Es Tiempo de Conectar, julio 04
Dios es mi proveedor
Génesis 22:1-18 dice: «Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.
Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.
Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos.
Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.
Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos.
Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?
Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.
Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña.
Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.
Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.
Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto, se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.
Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.
En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.»
Abram había orado más de 25 años por su hijo y el Señor, conocido como Jehová Jireh, o como quien provee, suplió las necesidades de Abram y también sus deseos más íntimos.
Cuando pienso en Dios me imagino a un Dios proveedor, que tiene presentes para sus hijos.
Cuando la Biblia dice que Dios probó a Abram, Él intentaba ver de qué estaba hecho. Dios quería probar qué había en su corazón pues a veces amamos algo o alguien más que a Dios. Notemos que Abram no se derrumbó por lo que Dios le estaba pidiendo, él estaba confiando en Dios y allí conoce a Jehová Jireh.
El significado de Jehová Jireh es, como ya lo dije, El Señor proveerá y se volverá un lema y una verdad en el monte de Yahveh. Dios proveerá y será propicio para ti y para mí.
Abraham debía sacrificar a Dios nada menos que a su hijo Isaac.
¿Te imaginas que Dios te pida nada menos que mates a tu propio hijo?
Que un hijo muera de una enfermedad, o atropellado por un carro, etc., ya es algo dramático. Pero ¿que el mismo padre deba sacrificarlo y esto por mandato de Dios?
O sea que después de esperar por la promesa por tantos años, ahora Dios me dice que lo sacrifique y ¿que toque volver a empezar?
No es lo mismo perder un hijo estando muy joven cuando puede consolarse teniendo otros hijos a que esto ocurra en plena vejez.
¿Qué se le dice a Sara, su madre?
“Sabes, Sara, acabo de sacrificar a nuestro hijo porque Dios me dijo que lo hiciera.”
¿Te imaginas su reacción?
Este niño había generado tanta expectativa, se le había esperado durante años y ahora ¿piden que lo sacrifique?
Sin embargo justo en el momento en que levanta la mano con el cuchillo y ve la cara de horror de su amado hijo, un ángel le detiene la mano y le muestra un cordero atrapado en unas zarzas.
Dios se había provisto de un sacrificio. “Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto, se dice hasta hoy: «En el Monte de Jehová será provisto.”
El que Dios proveyera un cordero en el momento preciso y que él lo sacrificara en lugar de Isaac fue lo mejor que le pudo ocurrir a Abraham. Esa sí que fue una provisión y además oportuna.
Cuando Dios se manifiesta a Abraham con ese nombre y esto queda señalado en la Biblia, significa que nosotros también podemos invocarlo como nuestro proveedor y podemos confiar que esta provisión también llegará de manera oportuna.
Justo lo que necesitábamos y cuando lo necesitábamos. Eso nos enseñará a no poner nuestra confianza en hombre alguno, ni siquiera en nosotros mismos.
De Él es que viene nuestra provisión y lo conoceremos como proveedor.
Abraham puso a Dios por encima de las circunstancias.
Salmos 9:10 «En ti confiarán los que conocen tu nombre, Por cuanto tú, oh, Jehová, no desamparaste a los que te buscaron.»
Si tu conoces y buscas a Jehová Jireh, puedes vivir confiado, Él no desampara a los que le buscan.
Dios quiere darte algo especial, pero debes estar espiritualmente atento para poder recibirlo.
Hebreos 11:17-19 dice que “Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.”
Piensa conmigo: Dios es poderoso para levantar aún de entre los muertos.
¿Tienes un sueño muerto? Dios es poderoso y proveerá un milagro.
Así como Dios proveyó un carnero como sustituto de Isaac, Él proveyó a su hijo Jesús como el sacrificio definitivo.
¿Acaso Dios no suplirá todas nuestras necesidades?
Necesidad es algo que nos hace falta y tu proveedor no es cualquiera, es el mismo Dios quien creó todas las cosas.
Tu proveedor no es tu empleo, es Dios, y se presentará a ti como tu Jireh. Dios usa nuestros empleos y muchos otros medios para proveernos y suplir todas nuestras necesidades.
Ahora, ¿Cómo y dónde encontramos al Dios que provee?
En el Monte de su presencia pues el monte nos habla del lugar donde rendimos todas nuestras vidas y donde tenemos un encuentro real con Dios.
Es en el Lugar Secreto donde le contamos a Dios de nuestras necesidades y donde recibimos la fe para recibir la bendición o provisión.
Él nos bendice porque Él es bueno.
Salmo 68:10b dice: «Por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.»
El Salmo 23:1 “El Señor es mi Pastor, nada nos faltará.”
No nos faltará nada, ni la salud, ni el dinero, no nos faltará nada, tendrás para todo porque el Señor nos proveerá.
“Mi Dios, pues, suplirá toda necesidad de ustedes conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Filipenses 4:19
Lucas 22:35: “Luego Jesús les preguntó: «Cuando los envié sin bolsa, sin alforja y sin calzado, ¿les faltó algo?» Ellos respondieron: «Nada.»”
A veces Dios puede que no te provea la medicina que te ha mandado el médico, pero en cambio hará que ya no la necesites. Él proveerá sanidad para ti.
Tendrás un encuentro con quien te provee y te suple con abundancia.
Salmos 34:9: «Ustedes, sus fieles, teman al Señor, pues a quienes le temen nunca les falta nada.”
Conversa con Dios, cuéntale de tus necesidades, y deja que tus necesidades se conviertan en Sus prioridades.
Dios nunca nos pierde de vista, Él sabe por lo que pasamos y lo que necesitamos, Él está esperando darte una gran recompensa después que pases la prueba.
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Nunca dudes que Jehová Jireh proveerá todo lo necesario.
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