD.

Dios es nuestro Alfarero y nosotros somos sus vasijas y nos baja del pedestal, permite circunstancias que nos quiebren hasta quedar de la manera como Él desea.

Al taller del Maestro podemos ir con las piezas rotas por heridas del pasado y pedirle que Él las sane.

¿Qué hace el Alfarero cuando la vasija se echa a perder? Nos da otra oportunidad y rehace la vasija.

Los pequeños pecados que creemos que nadie ve, los celos, la envidia, los pleitos, las griterías, la codicia, el orgullo, la falta de perdón, las relaciones ocultas, son como burbujas que Dios necesita sacar de nosotros para perfeccionarnos.

Job 5:17, “¡Pero considera la alegría de aquellos a quienes Dios corrige! Cuando peques, no menosprecies la disciplina del Todopoderoso.”

A nadie le gusta que lo corrijan, pero la corrección nos refina y nos ayuda a disciplinarnos.

¿Por qué cuida tanto el alfarero su vasija?

2 Corintios 4:7 “Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros.”

La Biblia nos enseña que cada vasija tiene un tesoro dentro.

Todos hemos sido creados y Dios usó la misma calidad de arcilla en todos, algunas vasijas son más grandes, más finas, otras no, pero todas las vasijas tienen el mismo valor y valen la sangre del Señor Jesús.

Así que llegó la hora de que entiendas tu valor y sepas que no hay nadie mejor que tú, fuiste creado por Dios con lo mejor, para que seas el mejor.

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