Es Tiempo de Conectar, septiembre 07
Persiste en buscar a Dios
«…Uzías buscó a Dios en el tiempo de Zacarías, quien le enseñó a temer a Dios; y mientras el rey buscó la dirección del Señor, Dios le dio éxito.…. Pero cuando llegó a ser poderoso, Uzías también se volvió orgulloso, lo cual resultó en su ruina.” 2 Crónicas 26:5,16
La Biblia nos dice que Uzías persistió en buscar a Dios y es que para buscar a Dios debemos ser persistentes, sin embargo este hombre comenzó bien pero terminó mal.
No necesariamente un buen comienzo con Dios, buscándole a diario, es señal de que así va a ser toda tu vida, tienes que velar cada día y persistir en santidad, persistir en la búsqueda de Dios y no enorgullecerte, no enaltecerte porque allí es donde comienza tu ruina.
Uzías comenzó a reinar siendo un joven de 16 años y en sus comienzos fue un rey ejemplar. Su búsqueda de Dios y su temor por agradarle, le trajo una gran prosperidad.
Venció a sus enemigos y los despojó de sus tierras
«Uzías declaró la guerra a los filisteos y derribó las murallas de Gat, Jabnia y Asdod. Luego construyó nuevas ciudades en la región de Asdod y en otras partes de Filistea.
Dios lo ayudó en las guerras contra los filisteos, en sus batallas contra los árabes de Gur.» 2 Crónicas 26:6-7 NTV
Su fama se difundió por todas partes.
«Los amonitas le pagaban un tributo anual, y la fama del rey se extendió incluso hasta Egipto, porque había llegado a ser muy poderoso. Edificó torres y fortificó a Jerusalén, tuvo un ejército poderoso y bien equipado.” 2 Crónicas 26:8 NTV
«También construyó fuertes en el desierto y cavó muchas cisternas de agua, porque tenía grandes manadas de animales en las colinas de Judá y en las llanuras. También era un hombre que amaba la tierra.
Tenía muchos trabajadores que cuidaban de sus granjas y de sus viñedos, tanto en las laderas como en los valles fértiles.
Uzías tenía un ejército de guerreros bien entrenados, listos para marchar a la batalla, unidad por unidad. Este ejército había sido reunido y organizado por Jeiel, el secretario del ejército, y por su ayudante Maaseías. Estaban bajo el mando de Hananías, uno de los funcionarios del rey.
Estos regimientos de poderosos guerreros eran comandados por dos mil seiscientos jefes de clanes. El ejército estaba formado por 307.500 hombres, todos soldados selectos. Estaban preparados para ayudar al rey contra cualquier enemigo.
Uzías proveyó a todo el ejército de escudos, lanzas, cascos, cotas de malla, arcos y piedras para hondas. También edificó estructuras sobre las murallas de Jerusalén, diseñadas por expertos para proteger a los que disparaban flechas y lanzaban grandes piedras desde las torres y las esquinas de la muralla. Su fama se extendió por todas partes porque el Señor le dio maravillosa ayuda, y llegó a ser muy poderoso.» 2 Crónicas 26:10-15 NTV
Pero toda esa bendición y prosperidad se vino abajo porque se enalteció.
Cuando pensamos que podemos vivir independientemente de Dios; pecar y pedir perdón, solo vivir por gracia, cuando nos llenamos de autosuficiencia, de Dios comienza la pobreza y la ruina.
Los negocios empezaron muy bien, dándole a Dios el primer lugar, diezmando, cero deudas, hasta que hicieron al dios dinero su dios, ese día comenzaron las bajas.
El rey Uzías lo tenía todo para ser feliz, pero no le fue suficiente. Al quebrantar los límites de su liderazgo, le brotó la lepra en la frente y así Dios puso en manifiesto su rebeldía y su soberbia.
Cuando Dios te bendice no te olvides de Él, que el favor de Dios no te caiga mal.
A Uzías le llegó el momento que se sintió fuerte, se llenó de orgullo y dejó de buscar a Dios.
Uzías fue un rey que reinó por 52 años , uno de los reinados más largos de la historia de Israel. Su reinado y su liderazgo fue de los más largos porque tuvo dos ingredientes importantísimos que debe tener todo buen gobernante que quiere la bendición de Dios.
Los podemos ver en 2 Reyes 15:34-35.
«Jotam hizo lo recto ante los ojos de Jehová; hizo conforme a todas las cosas que había hecho su padre Uzías. Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados, porque el pueblo sacrificaba aún, y quemaba incienso en los lugares altos. Edificó él la puerta más alta de la casa de Jehová.»
Hizo lo recto y buscó a Dios con todo el corazón.
Esas fueron sus dos virtudes y Dios cumplió dándole victoria sobre los árabes, sobre los amonitas y su fama se extendió hasta hacerse sumamente poderoso, pero el profeta Isaías nos marca el año en el que murió el rey Uzías.
«El año en que murió el rey Uzías, vi al Señor sentado en un majestuoso trono, y el borde de su manto llenaba el templo.
Lo asistían poderosos serafines, cada uno tenía seis alas. Con dos alas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies y con dos volaban.
Se decían unos a otros: «¡Santo, santo, santo es el Señor de los Ejércitos Celestiales!
¡Toda la tierra está llena de su gloria!».
Sus voces sacudían el templo hasta los cimientos, y todo el edificio estaba lleno de humo.
Entonces dije: «¡Todo se ha acabado para mí! Estoy condenado, porque soy un pecador. Tengo labios impuros, y vivo en medio de un pueblo de labios impuros; sin embargo, he visto al Rey, el Señor de los Ejércitos Celestiales».
Entonces uno de los serafines voló hacia mí con un carbón encendido que había tomado del altar con unas tenazas. Con él tocó mis labios y dijo: «¿Ves? Este carbón te ha tocado los labios. Ahora tu culpa ha sido quitada, y tus pecados perdonados».» Isaías 6:1-7
Por eso comienza el profeta Isaías diciendo que en el año de luto por la muerte de Uzías…VÍ YO AL SEÑOR.
Quiero decirte algo muy importante, en tu noche más oscura, en tu momento de más tristeza y de luto, es allí que vas a ver a Dios.
Dios te dice: «en tus momento más oscuros, vendrá un nuevo amanecer.»
Cuando vengan las noches más oscuras prepárate porque vendrá un nuevo amanecer.
Isaías tuvo momentos muy difíciles pero Dios le dio una NUEVA VISIÓN.
«Vio al Señor en su trono,» tus ojos verán a Dios, es decir, tus ojos verán la bendición de Él para tí.
RECIBIÓ UN NUEVO LENGUAJE, cambió su manera de hablar, se va el lenguaje de la queja que es el lenguaje del infierno que dice ay ay ay.
Serás inspiración para otros y podrás decir: «Heme aquí envíame a mí.»
«El orgullo termina en humillación, mientras que la humildad trae honra» Proverbios 29:23 NTV
Cuando un cristiano deja de hacer lo recto y de buscar a Dios, el resultado es que pierde la paz y nada lo satisface porque el estar lejos de Dios, trae graves consecuencias de tristeza e infelicidad.
Señor sólo tú me puedes ayudar a permanecer en tiempos de bendición y abundancia, en pobreza o en riqueza, en salud o enfermedad, en lluvia o verano, mantenme humilde y dependiente de tí.
Si esta reflexión ha hablado a tu vida, déjanos tu comentario, comparte con otros y suscríbete al canal. Dios te bendiga.