Es Tiempo de Conectar, mayo 026

“ Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, y de allí esperamos con ansias al Salvador… quien, por el poder con el que puede someter todo a su control, transformará nuestro cuerpo de humillación…” Filipenses 3: 20-21

“ Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.” Colosenses 1:27
“ Así será con la resurrección de los muertos… lo corruptible se vestirá de lo incorruptible.”

1 Corintios 15:42, 53

La vida de resurrección no es solo lo que está por venir sino que se encuentra obrando en ti desde ya. Tu cuerpo, mente y espíritu se están transformando. La santidad no es sólo una preparación para la eternidad; es la presencia interior de ese futuro que irrumpe ahora.

Estamos tan acostumbrados a ver la santidad como una lista de ítems de verificación moral.

Pero ¿qué tal si la santidad es en realidad el futuro que se está formando en ti ahora?
¿Qué tal si tus nuevos pensamientos, tu profunda compasión, tu nueva forma de autocontrol no son simplemente avances y mejoras en tu carácter, sino ecos de la resurrección?

No separes el crecimiento espiritual del propósito eterno. Ten siempre presente que la meta de la salvación es ser como Jesús, no algún día, sino todos los días.

Somos ciudadanos de un reino que ya está en movimiento

Pablo dice que nuestra ciudadanía está en el cielo, y no es simplemente una metáfora, significa que tu identidad más auténtica, tu lealtad más profunda, tu fuerza moldeadora ya está anclada en el Reino eterno e inconmovible. Y cuando Jesús regrese, no sólo te rescatará sino que terminará lo que ya comenzó en ti.

No estás siendo «mejorado.» Estás es siendo renovado, reformado a la imagen de la Nueva Creación.

Cada tentación resistida, cada acto de gracia, cada deseo santo: eso no es solo superación personal, es la resurrección obrando en lo más íntimo de tu vida.

Cristo en ti: ¡la esperanza que transforma!

Colosenses 1:27 no es algo abstracto, “Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,” es una declaración del poder que mora en nosotros.

Tú, como instrumento, albergas la presencia misma de Cristo resucitado , quien está transformando tus deseos, tus decisiones, tu destino, tu amor, tu alegría, tu paz, paciencia son señales de un futuro que ya ha irrumpido.

Preguntas claves:
1.⁠ ⁠¿Estás viendo la santidad como un deber o más bien como un destino?
2.⁠ ⁠¿Qué evidencia tienes de que la vida de resurrección ya te está transformando?
3.⁠ ⁠¿En qué áreas de tu vida aún necesitas dar la bienvenida a la resurrección?

Oración de restauración:
Rey Resucitado, has puesto tu Espíritu en mí, no como un sustituto, sino como refinador, corrector, confidente y Abogado del Reino. Moldéame hoy con el poder que me prepara para la era venidera. Que mis pensamientos, mis hábitos y mi corazón reflejen el futuro al que ya pertenezco. Transfórmame, no solo cuando regreses, sino ahora mismo. Amén.

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Escrito por Jen Wilson, narrado por Juan Bravo, producido por Conectar Global