“Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso.” Mateo 11:28

La vida está llena de decisiones. Algunas contribuyen en levantar familias sanas y legados de fe, otras, por desgracia, nos marcan con cicatrices profundas de pecado, egoísmo o malas elecciones. Quizás conoces a alguien, o tal vez tú mismo, que al mirar hacia atrás sientes dolor por las oportunidades desperdiciadas, el dinero malgastado o heridas profundas en las relaciones.

En la Biblia encontramos varios ejemplos de personas que al final de sus días se arrepintieron y recibieron misericordia:

El ladrón en la cruz. Vivió una vida de crimen, pero en los últimos minutos de su existencia reconoció a Jesús y clamó por misericordia. Y Jesús, en Su infinita gracia, le abrió las puertas del paraíso. (Lucas 23:39)

Manasés, rey de Judá. Gobernó en idolatría, practicó la brujería y manchó la nación con pecado. Pero cuando fue llevado cautivo a Babilonia, se humilló profundamente, oró a Dios y fue perdonado. (2 Crónicas 33:12-13).

Pedro. Negó a Jesús tres veces, pero lloró amargamente, se arrepintió y fue restaurado para ser uno de los pilares de la iglesia.

Estos ejemplos nos recuerdan una verdad poderosa: mientras haya vida, hay oportunidad de volverse a Dios. Aunque los errores sean grandes, aunque la vergüenza pese, la misericordia de Dios es mayor.

Reflexiona:
Nunca es tarde para arrepentirse. Las voces del enemigo quieren hacernos creer que ya es demasiado tarde, pero la cruz de Cristo demuestra lo contrario.

La misericordia de Dios no depende de nuestro pasado, sino de nuestro arrepentimiento. Un corazón quebrantado Dios no lo desprecia (Salmo 51:17).

Vive de manera que no dejes asuntos pendientes. Busca perdonar y pedir perdón ahora, no cuando ya sea demasiado tarde.

Ora por quienes parecen imposibles de que cambien y que reflexionen. Puede que alguien cercano esté lejos, pero Dios aún puede alcanzarlo en su ocaso.
Reflexión final:

Un hombre puede tener casas y fincas, fama, riquezas y títulos, pero si su corazón está vacío de Dios, terminará esclavo de aquellas cosas con las que quiso llenar su vida.

Hay una gran noticia, no es tarde, nunca es tarde, mientras vivas siempre vas a tener esperanza.

“¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.” Apocalipsis 3:20

La buena noticia es que Dios todavía ofrece gracia, aún en el ocaso de la vida. El ladrón en la cruz es testimonio de que un arrepentimiento genuino te permite terminar bien en tu relación con Dios y en tu relación con los demás, en especial los más cercanos.

Oración:
Señor, gracias porque tu misericordia no tiene fecha de vencimiento. Te pido por los que, al final de sus días, sienten el peso de sus malas decisiones. Tócalos, despierta en ellos arrepentimiento genuino y concédeles la gracia de terminar su vida bajo tu perdón y tu paz. Amén.

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Creado y narrado por Juan Bravo. producido por Conectar Global