Es Tiempo de Conectar, octubre 03
Enamorados de Dios
“Seis días antes de que comenzara la celebración de la Pascua, Jesús llegó a Betania, a la casa de Lázaro, el hombre a quien él había resucitado. Prepararon una cena en honor de Jesús. Marta servía, y Lázaro estaba entre los que comían con él.
Entonces María tomó un frasco con casi medio litro de un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume” Juan 12:1-3.
Vemos aquí la misma dinámica de Lucas 10: 38 cuando Jesús visitó quizás por primera vez la casa de esta familia, Marta servía y María estaba dedicada a estar con Jesús y derramar no sólo su vida sino también un perfume muy costoso. Vemos también a Lázaro, quien había estado muerto, pero al que el Señor había resucitado. Él era un testimonio vivo del poder del Señor.
Marta expresaba su gratitud y su amor a Jesús sirviendo, asegurando que la cena fuera bien servida y pudieran honrar a un amigo cercano, a Jesús. Todo parecía indicar que esta era una familia con buena posición económica y social.
María, por su parte, tenía su propia forma de manifestar su amor y devoción al Maestro entregando aquello que poseía y que quizás era su posesión más valiosa, su tiempo y un perfume de altísimo valor.
Cuando dice un frasco de medio litro pienso cuando le compro de regalo un perfume fino a mi esposa, no es barato y son onzas o sea muy pequeñas cantidades comparado con el perfume de María.
Este hecho quedó grabado para la historia pues en Mateo 26: 13 dice, “Les digo la verdad, en cualquier lugar del mundo donde se predique la Buena Noticia, se recordará y se hablará de lo que hizo esta mujer.”
Esta mujer no sabía lo que seguía en esta narrativa y la proximidad de la muerte del Maestro, esta mujer sólo sabía que tenía a alguien especial digno de adoración y de toda su atención; en esto consiste la adoración, en entregarle a Cristo todo, nuestro tiempo, nuestra vida, nuestras posesiones, todo.
Así es cuando tenemos un encuentro personal con Jesús y vivimos lo que la Biblia llama en el libro del Apocalipsis, el primer amor.
Recuerdo vívidamente cuando recién conocí a mi esposa, estábamos tan enamorados que después de pasar tiempo juntos, llegaba a la casa y seguíamos hablando por teléfono.
Puedes tener años creyendo que eres cristiano, siguiendo las enseñanzas desde niño, fiel a la iglesia pero no estar enamorado de Dios.
Estar enamorado de Dios y de otra persona tiene características similares, no ves la hora de volver a verla, de pasar tiempo con ella, de soñar y hacer planes juntos sin límites de tiempo y sin interrupciones.
Leemos en Job 42:5: «Lo que antes sabía de ti era lo que me habían contado, pero ahora mis ojos te han visto, y he llegado a conocerte.»
Para estar enamorados de Dios, necesitamos rendirnos y pasar tiempo con Él.
«Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros, puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos”. Como algunos de sus propios poetas han dicho: “De él somos descendientes”.» (Hechos 17:27)
¡Él está más cerca de ti de lo que tú crees!
El Salmo 139:1-6 dice que Él conoce todos los detalles de nuestra vida.
“Oh Señor, has examinado mi corazón y sabes todo acerca de mí. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; conoces mis pensamientos, aun cuando me encuentro lejos. Me ves cuando viajo y cuando descanso en casa. Sabes todo lo que hago. Sabes lo que voy a decir incluso antes de que lo diga, Señor. Vas delante y detrás de mí. Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza.
Semejante conocimiento es demasiado maravilloso para mí; ¡es tan elevado que no puedo entenderlo!”
Dios sabe de tí cosas tan insignificantes como cuántos cabellos tenemos en nuestras cabezas, Él conoce TODO acerca de ti, aun lo que nadie sabe, Él te conoce y te ama; sabe cuándo duermes y cuándo te levantas. Conoce tus pensamientos aun cuando estás lejos de Él. Sin mencionar palabra, Él ya sabe lo que vas a decir, Él está delante y detrás de cada uno de tus pasos, te guía, te cubre, te forma.
Estoy seguro que fue esto lo que experimentó María, Esta fue la revelación de María.
El amor es maravilloso cuando la persona que amas te corresponde y con Dios nos pasa lo mismo, Él nos corresponde cuando nosotros lo buscamos y lo amamos.
«Los que conocen tu nombre confían en ti, porque tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan.» (Salmo 9:10 NTV)
Mientras más consciente estés de su presencia, más seguro te sentirás.
Me causa tristeza ver a amigos y familiares deprimidos, vacíos, quejándose todo el tiempo, dejándose llevar por adicciones, el abandono, viviendo sólo para sobrevivir, sólo ocupados por los afanes de la vida, y no enamorados del Dios quien les entregó todas esas bendiciones y talentos.
Te escribo a ti, que estás pasando por mediocridad espiritual, que ni luchas por vencer la adicción y el pecado de muchos años y que sabes que Dios tiene cosas muy especiales para tí.
Te escribo a ti que ya no soportas vivir así… Por eso me atrevo a decirte que no estás solo pues Dios quiere que te vuelvas a Él y que no te rindas hasta que lo encuentres.
El profeta Isaías decía: «Todo mi ser te desea por las noches; por la mañana mi espíritu te busca…» (26:9 NVI)
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