Es Tiempo de Conectar, febrero 07
Cómo responder a la adversidad
A lo largo de nuestra vida, todos, sin excepción alguna, vamos a enfrentar adversidades pero dejemos de mirarlas como obstáculo y comencemos a verlas como oportunidades.
¿Cómo responderemos a cada una de ellas?
Recuerda que David obtuvo un doctorado en la universidad de la adversidad.
1 Samuel 25:1 “Samuel murió, y fue enterrado en Ramá, donde había vivido. Todo Israel se reunió para hacer duelo por él. Después de eso David bajó al desierto de Maón.”
Samuel había sido no solo el líder, sino como un padre para David hasta que llegó el día de su muerte. Imagino que eso fue un golpe muy duro para David, pero la muerte de quién había sido su guía no lo aplastó.
Aun cuando no te puedas levantar por fuera, levántate por dentro.
Hay noticias en la vida que muchas veces nos tumban y nos obligan a estar postrados pero recuerda que por dentro siempre podremos estar de pie. Cuando te den un golpe tan fuerte que te sientas derrotado, cae de rodillas ante tu Dios y levántate por dentro.
La vida es demasiado corta para vivirla derrotado, no importa lo que haya venido en contra tuya. Es tiempo de que te levantes y sigas tu camino. No llores más un matrimonio muerto, un bebé muerto, un ministerio muerto… ¡Levántate por dentro! Seca tus lágrimas y toma un nuevo impulso.
1 Samuel 30:6, “David ahora se encontraba en gran peligro, porque todos sus hombres estaban muy resentidos por haber perdido a sus hijos e hijas, y comenzaron a hablar acerca de apedrearlo. Pero David encontró fuerzas en el Señor su Dios.»
Las adversidades son los peldaños del éxito, pero si no encontramos fuerzas en Dios, fácilmente seremos presas del desánimo, la frustración y los temores.
Muchas personas cuando tienen una dificultad rápidamente se refugian en el alcohol, en las drogas o en otra persona pero si quieres enfrentar la adversidad y salir victorioso, tu refugio tiene que estar en Dios. Todo lo demás es una anestesia para el dolor, mientras que Dios es la cura para todos nuestros males.
Encontrarás fuerzas en Dios cuando lo busques a diario. La oración es un músculo que se tiene que ejercitar todos los días del año.
1 Samuel 17: 32-37 “No se preocupe por este filisteo —le dijo David a Saúl—. ¡Yo iré a pelear contra él!
—¡No seas ridículo! —respondió Saúl—. ¡No hay forma de que tú puedas pelear contra ese filisteo y ganarle! Eres tan solo un muchacho, y él ha sido un hombre de guerra desde su juventud. Pero David insistió:
—He estado cuidando las ovejas y las cabras de mi padre. Cuando un león o un oso viene para robar un cordero del rebaño, yo lo persigo con un palo y rescato el cordero de su boca. Si el animal me ataca, lo tomo de la quijada y lo golpeo hasta matarlo. Lo he hecho con leones y con osos, y lo haré también con este filisteo pagano, ¡porque ha desafiado a los ejércitos del Dios viviente! ¡El mismo Señor que me rescató de las garras del león y del oso me rescatará de este filisteo! Así que Saúl por fin accedió: Está bien, adelante. ¡Y que el Señor esté contigo!.”
Tu determinación debe ser más grande que cualquier adversidad que enfrentes.
David sabía que la batalla sería difícil, que había un gigante por vencer pero su determinación era total. Cuando tu determinación es total, tu victoria es total. Así como David, nosotros debemos demostrarle al enemigo que tenemos más determinación que él.
Así el reto sea grande o la adversidad difícil, nuestra determinación tiene que ser mayor.
Dios le da batallas más duras a los soldados más fuertes.
Determínate a salir adelante, a luchar, a triunfar en la vida y a seguir a Dios cueste lo que cueste.
El enemigo podrá golpear con todo, pero su todo nunca será suficiente, él puede hacerte caer pero nunca podrá destruirte. Mantente firme y sigue peleando pues la victoria la tenemos asegurada en Cristo Jesús.
Las adversidades y luchas de hoy son el precio que debemos pagar para los logros y las victorias de mañana.
1 Samuel 18:14 “David siguió teniendo éxito en todo lo que hacía porque el Señor estaba con él.”
Tu confianza tiene que estar en Dios, porque Él está contigo. Cuando confiamos, tenemos la seguridad que aunque la adversidad sea grande, nuestro Dios es más grande y podremos superarla.
David a pesar de que era un gran rey y un gran guerrero, su respuesta a los problemas fue evaluarse así mismo y poner toda su confianza en Dios quien siempre le dio las estrategias para vencer a sus enemigos; David sabía que nunca lo hubiera podido hacer solo y aprendió a confiar en Dios.
La respuesta de muchos cuando enfrentan la adversidad es reaccionar negativativamente, en vez de pensar que Dios puede hacer algo bueno con su situación. Nuestra respuesta ante la adversidad siempre tiene que ser una respuesta de fe.
Decimos que David fue un hombre de fe porque en toda circunstancia aprendió a depender en Dios y a confiar en Él. Recuerda que la adversidad del hombre es la oportunidad de Dios para demostrar su grandeza. Dios no habría permitido esa adversidad a menos que tuviera un propósito divino.
Te doy un consejo, escucha bien: “Antes de dormir, entrégale todas tus preocupaciones, todos tus temores a Dios, pues de todos modos Él va estar levantado toda la noche.» Ja!
1 Pedro 5: 7 “Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, por que Él tiene cuidado de vosotros.”
Debemos aprender a confiar y a descansar en Dios porque Él es bueno y tiene cuidado de nosotros.
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