Hoy mismo el Altísimo Dios, el Dios eterno desea tener una relación íntima contigo, su creación más alta y no solo te busca sino que te anhela.

Por eso es que si alineamos nuestras vidas, nuestros intereses y le damos los primeros momentos de cada día para buscarle y conocerle por medio de las Santas Escrituras y la oración, Él hace lo mismo, Él se acerca a nosotros. Él quiere tener una amistad estrecha y quiere revelarse a nosotros.

Buscar a Dios transforma nuestra vida, nuestra familia, nuestra economía, nuestro futuro.

Jesús mismo dice en Juan 14:21, “Quien tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y aquel que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.”

Recuerdo haber leído este pasaje por primera vez en 1974. Allí descubrí una promesa: si le busco, Él se va a manifestar a mí. No se trata de religión ni de tradición, sino de una relación viva, de conocerle personalmente y experimentar cómo Él mismo se revela a quienes le aman.

Jesús te está hablando por medio de este devocional, escucha atentamente pues Sus promesas son reales.

Juan 15:14, “Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.”

Esto demuestra que tu obediencia abre la puerta a una cercanía espiritual profunda, descubriendo poco a poco su voluntad en tu vida.

Y escucha esta generosa promesa de bendición y prosperidad que Dios te hace en Deuteronomio 28:1-14: “Si de veras obedeces al Señor tu Dios… el Señor tu Dios te exaltará sobre todas las naciones… tendrás bendición en tus ciudades y en tus campos… serás prosperado(a).”

Y no se queda allí sino que dice en 1 Juan 3:22, “Y recibiremos de él todo lo que le pidamos porque lo obedecemos y hacemos las cosas que le agradan.”

Escucha de nuevo, pon atención, dice que recibiremos de Él TODO lo que le pidamos. Qué promesa más maravillosa.

Y en Dt 5:33: “Camina en obediencia… vivirás y prosperarás.”

Obedecer trae gozo auténtico y libertad: En 2 Crónicas 30, el pueblo experimentó un gozo tan grande que alargó la celebración del Pésaj — una muestra de la bendición divina sobre el corazón obediente.

Jesús enseña en Juan 8:31-32: “Si ustedes obedecen mis enseñanzas… conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.”

La obediencia abre acceso a la sabiduría, a la toma de decisiones acertadas.

Daniel viviendo como inmigrante en un país lejano eligió no seguir la corriente de su nuevo entorno sino que no dejó de obedecer las leyes dietéticas escritas en el Antiguo Testamento y fue recompensado con conocimiento, entendimiento y capacidad para interpretar sueños y visiones por encima de todos los sabios que habían en el reino.

El apóstol Santiago en Santiago 1: 2-4 destaca que la obediencia en medio de pruebas produce madurez: “La prueba de tu fe produce perseverancia… para que seas perfecto y completo, sin que te falte nada.”

Nuestra obediencia no es sólo para nuestro beneficio sino que también honra a Dios frente a los demás.

Nuestra obediencia produce fruto y dice en Juan 15:8: “Por esta razón es glorificado mi Padre, que den mucho fruto y así sean mis discípulos”

La obediencia de Abraham tuvo tal impacto que por medio de él fueron bendecidas todas las naciones o sea que tuvo un impacto generacional según Génesis 22:18.

Reflexiones prácticas para aplicar:

¿Estoy obedeciendo lo que Dios me ha revelado hoy, aunque no lo comprenda por completo?
Toma decisiones pequeñas con fe: La obediencia no siempre requiere grandes actos, sino coherencia en las acciones cotidianas.
Confía pues la recompensa vendrá aunque se demore en la demora de la recompensa:.
Comparte con otro un testimonio de obediencia y cómo Dios lo bendijo.

Oración.

Señor quiero ser tu amigo, ayúdame para que por medio de mi obediencia reciba tu bendición de sabiduría y fortaleza espiritual. Que tome decisiones diarias de obediencia, confiando en que cada paso teje un propósito eterno.

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Creado y narrado por Juan Bravo. producido por Conectar Global