
Es Tiempo de Conectar, febrero 017
La Comunidad en Éfeso
“»Conozco tus obras, tu duro trabajo y tu perseverancia. Sé que no puedes soportar a los malvados y que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles, pero no lo son; has descubierto que son falsos. Has perseverado y sufrido por mi nombre sin desanimarte. »Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor.” Apocalipsis 2:2-4.
Fue muy inspirador y educativo haber visitado las ruinas de la antigua ciudad de Éfeso y además haber subido la montaña en las afueras de la ciudad donde se cree que vivió María, la madre de Jesús con el Apóstol Juan. Sentí su presencia allí y pensé en el carácter de ella, su profundidad y su silencio.
El Apóstol Juan vivió con María en la ciudad de Éfeso antes de ser enviado a la Isla de Patmos como prisionero donde vivió sus últimos días.
“Cuando Jesús vio a su madre y al discípulo a quien él amaba a su lado, dijo a su madre:
Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento ese discípulo la recibió en su casa.” Juan: 26-27
La comunidad cristiana viviendo en Éfeso trabajaba duro y hacía cosas importantes para Dios pero El Espíritu Santo le recrimina que había perdido su primer amor, perdido su pasión inicial, quizás se acomodó, quizás no faltaban a las reuniones, hablaban la jerga cristiana, se vestían apropiadamente, amaban la vida cristiana pero perdieron su celo evangelístico, perdieron la pasión con la que habían comenzado la vida cristiana algo fácil que ocurra a todos, pero algo posible de recuperar.
La definición de pasión según ILI es: “una fuerza ardiendo dentro de tí, que te domina; un poder que te mueve más allá de la actividad humana ordinaria. No te deja hasta hasta que las metas de Dios sean alcanzadas. Pasión es fuego y urgencia.”
¿Sabes cuál es la pasión de Dios? La pasión de Dios somos tú y yo, son aquellos en necesidad. “Porque de tal manera amó Dios al mundo que dió a Su hijo.” Juan 3:16
Dios quiere que recuperes la pasión por Dios pero tiene un costo. Pídele a Dios que te hable, adquiere el hábito de leer su Palabra, dedica tiempo cada día a la oración, ora por otros y expresa el deseo de conocer realmente al Señor. Pídele al Espíritu Santo que le ayude a enfocarte en lo duradero y no quedarte en lo temporal.
¡Señor por favor modifica mis pasiones y lléname de tu pasión!
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