Es Tiempo de Conectar, marzo 02

Todos los días contigo, Espíritu Santo

A veces las circunstancias que se mueven alrededor nuestro son como remolinos y ocurren con tanta velocidad que llegan a marearnos… pensamos que estamos solos sin Dios, que el Padre nos abandonó y que Jesús está sentado a su diestra pero que con nosotros no hay nadie.

Nuestros sentidos se dejan llevar solo por emociones y no por convicciones.

Cuando esto ocurra, pronuncia el nombre de Dios reconociendo que Él está contigo tal y como lo dijo Jesús en Mateo 28:20 «Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén»

Dios hoy te dice: «YO ESTOY CONTIGO,” con mis ojos atentos sobre ti permanentemente. Yo soy tu Emanuel que significa Dios contigo. Mi Presencia te envuelve en un amor para toda la vida. Nada, ni las más grandes bendiciones ni las más fuertes pruebas pueden separarte de mi amor. Recuerda que yo iré delante de ti y, a la vez, al lado tuyo».

Tú le dirás: Señor pero yo no te veo actuar… y eso me recuerda la historia de las huellas en la playa.

Cuando vamos y le reclamamos a Dios y le decimos: «Me dijiste que estarías conmigo en los momentos más difíciles y en un primer momento te sentí caminar junto a mí en la playa. Podía divisar cuatro huellas, las tuyas y las mías pero en mis momentos de crisis, ¿dónde estabas Señor? ¿Dónde estabas cuando se cometía una injusticia contra mí? ¿Dónde Dios cuando me hacían falta las fuerzas? ¿Qué hacías cuando me traicionaron? y Dios te mira con amor y te responde: «En los momentos más difíciles cuando solo viste dos huellas, eran las mías porque yo te llevaba en brazos.»

Él nos dice: «Yo estoy contigo todos los días». Mientras más conscientes seamos de su presencia, pase lo que pase, llueva truene o relampaguee, podemos estar confiados porque Él está con nosotros todos los días.

Génesis 28:15 «He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.»

Mientras mantengas tu mirada en el Espíritu Santo, las circunstancias no te abrumarán y nada te podrá hacer frente. Tú y yo fuimos diseñados para disfrutar de su compañía. Tienes promesas que están por cumplirse, Dios hoy te dice: «No te dejaré hasta que haya hecho TODO lo que te he dicho.»

Créele a Dios porque Él sí cumple lo que promete. Así como El Espíritu Santo está contigo todos los días, comprométete tú también a estar con Él todos los días de tu vida. Nosotros necesitamos alimentarnos espiritualmente… Jesús dijo: «No solo de pan vivirá el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios», entonces tú te alimentas tres veces al día, busca de igual forma a Dios con hambre por Él.

Salmo 55.17 «Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz.»

Haz un pacto con Dios de amar su presencia más que la comida.

Salmo 48:14 «Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; El nos guiará aun más allá de la muerte.»

No se imaginan cómo alegró mi corazón encontrar este pasaje en la Biblia. Es tener la seguridad que en Dios tenemos un guía que nos lleva desde una estación de esta vida hacia la próxima.

Cuando normalmente emprendemos un viaje siempre usamos Waze o Google Maps o alguien experimentado que nos muestre el camino por el que debemos andar. Si tratamos de hacerlo por nuestra cuenta, muchas veces nos demoramos mas o podemos extraviarnos y fracasar en el viaje. Pero es hermoso saber que Dios envió a su Espíritu a guiarnos para vivir una vida con destino y con un rumbo establecido. Necesitamos que el Espíritu Santo nos guíe cada día en esta tierra y con este pasaje, vemos que Dios no solo se comprometió a guiarnos en nuestro paso por la tierra sino hasta que dejemos esta vida y más allá de la muerte.

Qué importante es que desde ahora aprendamos a seguir las instrucciones del Espíritu Santo y que nuestros oídos estén sintonizados a la misma frecuencia de Dios.

El Espíritu Santo te ayudará a percibir cuándo va a venir alguna prueba, tú sabes que algo sucederá, nadie te lo ha dicho, no es el sexto sentido, es el Espíritu Santo mostrándote por qué tienes que orar, qué va a suceder en casa con tus hijos, aprender a escuchar no la palabra de un hombre sino la misma Palabra de Dios. 1 Corintios 2:5 NBD «… Para que la fe de ustedes no dependiera de la sabiduría humana sino del poder de Dios.”

Nuestra confianza debe estar en Dios y no en la sabiduría de los hombres (en la filosofía humana y hueca) sino todo lo contrario en el poder de Dios.

v.11 de 1 Corintios 2 de este mismo capítulo nos dice «Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.»

El único que nos puede ayudar a discernir los pensamientos de Dios es el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo conoce la mente y los secretos de Dios y es el Espíritu Santo quien tiene «tu mapa de ruta» que es totalmente diferente al de los otros seres humanos pues Dios te hizo único, con amor y tiene un plan especial para ti.

Como buen Pastor nos guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Dios quiere hablarte directamente a ti y enseñarte a caminar con Él siempre.

Salmo 37:23-24 NBD «El Señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir; podrá tropezar, pero no caerá, porque el Señor lo sostiene de la mano.»

Dios nos indicará cuál camino seguir, pero nosotros debemos caminarlo. Nuestro andar con Dios se produce dando un paso de obediencia a la vez. Algunas personas quieren ver el plano completo de sus vidas antes de tomar una decisión, pero esa no es la forma en que Dios habitualmente obra, sino que nos guía a dar un paso a la vez.

Por fe, damos el paso que Dios nos ha mostrado y luego nos dirige al siguiente. En ocasiones, podríamos caer y deberíamos volver a levantarnos, podríamos tropezar pero Él siempre nos va a ayudar. Por su gracia y su fuerza seguimos adelante, sabiendo que Dios nos guía cada vez que nos encontremos ante una encrucijada del camino.

Cierra tus ojos e imagina que estás sentado en una playa, con una cálida brisa acariciando tu piel y el reconfortante sonido de las olas rompiendo en la orilla.

Piensa que estás sentado en un jardín con el sonido de pájaros y encantadoras fragancias.

Sitúate en el mejor lugar para ti, el más hermoso, ahora déjame decirte que nada se compara con estar en la presencia de Dios todos los días.

Repite conmigo: «Todos los días contigo Espíritu Santo.»

Si el mensaje ha hablado a tu vida, deja un comentario a continuación.