Devocional diario mayo 05
La medida de tu vida espiritual
Mateo 25:1-5
“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que, tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.
Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.
Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; más las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.
Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron”
Cada vez que un pasaje inicia “el reino es semejante” es que hay que prestarle mucha atención porque es la forma en que Dios quiere que vivamos en este tiempo.
La Biblia nos dice que había 10 vírgenes, ninguna dejaba de vivir en santidad, las 10 se habían guardado para Dios, las 10 estaban esperando al esposo. Pero había algo que las diferenciaba y es que 5 eran PRUDENTES y 5 INSENTATAS.
Prudencia: prima de la sabiduría “una virtud que hace prevenir y evitar las fallas y los peligros que acechan a la humanidad”. Prudentes según la Biblia tenían lo debían tener en el mismo momento.
Santo Tomás de Aquino dice “la prudencia es la rectitud del discernimiento en todas las actitudes cotidianas, y la justicia es la rectitud del alma en los momentos más intrínsecos de la vida; muchas veces estas dos virtudes se entrelazan y forman una integridad sin precedentes”
¿Qué es ser prudente?
Prudente es el hijo que reacciona antes de ofender o insultar a sus padres.
Prudente es el padre que corrige a su hijo con amor, sin agraviar su estima propia.
Prudente es la madre que trabaja silenciosamente para forjar el carácter de sus hijos.
Prudentes son los padres que saben razonar ante los problemas del hijo.
Prudente es el obrero que realiza honestamente su trabajo sin la vigilancia del patrón ni la crítica de sus compañeros de labores.
Prudente es el jefe que no se considera mejor ni más sabio que sus empleados.
Prudente es el alumno que es consciente de sus obligaciones escolares.
Prudente es el político que cumple con las promesas que hizo durante la campaña electoral.
Prudente es el profesional que se preocupa más por el servicio que ofrece que por los honorarios que recibe.
Prudente es el comerciante que hace de la honestidad su mejor aliada.
Prudente es el pastor que practica lo que predica.
Prudente es el maestro que enseña sin esperar recompensa.
Prudente es el escritor que es honesto y buen comunicador.
Prudente es el poderoso que no abusa de su autoridad.
Prudente es el gobernante que gobierna con equidad y justicia.
Prudente es el amigo que sabe corresponder a la amistad de otra persona.
Prudente es el que ante una enfermedad analiza su condición, toma decisiones sabias, no recrimina a nadie, y es capaz de aceptar la voluntad divina.
Prudente es el rico que disfruta de sus bienes sin remordimiento alguno, y que contribuye al bienestar de la humanidad.
Prudente es el pobre que no se lamenta de su condición, pero se esfuerza por seguir adelante y hace un trabajo meritorio.
Prudente es el que valora los talentos que tiene y los desarrolla según sus facultades.
Prudente es el que sabe economizar para los momentos difíciles.
Prudente es el que cuida de su cuerpo, que es templo del Espíritu Santo.
Prudente es el que sabe hablar a tiempo y callar en el momento oportuno. El sabio Salomón, entre sus múltiples reflexiones, dijo que había tiempo para todo: para callar y para hablar.
Insensatez: falto de conocimiento, falto de entendimiento, que teniendo una instrucción de Dios se hace el necio. Jesús dice que la persona que escucha su enseñanza, pero no la obedece es como el hombre que edificó su casa sobre la arena. Cuando vinieron las tormentas la casa se cayó́. El hombre no pensó́ en la tormenta cuando edificó su casa. No hizo una buena decisión. Entonces a los insensatos siempre les falta algo, en este caso a las vírgenes les faltó el aceite.
Y ¿qué es el aceite? Es depósito de mi corazón que debo tener lleno de Dios
Las vírgenes prudentes tenían lleno su depósito en su corazón de Dios
Las vírgenes prudentes se prepararon para esperar al esposo, y Dios quiere ese tipo de gente porque a ellos les contará sus secretos.
¿Cuándo Dios nos busca qué estamos haciendo? La lonchera de los chicos, las cosas del trabajo, afanándonos por todo y no llenando nuestro depósito de su aceite.
Dios no tiene cualquier tipo de amigos, el tiene amigos que son íntimos.
Salmos 51:6
“He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría”
Mateo 25:6-13
“Y a la medianoche se oyó un clamor: !!Aquí viene el esposo; ¡salid a recibirle!
Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.
Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.
Las vírgenes insensatas corrieron donde las prudentes por su aceite; si tu corres por el aceite de otros estás en problemas, cada quien debe tener su propio aceite.
¿Por qué corres a preguntar a gente lo que tienes que hacer? Tienes que correr a Dios y amarlo en lo íntimo, en el secreto de su presencia es allí donde comprendes sabiduría. Debemos entender es que el aceite es algo que no se puede compartir o lo tienes o simplemente no lo tienes. O eres carismático o eres antipático, pero no podemos disfrazar nuestro liderazgo.
Es como cuando alguien se te acerca y te dice “quiero que ores por mi para que yo tenga lo que tú tienes” … yo respondería ¿no sabes todo lo que me costó? Tener lo que tengo, horas con Dios, pruebas, mucho llanto y quieres que en una sencilla oración te lo pase “no se puede” es algo que tienes que comprarlo “tú mismo” vivirlo “tú mismo” eso es generar tu propio aceite.
Fortalécete internamente. La palabra dice: “Yo amo a los que me aman y me hallan los que temprano me buscan”
¿Qué diferencia hay en buscar al Señor en las mañanas a diferencia que cualquier otra hora del día?
El buscar a Dios en las mañanas implica darle a Dios las primicias de nuestro tiempo. El que decide buscar al Señor por la mañana le está diciendo: Tu eres más importante que todas las cosas que haré en este día. Tú eres mi prioridad, tú eres mi primera cita.
El buscar a Dios en las mañanas es un esfuerzo y sacrificio. Para mí, como para la Mayoría de las personas, el levantarse temprano requiere un esfuerzo adicional, especialmente en el invierno cuando nuestro cuerpo se niega a levantarse y enfrentar el frio, y cuando la cama nos invita a permanecer dormidos. El que se levanta temprano le está diciendo al Señor: “Estoy dispuesto a incomodarme por ti” “Tu eres más importante que mi confort”
El buscar a Dios por las mañanas te ayuda a darle una perspectiva más espiritual al día. Alguien dijo que la oración debería ser la llave con la que abrimos el día y el candado con el que cerramos la noche. El abrir el día con oración te permite recibir dirección para lo que harás en las próximas 16 horas, te enfoca a las cosas que realmente merecen nuestra atención. Ofreces tu día a Dios como una forma de adoración.
Mateo 25:10-13
“Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.
Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: Señor, señor, ¡ábrenos!
Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.
Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir”
Cuando llega “tu bendición” es tarde para prepararte. La ociosidad, la depresión, la indiferencia a Dios te cierran las puertas de la oportunidad.
¿Quicieras tener puertas abiertas? Isaías 55:6 “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano”
Deja que Dios te hable en tu idioma, y no en el de tu pastor. Hay una forma en la que Dios se dirige a ti y que necesitas volver a escuchar para que tu deposito vuelva a ser lleno de su aceite.
Siempre encuentra tiempo para las cosas que valoras, si quieres ser conocido por Dios debes pasar tiempo en su presencia. Hay un lugar vacío que está esperando por ser llenado.
Cuando lo peor de tu vida venga, recuerda que pueden quitarte todo, pero nunca «su presencia» cuida tu vida espiritual en todo momento.