Devocional diario mayo 02
Estoy en tus manos Señor
Jueces 6:1
“Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Dios; y Dios los entregó en mano de Madián por siete años”
Jueces 6:11-16
“Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.
Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.
Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?
Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.
Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre”
7:20-22 “Y los tres escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: !!Por la espada de Jehová y de Gedeón!
Y se estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento; entonces todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo.
Y los trescientos tocaban las trompetas; y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento”
Si Dios pudo librar a Israel, puede librar tu vida, puede librar tu casa y puede librar tu nación.
No eran buenos tiempos para Israel recién llegaba de la esclavitud a la tierra de Canaán, pero pronto se olvidaron de las maravillas de Dios y comenzaron a traer los ídolos de otras naciones, y Dios los entregó en manos de madianitas, quienes eran perversos, venían más de cien mil y arrasaban los cultivos, destruían la nación, el hambre era gravísima, eran tiempos de humillación, tiempos de vergüenza, de temor, de angustia, batallas perdidas y se levantó un clamar.
Y en esa angustia Gedeón estaba escondiendo trigo hasta que se le apareció un mensajero de Dios, “el ángel de Jehová” que se refiere a Jesús para enseñarnos que en el día de la aflicción Él viene, en el día de la humillación Él viene, en el día del cansancio Él viene siempre aparece en el momento más oscuro porque Él es nuestro libertador.
Y el ángel le dice a Gedeón: Dios está contigo y derrotarás a los madianitas. Dios mismo establece la estrategia, contra un ejército de 135 mil enemigos.
Lo primero que le dice es derriba el altar de Baal y reconstruye un altar para Dios.
Lo segundo es que le dijo: tocarás la trompeta y de 2 tribus de Israel vinieron 32 mil Israelitas , que se regresen lo que tienen temor, quedaron 10 mil, y Dios dijo yo escogeré 300 y a cada uno de ellos Gedeón les dio una tea ardiendo, una vasija de barro y una trompeta, cerca de la medianoche rodearon el campamento, debían romper las vasijas, levantar las teas y decir “Por Jehová y por Gedeón” hacer sonar la trompeta, el zumbido hizo que se mataran entre ellos, Dios le dio una victoria a Gedeón porque fueron libres por 40 años.
Dios ha estado oyendo el clamor de muchos cuando nos dicen ¿Dónde está el Dios que nos predicas? ¿Dónde está Dios en tus batallas? Dios mismo me ha enviado a decirte: El ángel de Jehová siempre aparece en el día de la aflicción.
Derriba tus Baales: cosas que hemos consentido en nuestros corazones y han traído destrucción, tenemos que sacarlas, las cosas con las que sueles tropezar, nuestro Dios es celoso, él quiere la gloria de todo, no que digas tengo victoria por mi propio mano. Dios quiere que sepas es su mano la que te bendice y te abre camino.
Haz un altar para Dios: que no es otra cosa que búsqueda de nuestro Dios.
Dios le dice no vayas con cobardes, Cuida tus relaciones: el pusilánime al que le falta ánimo y valor para conquistar.
Deuteronomio 20:8
“Y volverán los oficiales a hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre medroso y pusilánime? Vaya, y vuélvase a su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo”
Medroso el que tiene miedo a fracasar, y el que tiene miedo a ganar la guerra. Tiene miedo a emprender nuevas conquistas, miedo a defender sus convicciones. Estos roban la fe, cuida tus amistades.
La batalla es de Dios, lo que sea que tu emprendas la victoria proviene de Él.
Hay cuadro del museo de Manchester, titulado «In manus tuas domine» del pintor Briton Riviére. La obra muestra un hombre que se dirige a la batalla en una zona oscura y a pesar del temor que él y sus acompañantes sienten, va confiado y puede decir: «IN MANUS TUAS DOMINE»… que significa… «EN TUS MANOS SEÑOR»
Muchas de nuestras guerras son así:
Josafat tenía que enfrentar una gran guerra, pero el pueblo se quebranta, llora, se postra y llora y a la noche Dios le dio una palabra “no es nuestra la guerra sino de Dios” Yo no tengo las armas para vencerlos, pero estoy “en tus manos Señor”
David enfrentó a Goliat y dijo: Dios que me ha librado del león y del oso, me librará de este Goliat y sale con una honda en sus manos como diciéndole “estoy en tus manos Señor”
Dile a Dios, la batalla no es mía, la batalla es tuya. El secreto es el Espíritu Santo “No es con ejército, ni con fuerza, es con su Espíritu” ha dicho el Señor.
Proverbios 16:3 (NTV)
“Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito” Cuando toda tu vida está en las manos de Dios, milagros suceden.
En nuestras manos como el niño podemos tener 5 panes y 2 peces, en las manos de Dios eso poco alimentará a multitudes y sobrará para llevar.
Pedro el pescador tenía redes vacías, pero en las manos de Jesús las redes se llenaron y se rompían tanto que tuvieron que llamar a otros barcos. Abundancia.
En nuestras manos nuestro trabajo, nuestras fuerzas, en las manos de Dios se multiplican tus fuerzas, ese trabajo se vuelve una empresa.
En nuestras manos las cosas nos pueden salir bien, pero en las manos de Dios todo lo que hagamos próspera.
No importa el tamaño de lo que tienes sino en las manos de quien lo pones.
Salmos 31:15 (NTV)
“Mi futuro está en tus manos; rescátame de los que me persiguen sin tregua”
Nuestra confianza en Dios debe estar por encima de nuestra confianza en nosotros mismos. Tu futuro está en las manos de Dios.