Es Tiempo de Conectar, abril 025
La mesa de la mañana, el inicio de la restauración
Te animo a que leas Juan 21:1-14 en el NT. Antiguo Testamento: 1 Reyes 19:5-8 – «Levántate y come, porque te espera un largo viaje».
El tema de hoy nos recuerda algo profundo: Jesús no corrige a los suyos con dureza, sino que los llama a la orilla… y les sirve el desayuno. Esa mesa es más que restauración; es el inicio de una nueva misión.
Después de todo por lo que habían experimentado, poderosos milagros, la resurrección de Lázaro entre ellos, la crucifixión, la tumba vacía y muchas otras cosas, los discípulos intentaron regresar a lo que para ellos era conocido: pescar en aguas conocidas, sentir de nuevo la sensación de las redes pero no tuvieron éxito y no pescaron nada.
Hasta que una voz grita desde la orilla diciendo: “Tiren la red a la derecha de la barca y pescarán algo.” Juan 21:6.
Este era un momento déjà vu, familiar, se oía como un eco del Reino. Recordaban la voz con las mismas palabras cuando al principio sus redes también se encontraban vacías y sus esperanzas se habían desvanecido: «Vengan, síganme —dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres». Mateo 4:19.
Ahora, después de la resurrección, Jesús llama de nuevo, no con truenos, ni con espectáculo, sino con un desayuno ya listo para consumir.
Desayuno con el constructor
Al desembarcar, vieron unas brasas con un pescado encima y un pan.. Juan 21:9 No se trataba de una comida cualquiera. Era un alimento intencional, personal y de pacto.
Refleja el alimento en el desierto que Dios preparó para Elías en 1 Reyes 19:5-6:
• Un poderoso profeta que se encontraba en su nivel más bajo
• Recibe alimento del cielo de una manera sobrenatural
• Recibe nuevas fuerzas para seguir adelante en obediencia
Ahora Jesús prepara el desayuno para los discípulos cansados y desorientados. Este alimento no se trata solo de comida, sino de restauración y renovación. Es la tercera vez que Jesús se aparece a sus discípulos después de la resurrección (Juan 21:14). ¿Y qué hace?
Él mismo cocina.
Él mismo sirve.
Él mismo les recuerda.
Él mismo los restaura.
¡Éste es el Rey de la Gloria, resucitado de entre los muertos, preparando el desayuno para sus aprendices pescadores que intentaron regresar a sus antiguos oficios!
Alimentos que sustentan
En el Reino, las comidas nunca son solo alimentos. Son momentos de:
Jesús no los avergüenza por intentar regresar, simplemente los encuentra allí y los llama de nuevo. Esto es lo que hace por todos los que olvidamos, fracasamos o intentamos regresar a lo familiar: nos trae fuego, pan y pescado, y nos invita a regresar a la misión.
Continuidad del Reino
Este desayuno no es el comienzo de algo nuevo. Es la continuación de la misión mesiánica con aprendices que ahora comprenden el costo, el llamado y al Mesías. No están descalificados para regresar a la barca, sino que son reformados por la gracia y reenviados con una visión renovada.
La pesca milagrosa les recuerdas “separados de mí no pueden ustedes hacer nada.» (Juan 15:5). ¿Pero con Él? Incluso las almas cansadas seguirán atrayendo los milagros del Reino.
Puntos claves:
1. ¿Has intentado volver a algo de lo cual Jesús te llamó a salir?
2. ¿Te sientes hoy con las manos vacías, echando redes en aguas familiares, esperando tener la satisfacción que tenías en el pasado?
Jesús te sigue llamando desde la orilla, ¡Escúchalo! Sigue señalando la provisión al otro lado. Sigue invitando a comer, a recordar y a comenzar de nuevo.
Oración de restauración:
Jesús, constructor de mi alma, reúnete conmigo en la orilla de mi desánimo. Prepara lo que necesito incluso antes de llegar. Aliméntame con tu alimento que me sustenta. Recuérdame quién soy. Y llámame de nuevo a la misión que me has confiado. Te seguiré, no porque yo sea perfecto, sino porque Tú eres fiel. Amén.
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Escrito por Jen Wilson, narrado por Juan Bravo, producido por Conectar Global