Es Tiempo de Conectar, junio 020

No temas, cree solamente

“Entonces llegó uno de los líderes de la sinagoga local, llamado Jairo. Cuando vio a Jesús, cayó a sus pies y le rogó con fervor: «Mi hijita se está muriendo, dijo. Por favor, ven y pon tus manos sobre ella para que se sane y viva».” Marcos 5: 22-23
“Dijo a Jairo: «No tengas miedo. Solo ten fe».” Marcos 5:36.

Jairo no era cualquier persona. Era un líder respetado en la sinagoga, una figura pública. Pero ese día no se presentó como autoridad religiosa, sino como un padre desesperado. Su pequeña hija estaba agonizando, y él sabía que sólo Jesús podía hacer algo.

En medio del dolor, Jairo dejó su orgullo, su imagen, su estatus, y corrió hacia Jesús. Se postró a sus pies y le rogó con todo su corazón.

¡Qué lección tan poderosa! A veces, las crisis nos sacan de nuestra zona de comodidad y nos obligan a humillarnos ante Dios. No importa cuán alto estés en lo social, profesional o ministerial: cuando el dolor te toca el alma, solo hay un lugar seguro… los pies de Jesús.

Jairo hizo lo correcto: buscó a Jesús primero.
¿Cuántas veces, cuando algo se nos muere, una relación, un sueño, la esperanza, buscamos primero al psicólogo, al brujo del barrio, al horóscopo, o a quien nos diga lo que queremos oír?

Como Jairo debemos ir a Aquel que tiene poder para dar vida donde ya no hay esperanza.

Sin embargo, justo cuando parecía que el milagro venía en camino, llegó la peor noticia, la noticia que no quería escuchar, la noticia que le quitó todo aliento: «Tu hija ha muerto.»

Y tal vez has escuchado algo similar últimamente:
«Tu matrimonio ya no tiene solución.»
«Tu hijo no va a cambiar.»
«No hay trabajo para ti.»
«Es demasiado tarde.»
Pero Jesús intervino y no se quedó callado ante esa voz de derrota y esa muy mala noticia.
Le respondió a Jairo con una frase que sigue viva hoy para ti y para mí:

“No tengas miedo. Sólo ten fe.”
Es común ver padres que oran por hijos atrapados en la droga, madres que claman por hijos en pandillas, jóvenes que creen que no hay futuro porque no hay oportunidades. Pero Jesús sigue diciendo: “No está muerto… solo duerme.”
Tu sueño, tu llamado, tu propósito… no ha muerto, está dormido.
Y hoy Jesús te dice lo mismo que a la niña: “¡Levántate!”
No dejes que el miedo te paralice. Cuando el temor toque a tu puerta, deja que tu fe conteste.

Dios no ha terminado contigo. Cree solamente.
No mires las circunstancias, no te desesperes sino vé a Jesús. Busca con desespero a Dios.

No negar el dolor, sino aceptar la invitación de confiar más allá de lo visible y predecible.

Fe no es ser ingenuo y creer que todo está bien. La Fe es caminar con Jesús aunque todo parezca perdido.

Jesús fue muy generoso y fue con Jairo hasta su casa. No todos pudieron entrar lo cual nos enseña que para recibir el milagro vas a tener qué sacar de tu vida tanto ruido, la burla y la incredulidad. ¡Jesús se rodeó sólo de quienes creían!
Y frente al cuerpo sin vida de la niña, tomó su mano y le dijo: “Talita cumi… Niña, a ti te digo, ¡levántate!”

Ese mismo poder está disponible hoy. Hebreos 13:8 dice: Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre.

Tus sueños no han muerto, solo están dormidos.
Tu llamado no se ha acabado, está esperando una palabra de parte de Dios.
Jesús sigue diciendo: “¡Ten fe, levántate!”

Oración:
Señor, despierta lo que está dormido en mí. Quita todo temor y fortalece mi fe. Aunque no vea, yo creo. Aunque no sienta, yo confío. Tú tienes la última palabra. Amén.

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Escrito y narrado por Juan Bravo, producido por Conectar Global

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