
Es Tiempo de Conectar, junio 025
Ester, nacida para un momento especial
«¿Y quién sabe si para un tiempo como este llegaste a ser reina?» Ester 4:14
La historia de Ester es una de las más poderosas de toda la Biblia. Es la historia de una joven judía, huérfana, criada por su primo Mardoqueo, tan hermosa que después de muchos procesos llegó a convertirse en reina del imperio persa.
Pero Ester no tuvo esa fortuna, ese privilegio, solo para disfrutar del palacio, los lujos o la posición sino que Dios sabía lo que estaba haciendo, sabía muy bien lo que estaba por llegar al pueblo judío y tenía un propósito mayor.
Durante su reinado el pueblo judío enfrentó una amenaza muy grave de exterminio y Mardoqueo, su primo le envió un mensaje a Ester: “No creas que por estar en el palacio te vas a salvar.” En otras palabras: Dios te puso ahí por una razón. Este es tu momento.
Ester enfrentó una decisión difícil: arriesgar su vida o mantenerse en silencio. En esa corte, cualquier persona que se presentara ante el rey sin ser llamada podía morir. Pero después de orar y ayunar junto a su pueblo, Ester dijo las palabras que cambiarían el destino de una nación:
“Entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.” (Ester 4:16)
Con valor, fe y estrategia, Ester habló, intercedió y salvó a su pueblo. No tenía título religioso, ni experiencia política, ni poder propio. Solo tenía convicción y determinación: Dios la había puesto en ese lugar por un propósito.
Lecciones de Ester para nosotros hoy:
Tu origen no limita tu propósito. Ester era huérfana, exiliada, sin conexiones reales. Pero eso no impidió que Dios la levantara. Dios no busca lo perfecto, busca lo dispuesto.
Tu posición no es casualidad. Estés donde estés, en tu trabajo, familia, iglesia o comunidad, Dios te ha puesto ahí con un propósito, no es mera coincidencia.
El miedo no puede dictar tus decisiones. Ester sintió temor, pero no se dejó gobernar por él. Actuó con fe y valentía, confiando en que Dios estaba con ella.
El ayuno y la oración abren camino. Antes de actuar, Ester buscó la dirección de Dios. La fe no es impulsiva; es dependiente. En medio de decisiones grandes, busca a Dios primero.
Preguntas para reflexionar:
¿Estoy usando mi posición actual para servir a otros, o solo para mi comodidad?
¿Qué decisión difícil me está pidiendo Dios que enfrente con fe?
¿Estoy dispuesto a ser valiente, aunque eso implique riesgo personal?
Oración:
Señor, gracias porque tienes grandes propósitos con mi vida, sin importar de dónde vengo ni lo que tengo. Ayúdame a ver mi posición como una plataforma para cumplir tu voluntad. Dame la fe y el valor de Ester para hablar, actuar y obedecer, aún cuando el miedo toque mi puerta. Que yo también viva sabiendo que fui llamado para un tiempo como este. Amén.
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Escrito y narrado por Juan Bravo, producido por Conectar Global