Es Tiempo de Conectar, abril 05
Jesús está vivo
La resurrección le da sentido completo a nuestra fe.
1 Corintios 15:14 «Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también nuestra fe.»
No hay mayor muestra de amor, de pasión, de gracia y de perdón que la cruz del calvario.
A Jesús no fueron los clavos lo que lo mantuvieron en la cruz sino Su amor por ti y por mí.
Juan 11:25 Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.”
Con la resurrección de Jesús no solo vuelven a la vida nuestros sueños muertos, sino que vuelven a la vida las promesas de Dios en nuestro presente.
¿Por qué buscamos entre los muertos al que está vivo?
Jesús está vivo dentro de ti y dentro de mí y está a una oración de distancia.
Repite conmigo: “Hoy te hago el Señor de mi vida, el salvador de mi alma, me arrepiento de todos mis pecados y te pido que escribas mi nombre en el Libro de la Vida. Hoy muero a mis deseos, a mis planes y quiero vivir de acuerdo con tu voluntad.”
Hechos 17: 2-4, “Como era su costumbre, Pablo fue al servicio de la sinagoga y durante tres días de descanso seguidos, usó las Escrituras para razonar con la gente. Explicó las profecías y demostró que el Mesías tenía que sufrir y resucitar de los muertos.
Decía: Este Jesús, de quien les hablo, es el Mesías. Algunos judíos que escuchaban fueron persuadidos y se unieron a Pablo y Silas, junto con muchos hombres griegos temerosos de Dios y un gran número de mujeres prominentes.”
La resurrección es poderosa porque tiene la convicción y la seguridad que Jesús fue el hijo de Dios. Algunos podrían decir que Jesús fue un gran maestro, un gran profeta, un iluminado, pero gracias a que Jesús murió crucificado y resucitó a los tres días de Su muerte, nosotros podemos tener la convicción de que Él es el hijo de Dios.
Romanos 1:4 «… que (Jesús) fue declarado hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos.»
La muerte no podía retenerlo.
Juan 10:17-18, «Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.»
Y eso nos diferencia de todas las demás religiones, los budistas tienen a Buda, pero Buda está bien muerto, los musulmanes a Mahoma, pero Mahoma está bien muerto… Nosotros, los cristianos, tenemos a Cristo, pero Cristo no está muerto, sino que vive, reina y está sentado a la derecha del Padre.
Romanos 8:11, «Y como el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Cristo Jesús mora en nosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús, vivificará también nuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en nosotros.”
Dios tiene el poder para levantarte, el poder para restaurar tu vida… Sí, el poder de Dios es ilimitado, si no, recuerda que resucitó a Lázaro y por ello, también resucitará todo lo muerto en tu vida.
La tumba está vacía porque Dios quiere llenar tu corazón.
Hechos 24:15 “… Teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos.”
La resurrección nos trae esperanza.
Muchas personas viven vidas muy limitadas porque creen que cuando se acabe esta vida se acabará todo, pero para nosotros, los que creemos en Jesús y creemos en el poder de la resurrección, tenemos la esperanza de que vamos a pasar de esta vida a mejor vida. Es decir, vamos a pasar de vida a más vida.
Esto no se acaba en la tierra, si creemos en Jesús, nos espera la vida eterna junto a Él. La resurrección sella la victoria de Jesús en la cruz.
Hechos 4:33 “Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos.”
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