▷¿Cómo tener un corazón que agrada a Dios?

Es Tiempo de Conectar, septiembre 06

¿Cómo tener un corazón que agrada a Dios?

En la sociedad de hoy, la apariencia y lo que otros dicen de mí, pretenden ser los protagonistas, sin embargo, para Dios lo más importante y duradero es lo que hay en el corazón.

En 1 Samuel 9:2 “Quis tenía un hijo llamado Saúl, que era buen mozo y apuesto como ningún otro israelita, tan alto que los demás apenas le llegaban al hombro.”

Saúl es elegido como el primer rey de Israel y tenía una estatura y belleza imponentes. No había otro hombre en el pueblo con mejores características físicas que él para ocupar el trono. Sin embargo, había muchas falencias en su corazón. En algún momento, siendo ya rey, Saúl decidió resolver por su propia cuenta un asunto que no le competía. Al volver el sacerdote y ver lo que el rey había hecho, lo reprendió y le declaró que la voluntad de Dios era buscar a otro líder en su lugar, pero con un corazón diferente.

1 Samuel 13:13-14
“¡Eres un necio! —le replicó Samuel—. No has cumplido el mandato que te dio el Señor tu Dios. El Señor habría establecido tu reino sobre Israel para siempre, pero ahora te digo que tu reino no permanecerá. El Señor ya está buscando un hombre más de su agrado, pues tú no has cumplido su mandato.”

Hay veces que en los momentos de tensión, nos apresuramos a tomar decisiones y después lamentamos los resultados.

La belleza no es garantía de felicidad, es la actitud con la que encaramos la vida.

Fue así como Dios envió al profeta Samuel a ir en busca de David; un joven conforme a su corazón.

Al llegar el profeta a la casa de la familia de David, su padre le presentó a siete de sus hermanos. Sin embargo, lo que buscaba Dios no estaba a la vista. Fue así como Samuel le pidió que llamara a su hijo menor a quien descubrió quien era el que el Señor estaba esperando ungir.

David contaba con la actitud correcta pues en lugar de quejarse por haber sido dejado de lado por su padre y haber preferido a sus hermanos, tuvo una actitud de perdón y de humildad. A pesar de los muchos errores que cometió a lo largo de su vida, esta actitud fue la que siempre le permitió volver al centro de la voluntad divina.

¿Qué hubieses sentido si hubieras estado en el lugar de David? ¿Cómo hubieses reaccionado? Dios mira el corazón. Es por eso que debemos velar por tener una actitud pura, perdonadora y con fe hacia lo que el Señor está por hacer.

Dios siempre va a tener en cuenta a un corazón humilde: El espíritu de Saúl era el de buscar a otro culpable mientras que David reconocía sus fallas y buscaba desesperadamente el perdón y la restauración de Dios.

2 Samuel 22:28 “Rescatas al humilde, pero tus ojos observan al orgulloso y lo humillas.”

Reconocer los errores, no solo demuestra humildad, sino que te promueve para ser considerado por Dios. Dios mira de lejos al altivo, pero está cerca de los que tienen un corazón humilde. La persona humilde tiene la característica de cuidar la presencia de Dios.

David en sus salmos habla de la importancia de la Palabra de Dios.

En estos días que vivimos encontramos cierto grado de menosprecio de la gente hacia la Biblia, sin embargo el interés en la Palabra de Dios ayuda a transformar nuestro corazón.

David no sólo amaba a Dios sino también a su Palabra.

Esto lo vemos en el Salmo 119:11-12 “En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti. ¡Bendito seas, Señor! ¡Enséñame tus decretos!”

Cuando uno lee las Escrituras, es como que se habilita un depósito de sabiduría y autoridad que sirven de antídoto contra la necedad del pecado. La Palabra de Dios nunca vuelve vacía, sino que siempre tiene un efecto maravilloso.

En Hechos 13:36

“Ciertamente David, después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios, murió, fue sepultado con sus antepasados, y su cuerpo sufrió la corrupción.”

Dios vio en David un corazón servicial. Muchas veces esperamos que la gente esté a nuestra disposición, cuando en realidad somos nosotros quienes deberíamos servir a quienes nos rodean. Esto habla de humildad, generosidad y amor.

La vida cristiana consiste en dar un paso a la vez. Él es nuestro ayudador y nuestro mejor defensor. Es por eso que debemos descansar en sus brazos y dejarnos guiar por sus consejos que nos guardan de tomar malas decisiones.

Saúl, teniéndolo todo, lo perdió todo por apurarse. David a pesar de haber sido rechazado por su familia y menospreciado, fue el ungido de Dios que vivió muchísimas victorias. Supo reconocer sus errores y permitió que la presencia de Dios restaurara su alma.

Hoy nos encontramos con la decisión de buscar tener un buen corazón y dejar que el Espíritu Santo nos limpie de toda herida e iniquidad. El anhelar un corazón que agrade a Dios, dejándose guiar por su Palabra, buscando ser generosos, humildes y serviciales, hacen que nuestra vida sea más plena.

A pesar de las luchas y los desiertos, nunca te guíes por las apariencias, sino busca siempre guardar tu corazón de aquellas cosas que no te hacen crecer. Este es tu tiempo de dejar atrás el pasado y prepararte para la obra que el Espíritu Santo quiere hacer en ti.

Ora conmigo: Dios mío quiero que mi corazón te agrade, ayúdame a ser humilde, a estar en el lugar indicado en el momento oportuno, llévame a reconocer mis errores y a nunca apartarme de ti y como consecuencia caer en la autosuficiencia. Quiero que mi corazón sea sólo para ti.

Si esta reflexión ha hablado a tu vida, déjanos tu comentario, comparte con otros y suscríbete al canal. Dios te bendiga.

[youtube-feed feed=1]

Cursos Virtuales

Si el mensaje ha hablado a tu vida, deja un comentario a continuación.