Es Tiempo de Conectar, septiembre 03
La Benignidad
Si la paciencia es el amor que soporta la adversidad, la benignidad es la forma cómo respondemos, y hacemos las cosas.
Ser benigno es ser comprensivo, dar gracia, tener templanza, tener buena voluntad, ser benevolente, afable, delicado, dulce, clemente, compasivo, complaciente, dócil.
Es más fácil ser maligno que benigno, lo bueno es que Dios está trabajando en nuestras vidas para que prevalezca lo bueno en nosotros y no lo malo.
La benignidad de Dios nos engrandece.
2 Samuel 22:36 dice:
“Me diste asimismo el escudo de tu salvación, y tu benignidad me ha engrandecido.”
David es un ejemplo de benignidad, él era alguien consciente de que había recibido el trono de Israel por la benignidad inmerecida de Dios y fue exaltado y aunque la casa del Rey Saúl y toda su parentela quisieron destruirle y eran sus enemigos, mostró benignidad con Mefiboset, nieto de Saúl, al hacerlo sentar a su mesa.
En el monte de las bienaventuranzas, Jesús nos da grandes ejemplos de benignidad.
Debemos ser cuidadosos con lo que decimos y cómo lo decimos.
La paciencia se compara con los amortiguadores de un carro que soportan y suavizan lo brincos, mientras que la benignidad es el aceite que suaviza el motor para hacerlo funcionar.
Estar en la presencia de Dios derramará el suficiente aceite en tu vida para que suavices tu día y arranques con facilidad en el día a día.
La benignidad de Dios nos lleva al arrepentimiento.
Romanos 2:4 (RVC) dice:
“¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?”
1 Pedro 2:1-3
“Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor.”
Dios nos llama a vestirnos de benignidad.
Colosenses 3:12
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia.”
La benignidad es un vestido que elegimos ponernos cada día. La benignidad entonces no se habla, se luce.
¿Qué vestido vas a elegir ponerte hoy?
Salomón oró a Dios en 1 Reyes 3:9
“Dame un corazón comprensivo para que pueda gobernar bien a tu pueblo, y sepa la diferencia entre el bien y el mal. Pues, ¿quién puede gobernar por su propia cuenta a este gran pueblo tuyo?”
1 Reyes 3:12 “¡Te concederé lo que me has pedido! Te daré un corazón sabio y comprensivo, como nadie nunca ha tenido ni jamás tendrá.»
Sé comprensivo y benigno, respeta a los demás, así como Dios es comprensivo y benigno contigo.
Colosenses 3:13 “Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros.”