Es Tiempo de Conectar, mayo 027

La práctica de la resurrección

“ Puesto que habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba… Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.” Colosenses 3:1-3 “

Porque es necesario que lo corruptible se vista de lo incorruptible, y lo mortal de lo inmortal.” 1 Corintios 15:53

“ Porque con un solo sacrificio hizo perfectos para siempre a los santificados.” Hebreos 10:14

La resurrección no es sólo un evento de un día; es una realidad que vivimos aquí y ahora. Como aprendices en formación que caminan hacia la práctica, nos entrenamos en los patrones del cielo, porque allí está escondida nuestra verdadera vida. La santidad no es solo cuestión de disciplina, sino de vivir alineados con el mundo que está por venir.

A menudo consideramos el cielo como el «algún día» o el capítulo final. Pero en Cristo, el cielo ya está disponible y se manifiesta en ti. Has resucitado como una nueva creación, las cosas viejas han pasado cuando naces de nuevo. Estás siendo transformado, eres parte de la primera ola de la Nueva Creación. 

Y cada acción santa, cada práctica fiel, cada decisión guiada por el Espíritu es más que obediencia, es alineamiento para el mundo venidero.

La vida del practicante en tiempo presente
Ya no eres un simple aprendiz sino que eres un practicante del Reino; aprendes haciendo, andando en el Espíritu, moldeando tu vida por el Cristo resucitado. Vivir en santidad y santificarse es más que pureza interior; es alineamiento externo con la voluntad de Dios, ahora y para siempre. Cuanto más vivas en sintonía con el Espíritu, más tu vida va a reflejar los ritmos de la resurrección. Esto es lo que significa «vestirse de lo imperecedero,» incluso cuando aún habitamos en cuerpos frágiles.

La Vida Oculta: Anclados en el Reino
Colosenses dice que tu vida está escondida con Cristo. Eso significa que tu valor no reside en este mundo presente, sino en tu transformación, ni en tu desempeño, ni en tus logros ni como la gente te vea. No estás esperando el Reino, puedes vivir en él ahora, entrenando tu cuerpo, tu mente y tu alma para responder a la voz del Rey.

Esto es lo que entendió la Iglesia primitiva: la esperanza del cielo no era sólo escapar de la muerte, era vivir un tipo de vida diferente ahora porque el Rey ya la había conquistado.

Preguntas clave:
¿Qué ritmos o hábitos en tu vida están alineados con la resurrección?
¿Qué partes de tu vida aún reflejan lo “perecedero” ?
¿Cómo te está llamando Dios a vivir hoy de una manera que haga eco del mundo venidero?

Oración de restauración:
Jesús resucitado, alinéame hoy con el cielo. Que mis palabras, acciones, pensamientos y decisiones reflejen el mundo que traes y el mundo al que ya pertenezco. No quiero solo creer en la resurrección, quiero practicarla, vivirla y reflejarla en cada aspecto todos los días de mi vida. Amén.

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Escrito por Jen Wilson, narrado por Juan Bravo, producido por Conectar Global

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