“Los gabaonitas, por su parte, enviaron el siguiente mensaje a Josué, que estaba en Gilgal: «No abandone usted a estos siervos suyos. ¡Venga de inmediato y sálvenos! Necesitamos su ayuda, porque todos los reyes amorreos de la región montañosa se han aliado contra nosotros”

Cuando el rey de Gabaón que se había aliado con Josué le pidió ayuda, Josué no se la negó y lo ayudó.

Tu y Dios son mayoría, cada día pídele su ayuda para cada proyecto, para cada tarea, para tus reuniones… dile ¡Ayúdame Dios, sin ti no puedo!

V.8 “Y el Señor le dijo a Josué: «No tiembles ante ellos, pues yo te los entrego; ninguno de ellos podrá resistirte.”

Cada que uno se lanza hacia la conquista suelen aparecer temores, el mismo Josué siendo el gran general del pueblo de Israel tuvo temores. El temor desaparece cuando recibimos una palabra de Dios, Dios le dijo a Josué, no temas porque yo los he entregado en tu mano y ninguno de ellos prevalecerá contra ti.

Tú caminas con Dios, su protección sobre tí está en cada momento, así que no temas. Quienes están parados en la Palabra, saben que con Cristo no hay de qué temer, porque aun cuando nos sucedan cosas adversas “sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28.

La Biblia contiene 365 versículos sobre el temor; uno para cada día del año.

El temor hace que veamos nuestras circunstancias, damos más crédito a nuestros cinco sentidos y lo que éstos nos muestran nos parece tan real… que quitemos los ojos de la Palabra de Dios. Entran así la duda, la incredulidad y el temor y esto ata las manos de Dios. ¡Todo ello proviene del diablo que quiere hacernos desconfiar del cuidado y la protección de Dios! En estudios realizados en los Estados Unidos se llegó a la conclusión que lo que mueve a la mayor parte de la gente del mundo es el temor. Es lo que está detrás de cada acción, lo que la motiva. Por ello, este sentimiento de temor es muy usado en el marketing y en la publicidad.

La industria farmacéutica hace fortunas con el temor a envejecer y es por esto que recomiendan tintes, maquillajes, cremas, vitaminas, hasta el viagra, etc. La ciencia médica igualmente explota nuestros temores y nos ofrecen la liposucción, el peeling, las vitaminas en cápsulas y todos los métodos de detección temprana de enfermedades, al punto que hay gente que tiene fotos de todos sus órganos tomadas desde todos los ángulos.

¿Qué hay detrás de todo esto? Temor. Igual, las compañías de seguros se han vuelto multimillonarias con nuestros temores: temor de enfermar, temor de ser afectados por actos terroristas, temor a robos, asaltos, incendios, muertes, etc. Inclusive si tanta gente recurre a adivinos y líneas síquicas es porque necesitan que alguien les asegure su futuro, que alguien les diga que aquello que temen nunca les va a ocurrir, que su esposo volverá, que sus hijos conseguirán empleo, etc. ¿Qué hay detrás de la lectura del horóscopo, de los amuletos, de las supersticiones? Pues nada menos que temor. ¿Qué hay detrás de una persona que no diezma u ofrenda? Incredulidad y temor. ¿Qué hay detrás del cristiano que no quiere ser líder? Incredulidad y temor de fracasar. Hay quienes no dicen la verdad… por temor a sus consecuencias. Hay quienes abortan… por temor a los padres, a no poder afrontar la responsabilidad, etc. Hay quienes matan… por temor a ser delatados. Hay quienes roban, por temor a pasar necesidad. Y es que el temor es el peor de los consejeros y además el temor nos pone lazo, nos aprisiona y nos esclaviza. Proverbios 29:25.

Y es que al temer abrimos puertas para que nos suceda exactamente lo que tememos. Job 3:25 “Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía.” Temor es fe en lo malo, en lo que el diablo dice. Y “..al que cree todo le es posible.” (Mr.9.23b) Recordemos que como dice la Biblia en 1 Jn.4:18: “…el temor lleva en sí castigo…” Así que no permitamos que entre en nuestra vida.