Es Tiempo de Conectar, febrero 027

Promesas que se cumplen

“Porque todas las promesas de Dios son en Él, Sí, y en Él, Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.” 1 Corintios 1:20

¡Qué importante es conocer lo que Dios promete, es un gran apoyo en nuestra jornada!

Así como Abraham iba a la Tierra Prometida confiando en las promesas de Dios, así nosotros.

Hoy es un día que prosigo a la meta, voy detrás de las promesas para mi vida, para mi familia, para mi trabajo y la promesa más importante es que Su presencia iría conmigo.

La Biblia no nos dice, algunas promesas, dice que todas en Él son Sí y Amén. Dios es un dador de promesas pero también es un cumplidor de promesas.

Hay un componente indispensable si nosotros queremos alcanzar nuestras promesas y ese componente es que creas.

Al dirigirse a la comunidad cristiana en la ciudad de Corinto, Pablo les recuerda que las promesas de Dios son en Él, Sí y en Él, Amén. Es decir que, de que se cumplen, se cumplen, pero luego añade que se cumplen por medio de nosotros.

Las promesas de Dios se cumplen a través tuyo.

Es decir, hay una parte que nos toca hacer a nosotros si queremos alcanzar las promesas de Dios. Él nos ha dado promesas a todos pero no todos alcanzamos esas promesas, porque no todos estamos dispuestos a colaborar con Dios para el cumplimiento de ellas.

¿Cuál es nuestra parte en el plan de Dios?

1 Crónicas 17:23, «Y ahora, Señor, yo soy tu siervo; haz lo que prometiste respecto a mí y a mi familia. Que sea una promesa que dure para siempre.»

David fue un hombre que también se apoyó en las promesas para su vida, simplemente no fue a la deriva, sino que aprendió a orar.

La oración es algo que nadie puede hacer por ti; tu familia va a conocer a Dios cuando seas tú el que ores la promesa y le digas a Dios: “Haz lo que me prometiste.”

Se va a cumplir el anhelo de tener nietos cuando ores tu promesa, y le digas a Dios: «Me dijiste que no habría estéril en mi casa.»

Vas a poder cancelar todas tus deudas cuando ores la promesa que Pablo le dio a Filemón, un personaje del Nuevo Testamento: «Si algo te debe, ponlo a mi cuenta y Jesús se encargará de pagar.»

Las promesas son como una herencia que recibimos pero que es necesario reclamar, de otra manera se quedan en veremos.

Puedes tener un diagnóstico que dice que estás enfermo pero si tienes la promesa de que vas a sanar, puedes creer más a la promesa de Dios que a lo que dicen los médicos, o al contrario, asegúrate de creer que tienes vida eterna, pues la vida eterna es una promesa real.

Es posible que tu familia esté experimentando conflictos, si tienes una promesa de Dios, todos estarán sentados a la mesa compartiendo juntos y en armonía.

2 Crónicas 6:17 «Ahora, oh Señor , Dios de Israel, cumple esta promesa que le hiciste a tu siervo David.»

Dios cumple lo que promete y todo lo que dijo, lo va a cumplir. Aún cuando no lo veas, cree en la promesa pues ya te pertenece!

En mis tiempos de crisis e incertidumbre, oré la siguiente oración en Daniel 9:4-5,

«Oré al Señor mi Dios y le confesé: «¡Oh Señor, tú eres un Dios grande y temible! Siempre cumples tu pacto y tus promesas de amor inagotable con los que te aman y obedecen tus mandatos; pero hemos pecado y hemos hecho lo malo. Nos hemos rebelado contra ti y hemos despreciado tus mandatos y ordenanzas.»

Confiesa tu pecado y reclama las promesas de Dios para tu vida y para tu familia y espera en Él.

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