
Es Tiempo de Conectar, septiembre 029
Cuando la era del hielo llega a tu corazón
Muchas cosas están pasando alrededor del mundo hoy en día. Guerras, hambrunas, terremotos y las redes sociales influyendo en el comportamiento de la gente, aún de los que se dicen ser cristianos. Pero, ¿qué nos dice la Biblia de estos tiempos? En Mateo 24:12 se dice: «abundará el pecado por todas partes y el amor de muchos se enfriará».
Esto ya lo estamos viviendo: gente que a lo bueno le dice malo y a lo malo le dice bueno. Y lo peor es que muchos cristianos se están dejando influenciar y no viven lo que profesan. ¿Eres tú uno de los que ha permitido que el amor por Dios se congele? ¿Ya no amas a Dios tanto? Ponte una mano en el corazón en este momento. ¿Qué ha pasado? ¿En qué momento te enfriaste? Muchos de nosotros ya no somos los de antes, ya no tenemos la misma comunión intensa con Dios. Hemos perdido la relación de amor que nos unía a Él, ese deseo que ardía por estar más tiempo en su presencia. Es como si la era del hielo hubiera llegado a nuestro corazón.
No sentimos nada cuando se enseña la palabra. Nos hemos vuelto insensibles. Volvemos a fallarle. Andamos de mal humor, con ataques de depresión. Dejamos de ver a Dios en la foto de nuestra vida y simplemente parece que lo perdimos de vista. Me duele ver a amigos, a personas que amo, deprimidas, dejándose al abandono, no haciendo nada por salir adelante. No comen porque están deprimidos, prefieren dormir todo el día y ya no buscan más de Dios. Van a la iglesia, pero solo por inercia o a petición de sus líderes o pastores.
¿Estás pasando por algo así? No has sido llamado a llevar una vida mediocre ni a que seas un zombi. Me dirijo a ti que estás pasando por batallas que te cuesta ganar. Me dirijo a ti que estás luchando por dejar hábitos destructivos y no soportas vivir más así. Por eso me atrevo a decirte que no estás solo, no estás sola. Amigos, mis batallas más grandes las he ganado de rodillas, pues hay tentaciones que requieren que nos arrodillemos delante de Dios.
Arrodillarse es cuando le dices: «Yo me rindo, no puedo solo, por favor guárdame de la tentación. Has prometido librarme del mal aunque me siento derrotado. Sólo tú me puedes salvar. Eres todo lo que quiero en esta vida».
Vamos, adoremos de rodillas a nuestro Dios y creador. Le pertenecemos a Él. Somos su pueblo, Él es nuestro pastor y nosotros somos su rebaño. Estamos bajo su cuidado y hoy escuchamos su voz. No te levantes del piso hasta que no sientas que Dios te ha escuchado, hasta que sientas que has sido perdonado, que has hecho tu parte y que vas a esperar a que Dios haga la suya.
Encontramos el Salmo 23:4 que dice: «Aun cuando pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado; tu vara y tu cayado me infundirán aliento». Estás pasando por esos momentos difíciles en tu vida, momentos de soledad y tristeza, momentos de mucho dolor. No olvides que Dios está más cerca de lo que crees, y Él permite experiencias en tu vida para moldearte y, sobre todo, para que aprendas a depender de su gracia.
A veces nos damos contra la pared, otras veces alcanzamos a pegarnos tan duro que cruzamos esa misma pared, pero recuerda que Dios te ayuda en todo momento, solo si tú lo permites. En medio de la enfermedad, Él es quien vela junto a ti como tu médico de cabecera. Cuando tienes problemas legales, Dios promete ser tu abogado. Cuando no tenemos dinero ni trabajo, Él es quien provee para nosotros el pan de cada día.
Dios te conoce. Antes que vayas a pedirle algo, Él ya sabe lo que vas a pedir. Entrégate a Él hoy, saca el hielo de tu corazón y te llevará a lugares que jamás pensaste alcanzar.
Te animamos a que dones en el siguiente enlace https://conectarglobal.org/donaciones/ . Así nos apoyarás a seguir con este hermoso servicio de llegar a muchas más personas.
Y que hagas uno de nuestros cursos en www.conectarglobal.org que son sin costo alguno.
Creado y narrado por Juan Bravo. producido por Conectar Global