
Es Tiempo de Conectar, junio 019
Cuando tu elección afecta generaciones presentes y futuras
“…te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes.” Deuteronomio 30:19
Por el contrario, cuando me aman fielmente y cumplen mis mandamientos, les muestro mi amor por mil generaciones. Éxodo 20:6
Es profundamente inspirador —y a la vez aleccionador— observar cómo los líderes terminan bien o mal, y el impacto duradero que esto tiene en sus hijos y en las generaciones futuras.
Vivimos en una cultura que celebra lo inmediato: decisiones apresuradas, recompensas instantáneas y una satisfacción que no sabe esperar. Sin embargo, la Palabra de Dios nos recuerda una verdad distinta y eterna: las decisiones que tomamos hoy tienen consecuencias que trascienden nuestras vidas, afectando a quienes vendrán después de nosotros.
Personalmente, he aprendido a tener no temor paralizante, pero sí una sana reverencia ante la posibilidad de tomar decisiones impulsadas por el deseo de satisfacer placeres egoístas, ceder ante la ira y entrar en conflicto con otros, buscar ambiciones personales, o simplemente complacer apetitos humanos.
Es en esos momentos cuando más necesito detenerme, buscar la sabiduría de Dios y recordar que mi obediencia hoy puede abrir puertas de bendición para quienes aún no han nacido.
Hay decisiones que parecen pequeñas, pero delante de Dios, son semillas que dan fruto a lo largo de generaciones.
Mi madre me contó que siendo muy niña visitó a su abuelo materno, a quien todos llamaban Papá Luciano. Él vivía en un pequeño pueblo en medio de las hermosas montañas de Colombia. Una mañana, apenas comenzaba a clarear el día, mi madre se levantó muy temprano y lo primero que vio fue a su abuelo, de rodillas, con las manos en alto, adorando a Dios en silencio.
Esa imagen quedó profundamente grabada en su corazón y marcó su vida. Años después, al escuchar esa historia, también me impactó a mí. Hoy, ese legado sigue vivo en mí, y anhelo con todo mi corazón dejar una huella similar en la vida de mis nietos.
Eso le pasó a Abraham. Dios no sólo le dijo: “Te voy a bendecir a ti…” Le dijo:
“Voy a establecer mi pacto contigo… y con tus hijos… y con los hijos de tus hijos.”
Tus decisiones de hoy son la plataforma para impactar futuras generaciones.
Salmo 22:30-31: “La posteridad le servirá; del Señor se hablará a las generaciones futuras. A un pueblo que aún no ha nacido se le dirá que Dios hizo justicia.”
Salmo 102:18: “Que esto quede registrado para las generaciones futuras, para que un pueblo aún no nacido alabe al Señor.”
A veces pensamos que caminar en obediencia solo nos afecta a nosotros.
Pero escúchame bien: Cada paso que das en fidelidad hoy, está pavimentando el camino de alguien que ni siquiera ha nacido aún.
El pecado también se pasa de generación en generación pero la gracia es más grande.
Así como hay bendiciones generacionales, también hay heridas que se heredan.
¿Cuántas familias caminan bajo ciclos de abandono, temor, pobreza, adicciones, depresión, suicidio?
Quizás es porque alguien no decidió caminar con Dios.
Pero la buena noticia es esta: Tú puedes romper con esas cadenas generacionales. Tú puedes ser el Abraham de tu casa. Tú puedes ser el que cambie la historia.
Salmo 112:1-2: “Bienaventurado el que teme al Señor… su descendencia será poderosa en la tierra.”
¿Estás viviendo solo por el hoy o estás siendo consciente de tu legado?
Abraham no vio todo lo que Dios le prometió, pero vivió como si lo fuera a ver.
Y por eso Dios le dice:
“Por cuanto obedeciste mi voz…todas las naciones de la tierra serán benditas por medio de tu descendencia.” Génesis 22:18.
La gran noticia es que tu obediencia es más grande que tú.
Preguntas cruciales:
¿Estás viviendo con visión de legado o solo sobreviviendo el día a día?
¿Qué cosas estás permitiendo hoy, que podrían afectarte a tí o a los tuyos el día de mañana?
¿Y qué decisiones de fe necesitas tomar hoy, para que tus hijos no tengan qué luchar con lo que tú ya rompiste?
Oremos:
Señor, gracias porque tu pacto conmigo es más grande que mi propia vida. Hazme caminar con visión de eternidad.
Quiero que mis decisiones de hoy, bendigan a mis hijos mañana. Corta ciclos destructivos, activa legados de obediencia, fe, honra y propósito. Quiero que por mi obediencia, alguien más te conozca. Amén.
Te animamos a que dones en el siguiente enlace https://conectarglobal.org/donaciones/ . Así nos apoyarás a seguir con este hermoso servicio de llegar a muchas más personas.
Y que hagas uno de nuestros cursos en www.conectarglobal.org que son sin costo alguno.
Escrito y narrado por Juan Bravo, producido por Conectar Global